Cementerio de elefantes, el bar donde se echan 'la última'

Conocidos como 'cementerios de elefantes' son clausurados por las autoridades de Bolivia, ya que operan ilegalmente.

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En La Paz hay un total de 50 bares clandestinos, predominantemente concentrados en los barrios más pobres. (Archivo/AP)
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Agencias
LA PAZ, Bolivia.- Las autoridades bolivianas han cerrado un bar clandestino en el municipio de La Paz. Los alcohólicos acuden a estos lugares, popularmente conocidos como 'cementerio de elefantes', para pasar sus últimos días.

"Se clausuró el lugar, en donde se cree que las personas van a consumir bebidas alcohólicas hasta los últimos días de su vida. De eso se tratan estos (locales) que se llaman 'cementerio de elefantes'", aseguró a AFP el jefe de la Intendencia municipal de La Paz, Carlos Valencia, según informa el portal 'La Razón'.

El oficial declaró que "hemos verificado que era un lugar con poca iluminación y tres ambientes vacíos, que son una especie de alojamiento en donde se quedan los alcohólicos hasta que se mueren" y destacó que el administrador del bar fue detenido.

Se informa que en La Paz en total puede haber unos 50 bares de este tipo, predominantemente concentrados en los barrios más pobres, según publica el sitio web actualidad.rt.com.

Según las autoridades, hasta este tipo de lugares acuden quienes, sin una luz al final del túnel en sus vidas y probablemente sumidos en la depresión, deciden hundir sus penas en alcohol, para morir. Eso sí, no cualquiera entra. Hay que golpear la puerta en clave.

El término 'cementerio de elefantes' con el que suelen denominar estos locales es una alusión al cuento homónimo que el difunto escritor boliviano Víctor Hugo Viscarra incluyó en su libro "Borracho estaba, pero me acuerdo".

Entierros clandestinos

Valencia detalla que en estos lugares a veces hay muebles, pero por lo general los bebedores se sientan en el piso e incluso duermen en el mismo lugar, cuando el cuerpo se rinde al dios Baco.

Un miserable baño en uno de los rincones del lugar sirve para que puedan hacer sus necesidades.

Valencia relató que se sabe que los que fallecen en estos recintos son retirados en horas de la noche por sus propios amigos y enterrados en cementerios clandestinos.

A los empedernidos parroquianos -relata Valencia- los dueños del local les facilitan alcohol y para mezclar algo de agua y "yupi", un saborizante artificial para disimular el fuerte sabor del alcohol de mala calidad. Una botella de 1 litro cuesta 6 bolivianos, algo menos de 1 dólar.

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