EFE
SANTIAGO, Chile.- Los maestros chilenos paralizaron este miércoles sus labores y marcharon en Santiago de Chile y en una decena de otras ciudades del país, en demanda de una mayor participación en las reformas al sistema educativo que impulsa el Gobierno de Michelle Bachelet.

Según Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores, que convocó la movilización, a ella se unió un 80 % de los maestros del país y 150,000 personas marcharon en la capital y otras ciudades como Iquique, Copiapó, Valparaíso, Concepción, Temuco, Osorno, Puerto Montt y Castro.

El dirigente cifró en 50,000 los participantes en la marcha de Santiago, mientras la policía los calculó en 9,000 y los observadores neutrales entre 10,000 y 12,000.

En Santiago fueron en su mayoría estudiantes quienes recorrieron unos tres kilómetros a lo largo de la Alameda Bernardo O'Higgins, la principal avenida de la capital, desde la Plaza Italia hacia el poniente.

En el trayecto pasaron frente a La Moneda, sede del Gobierno, para culminar su desplazamiento en la avenida Echaurren, donde terminó la actividad con un acto cultural.

Las manifestaciones se desarrollaron en su mayoría de forma pacífica, aunque en Santiago grupos de encapuchados rompieron semáforos y otros bienes públicos y apedrearon vehículos, pero fueron neutralizados por la Policía sin que los enfrentamientos se generalizaran.

Los encapuchados fueron también encarados por los propios profesores y otros manifestantes.

En las primeras horas del día también se registraron incidentes en algunos liceos de Santiago, que permanecen ocupados por sus alumnos y en los cuales los estudiantes levantaron barricadas y lanzaron bombas incendiarias contra la Policía que acudió a dispersarlos.

Previo a la movilización, Jaime Gajardo había asegurado que la de hoy sería "la primera" marcha sin incidentes, "porque está muy bien organizada".

Exigen bono de reconocimiento

Además de exigir una mayor participación en el proceso de reformas a la educación, que el Gobierno ha canalizado a través del Parlamento, los profesores demandaron propuestas concretas para que el Estado se haga cargo directamente de los establecimientos educativos, en lugar de los municipios como ocurre actualmente.

Asimismo, exigieron un nuevo estatuto docente y el pago de un bono de reconocimiento.

Gajardo también pidió, antes de la manifestación, que los padres no enviaran a sus hijos a clases este miércoles, aunque aseguró el funcionamiento de "turnos éticos" en los colegios de sectores de bajos ingresos, en los que se entrega alimentación a los alumnos.

Fuentes de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) calcularon que alrededor de 1.4 millones de estudiantes serían afectados por la movilización de los profesores.

Por su parte, dirigentes de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) denunciaron que el Colegio de Profesores excluyó a su organización de la convocatoria, algo de lo que responsabilizó a Gajardo, quien es miembro del Partido Comunista.

"Es bastante complicado hablar de unidad cuando se margina a un grupo. O se está con los dos pies en la calle o en el Congreso (legislando los proyectos de la reforma educativa)", manifestó Lorenza Soto, portavoz de la organización.

Mayor participación

El Partido Comunista forma parte de la coalición que respalda la Administración de Michelle Bachelet, pero Gajardo consideró "absolutamente equivocada" la acusación de la ACES y aseguró que el gremio que dirige es "autónomo del Gobierno" y que sus resoluciones se toman "de forma democrática".

"Esta es una organización que vela por los intereses de la educación", subrayó el dirigente.

Asimismo, la diputada comunista Camila Vallejo, líder emblemática de los estudiantes chilenos movilizados desde el año 2011 en demanda de una mejor educación, fue criticada por algunos jóvenes.

"Vendida", le gritaron algunos manifestantes a la parlamentaria, lanzándole al mismo tiempo cáscaras de naranja, mientras marchaba junto a la también diputada comunista y exdirigente estudiantil Karol Cariola.

En su discurso de cierre, Gajardo destacó la unidad que, a su juicio, mostró el magisterio durante la jornada y reiteró las demandas de una mayor participación e injerencia en la reforma educacional.