Agencias
BEIJING, China.- El Templo de Confucio o Kongmiao es uno de los patrimonios más importantes de Beijing, una muestra de la antigua arquitectura china, y en especial, de los santuarios dedicados a la veneración de los antepasados.

Es el lugar donde se rinde homenaje a Confucio, el filósofo que más influyó sobre el pensamiento chino, pues sus enseñanzas sobre el comportamiento moral, el Estado y la conservación de las tradiciones, han sido un modelo durante los últimos dos mil 500 años, informa Notimex.

El Templo no es considerado un sitio de atracción por los guías de turistas, pero su enorme valor histórico y cultural lo vuelven una parada obligada para quienes visitan la capital china.

Y es que, se trata del segundo templo más importante dedicados a Kong-Fu-Tzu (Confucio), el pensador, escritor y estadista más influyente de China, sólo superado por el que se encuentra en su ciudad natal Qufu.

Fundado en el año 1306, durante el período de la dinastía Yuan (1279-1368), el complejo se ubica en la calle Guozijian, Distrito de Dongcheng, y se puede llegar fácilmente por la Línea 2 del Metro en la estación Yonghegong, Salida del Suroeste y caminar al sur unos 600 metros.

Entrada

La entrada está marcada por uno de los últimos pórticos (pailou) que se conservan en Beijing, y la estatua del filósofo da la bienvenida al visitante.

El templo ocupa una superficie de 20 mil metros cuadrados, con cuatro patios y edificios denominados la Puerta del Maestro, Puerta del Gran Éxito, Pabellón del Gran Éxito y Sala de Sacrificio.

En la Sala de los Grandes Logros, por ejemplo, se llevaban a cabo ceremonias en honor a Confucio y ahí se exhiben algunos instrumentos musicales muy utilizados en la antigua China.

Asimismo, embellecen la construcción grandes cipreses centenarios y estelas de mármol blanco en la que figuran los nombres de quienes superaron los exámenes, pues en el mismo complejo se encuentra el Colegio Imperial, nombre que recibió la famosa academia que fundó Confucio.

El pensamiento de Confucio puede interpretarse como una respuesta al clima de desorden y de continuas luchas entre señores feudales que imperaba en la época histórica que le tocó vivir.