La CIA engañó a EU con 'cuentos' de interrogatorios

El Senado reveló archivos que comprueban que la agencia trató indignamente a detenidos por terrorismo.

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Los métodos de tortura inflingidos por la CIA a detenidos por terrorismo fueron peores de los que informó en su momento al Congreso de los Estados Unidos. (AP)
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Agencias
WASHINGTON, D.C.- Investigadores del Senado acusaron a la CIA el martes de provocar dolor y tormentos a prisioneros de Al Qaeda mucho más allá de los límites que admite la ley estadounidense y engañar luego al país con cuentos de interrogatorios que salvaron vidas sin tener siquiera sustento en los propios archivos de la agencia de espionaje.

La Comisión de Inteligencia del Senado divulgó pruebas de los archivos de la CIA de que el trato infligido a detenidos en cárceles secretas hace una década fue peor de lo que el gobierno informó al Congreso o al público. Aunque no califica los métodos como tortura, la senadora Dianne Feinstein, presidenta de la comisión, escribió que "bajo cualquier acepción común del término, los detenidos de la CIA fueron torturados".

Además de la conocida práctica del submarino, los métodos de interrogatorio incluían privación de sueño durante semanas, golpes, encierro en pequeños cofres, aislamiento durante largos períodos y amenazas de muerte.

Tres detenidos fueron sometidos al submarino, un método que simula ahogarlo. Quebrantados por el tratamiento, algunos suplicaban y lloriqueaban y uno tomaba una posición "sumisa" apenas el interrogador chasqueaba los dedos.

A pesar de su eficacia para quebrar la moral de los detenidos, las "técnicas de interrogatorio acentuadas" no dieron resultados en lo que realmente importaba, dice el informe en su conclusión más controvertida. 

Con despachos, correos electrónicos y transcripciones de entrevistas de la propia CIA refuta la justificación principal de la tortura: que se salvaron vidas estadounidenses y se frustraron conjuras terroristas mediante la información que suministraron los detenidos cuando fueron sometidos a interrogatorios sumamente duros.

Conducción ineficiente

El documento de 500 páginas dado a conocer el martes incluye el resumen y las conclusiones de un informe aun secreto de 6,700 folios, producto de una investigación que tomó cinco años y costó 40 millones de dólares. El presidente Barack Obama ordenó desistir de esos métodos cuando asumió hace casi seis años, aunque los más duros estaban en desuso desde hacía varios años.

El informe da un catálogo que lo que califica de afirmaciones erróneas de altos funcionarios de la CIA al presidente, el Departamento de Justicia, el Congreso y el público. Describe una conducción tan ineficiente que en determinado momento no sabía cuántos detenidos tenía. Investigadores del Senado contaron 119, cuando los memorandos difundidos en 2009 hablaban de 98. Al menos 39 fueron sometidos a esos métodos de interrogatorio, según el informe, aunque la CIA dijo que eran 30.

Feinstein dijo que el método de la CIA era de "detención secreta por tiempo indeterminado y el uso de métodos de interrogatorio brutales, violatorios de la ley estadounidense, las obligaciones impuestas por tratados y nuestros valores".

Temor por violencia

La publicación del resumen del informe, después de meses de arduas negociaciones sobre lo que se debía eliminar, provocó temores de que pudiera provocar violencia contra estadounidenses en el extranjero. 

Las embajadas acentuaron la seguridad y las bases militares en el mundo estaban en alerta. El secretario de Estado John Kerry pidió a Feinstein que aplazara la difusión, pero en vano.

Meses atrás, Feinstein acusó a la CIA de infiltrarse en las computadoras del Senado al deteriorarse las relaciones entre la cámara y la agencia de espionaje. El informe fue redactado por los colaboradores de la senadora, entre ellos Daniel Jones, un ex agente del FBI.

Diez claves

Un vistazo del resumen ejecutivo dado a conocer por la Comisión de Inteligencia del Senado acerca del programa de detención e interrogación de la CIA:

Técnicas ineficaces

Durante los interrogatorios que se adelantaban a los detenidos se usaron técnicas como el ahogamiento simulado o privarlos del sueño y mantenerlos despiertos fueron ineficaces a la hora de conseguir información de inteligencia que permitiera hacer operativos en contra de los grupos terroristas o que pudieran prever ataques terroristas a Estados Unidos.

Perjuicio físico

Las condiciones de encarcelamiento de los terroristas y los interrogatorios a los que fueron sometidos resultaron más brutales de lo que los funcionarios de la CIA reconocieron al público y en las interacciones que tuvieron con el Congreso y la Casa Blanca. Una de las técnicas de asfixia simulada, que consistía en arrojar agua a una toalla amarrada a la cabeza de un detenido, fue "perjudicial a nivel físico", y provocó vómitos y convulsiones en los detenidos. Uno de los ellos murió de frío en una prisión clandestina ubicada fuera de Estados Unidos.

Entrenados para maltratar

La administración de la CIA de estos interrogatorios así como de su sistema de prisiones clandestinas en países extranjeros fue "profundamente defectuosa". El personal a cargo no fue entrenado debidamente, el personal médico que atendió a los detenidos fue entrenado para que ofrecieran malos tratos y los archivos del mismo fueron mal administrados.

Sin análisis de eficacia

La implementación de estos interrogatorios se basó en un programa desarrollado por dos psicólogos que no tenían experiencia previa en técnicas de interrogación o en acciones antiterroristas. La CIA nunca llevó a cabo un análisis exhaustivo de la eficacia de éstos programas.

Información incompleta

La CIA trató de impedir o evitar que el Congreso supervisara de manera activa estos programas. Altos funcionarios de la CIA dieron información inexacta, de manera repetida, a líderes del Congreso y, en algún momento, dieron una cifra menor de los terroristas que fueron sometidos a estas técnicas durante los interrogatorios.

Datos erróneos

A menudo, funcionarios de la CIA dieron información inexacta a la administración del expresidente George W. Bush y a sus asesores jurídicos, lo que impidió un adecuado análisis de las actividades que se realizaban en esas prisiones. Los asesores jurídicos de Bush se basaron en datos erróneos proveídos por la CIA al establecerlos como técnicas legítimas de interrogación y que incluyó el método del submarino (derramar agua en una toalla amarrada a la cabeza de un detenido) y otras nueve formas de interrogación adicionales.

Sin castigo

En ocasiones, quienes hacían los interrogatorios utilizaron técnicas que no eran tolerados por sus superiores en la CIA o por los asesores legales de la Casa Blanca. No obstante, quienes hicieron esos interrogatorios y los funcionarios de prisiones que violaron las políticas de la CIA raramente fueron objeto de un proceso disciplinario o fueron reprendidos.

Mala supervisión

Mucha de la información que la CIA proporcionó a los medios de comunicación sobre su programa de interrogación y detención fue inexacta, e impidió que se hiciera una buena supervisión sobre el tratamiento que recibían los detenidos.

Trabajo complicado

La confianza de la CIA en este tipo de interrogatorios le complicó el trabajo que debían hacer otras instituciones federales en su función de salvaguardar la seguridad nacional. El FBI abandonó su papel tradicional en los interrogatorios que hacía la CIA y comenzó a confiar más en estos métodos que eran más agresivos. La CIA a menudo se resistió a los esfuerzos del Inspector General de la agencia para investigar los métodos que empleaban en sus interrogatorios así como las condiciones de las prisiones clandestinas.

Reputación lesionada

Los interrogatorios y las prisiones clandestinas de la CIA en el extranjero lesionaron la reputación de Estados Unidos en todo el mundo.

(Información de The Associated Press)

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