Tiraron Muro de la Vergüenza, levantaron el de la desigualdad

A 25 años de reunificación de Alemania, hay ciudades de la ex Democrática (RDA) cuyo desempleo es mayúsculo.

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Alemania es otra desde la caída del Muro de Berlín, pero no la que los alemanes de entonces habían soñado: la desigualdad entre las ciudades del este y del oeste -como se dividían con la estructura. La imagen es de contexto y corresponde Frankfurt. (AP)
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Agencias
PRENZLAU, Alemania.- Hace 25 años, cuando el 9 de noviembre de 1989 fue destruido el emblemático Muro de Berlín, que desde 1961 había dividido en dos a Alemania, el entonces jefe de gobierno Helmut Kohl prometió a los ciudadanos del este (ex República Democrática Alemana, RDA), “paisajes florecientes” cuando la economía de mercado sustituyera totalmente la planificación comunista.

Desde entonces, el oeste (ex República Federal Alemana, RFA) entregó “entre 1.5 y 2 billones de euros” para financiar la reunificación, afirma Thomas Lenk, profesor de finanzas públicas en la universidad de Leipzig, en el marco del “pacto de solidaridad” financiado con un impuesto adicional.

Hoy, la ciudad de Prenzlau, 120 kilómetros al este de Berlín, es la capital de la región alemana de Uckermark, que tiene el peor índice de desempleo: 14.7 por ciento en septiembre.

En Prenzlau, el frío es cortante a la salida de la oficina de desempleo a la que ha acudido Thomas Mielsch. “Por aquí una empresa que dé un buen salario no existe”, asegura este camionero alemán, quien tuvo la mala fortuna de nacer hace 46 años en el lado oriental de un muro inexistente desde hace un cuarto de siglo.


Prenzlau, 120 km al oriente de Berlín, es la ciudad alemana con mayor índice de desempleo (Milenio digital)

El patrón de Mielsch, un transportista de Alemania del este, le pagaba sus semanas de 60 horas de trabajo a razón de mil 580 euros mensuales. Ahora Mielsch acaba de ser contratado por una empresa danesa. “Voy a ganar dos veces más por el mismo trabajo, para una empresa que tiene su sede en el oeste (del país)”, dice.

Difícil resistir a la tentación de buscar mejores oportunidades, aun a costa de ver a la familia solamente los fines de semana. “Aproximadamente un tercio” de sus amigos trabajan en el lado occidental, explica Mielsch.

Las debilidades estructurales de la antigua RDA persisten. Los grandes grupos multinacionales siguen en el oeste, con mejores salarios y empleos.

“Hay luz al final del túnel, pero el proceso aún no se ha cerrado” admite Michael Burda, economista de la universidad Humboldt (Berlín).

La hemorragia demográfica cesó: en 2013 los nuevos estados del este registraron por primera vez más instalaciones de nuevos habitantes que partidas.

Un cuarto de siglo después, un hogar de Alemania occidental tiene una cuarta parte más de ingresos que uno del lado oriental. Su patrimonio es dos veces más rico. Ninguna empresa del índice bursátil de Fráncfort, el Dax, tiene su sede en la ex RDA.

No obstante, poco a poco el desempleo baja. Hace diez años el paro en el este era de 18.4 por ciento, dos veces más que en el oeste. El mes pasado la ex RDA marcó un índice de 9.7 por ciento, frente a 6 por ciento en la ex RFA.

La situación en la ex Alemania comunista es muy dispar según los estados. En Brandenburgo, donde están Prenzlau y Berlín siguen atrasados en el crecimiento. Otros estados, como Sajonia, están mucho mejor, con ciudades vibrantes como Leizpig y Dresde.

Las divisiones también aparecen entre norte y sur. El sur, con Baviera y Baden-Wurttemberg, es innovador e industrial, frente a regiones como la cuenca minera y metalúrgica del Ruhr, donde la desindustrialización causó grandes daños.

En Gelsenkirchen (oeste) donde el desempleo sobrepasa 12 por ciento, el alcalde Frank Baranowski deplora que “más de 20 años después de la reunificación, las políticas siguen concentrándose en la reconstrucción del Este”.

Muro de la vergüenza

El 9 de noviembre de 1989, miles de alemanes destruyeron el Muro de Berlín, de cuatro metros de alto, que desde 1961, en plena guerra fría entre EU y la Unión Soviética (URSS), separó en dos tramos de 50 y 115 km la zona de la ciudad berlinesa controlada por la República Federal Alemana (pro EU), de la capital de la República Democrática (RDA, pro Moscú).

En 1990 las dos Alemania se reunificaron, con capital en Berlín, pero por 28 años el también llamado “muro de la vergüenza” simbolizó el mundo bipolar. La RDA lo construyó para impedir la emigración masiva hacia la RFA.

Más de mil 300 personas murieron al intentar saltar el muro, cuya destrucción marcó el inicio del fin de la era soviética (1922-1990), con apoyo del propio presidente ruso Mijail Gorbachov (1989-1991), artífice de la destrucción de la anquilosada URSS, con su política de trasparencia democrática (glasnost) y reestructuración (perestroika).

(Información de Milenio Digital y AFP)

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