Antigua, joya colonial de Guatemala en crisis

Designada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1979, esta ciudad está sufriendo los mismos problemas que azotan al mundo exterior.

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Una patrulla pasa junto al convento de Santa Catalina en Antigua. (Agencias)
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Agencias
ANTIGUA, Guatemala.- Con sus calles de adoquines y sus edificios coloniales, Antigua es desde hace tiempo el principal destino turístico de Guatemala, un oasis ajeno a la delincuencia y el caos que imperan en el resto del país.

En los últimos meses, sin embargo, esta ciudad designada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1979 está sufriendo los mismos problemas que azotan al mundo exterior. Aumentan los robos de casas y de vehículos, y servicios públicos otrora confiables como el agua corriente y la recolección de basura se deterioran, según publica The Associated Press.

La agitación política es la responsable del actual estado de cosas en esta ciudad de 53 mil habitantes. Antigua no tiene un alcalde elegido desde septiembre del 2012, en que Adolfo Vivar y varios parientes y funcionarios de su administración fueron acusados de crear una estructura criminal que robó casi 3 millones de dólares a la municipalidad. Se ha nombrado un alcalde interino, pero las autoridades electorales todavía no han dicho qué se hará para reemplazar a Vivar y a los demás concejales.

No se pueden realizar operaciones básicas y los residentes están asustados, temerosos de que su vida plácida entre volcanes se vea afectada por una caída del turismo.

"Se pide un permiso para una actividad y no hay quién autorice ni quien asuma la responsabilidad", comentó Manuel Murillo, un español que administra un centro cultural.

José Reyes, cajero de un restaurante, dice que la inseguridad es palpable.

"A mi maestra de inglés, una estadounidense, la asaltaron, le robaron su teléfono y el iPad", expresó. "Ella vivía aquí, pero se fue porque se asustó mucho".

Más de un millón de turistas visitan la ciudad todos los años, en especial durante la Cuaresma, atraídos por sus procesiones en calles empedradas 

Dice que los asaltantes se aprovechan de los lugares solitarios donde no transita mucha gente aunque sea en el día.

Otra residente de Antigua, Gladys Magalí Méndez, cuenta que sus hijos fueron asaltados en dos ocasiones, y uno estuvo a punto de morir luego de ser atacado a cuchilladas por un asaltante.

"Uno ve que su familia, los vecinos y los turistas se quejan de los asaltos incluso en los lugares más turísticos y en el día. La policía y gobernación ha dejado de dar la seguridad y cumplir la ley", dice Méndez.

Estadísticas del Ministerio de Gobernación revelan que en el área hay un leve aumento en la delincuencia, sobre todo hurtos, homicidios y robo de vehículos y residencias. Según sus registros, en el departamento de Sacatepéquez, donde se localiza Antigua Guatemala, entre el 1ro de septiembre y el 16 de noviembre se denunciaron 181 de esos delitos este año, comparado con los 141 del 2012. En ambos años la mayoría de los delitos se produjeron en Antigua.

A raíz del arresto del alcalde y los demás funcionarios, los presupuestos municipales no han sido aprobados y la administración de la municipalidad se ha visto afectada, de acuerdo con María Eugenia Contreras, asesora legal del alcalde interino Edgar Ruiz.

"La municipalidad sigue funcionando --la recaudación de impuestos, la policía, el servicio de agua-- pero todo gira en torno a los presupuestos", dijo Contreras. "A fin de año siempre es necesario asignar fondos y eso lo hace el concejo municipal. Por eso es previsible que tendremos más problemas para ofrecer servicios, especialmente a fin de año".

A todo esto se suma una ola de extorsiones y otros delitos.

Según los últimos informes de la Oficina de las Naciones Unidas contra Drogas y Delitos, hubo cinco mil 685 asesinatos en el 2011, lo que representa una tasa de homicidios de 38.5 por cada 100 mil habitantes y hace de Guatemala el séptimo país con mayor índice de violencia.

El viceministro de Gobernación (interior) Arkel Benítez reconoce que aumentó la inseguridad, pero dice que hay varias acciones encaminadas a resolver la crisis que vive el departamento y específicamente Antigua. Destaca la donación por parte de empresarios y hoteleros de la zona de cámaras de seguridad, el combate a las extorsiones a conductores de buses, incluida la captura de algunos responsables, y la elaboración de planes estratégicos con nuevos mandos de policías en el lugar.

Según el viceministro, los índices de inseguridad habían mejorado en los primeros meses del año, pero debido a la muerte del encargado del plan estratégico, la situación cambió.

"De enero a julio logramos reducir en 41 por ciento la inseguridad en el casco histórico de Antigua donde opera el plan cuadrante, un plan estratégico de seguridad. Pero a raíz de la muerte del comisario a cargo los delitos se volvieron a incrementar", explicó Benítez.

Antigua, ubicada unos 50 kilómetros (30 millas) al oeste de la ciudad de Guatemala, atrae turistas de todo el mundo con su encanto colonial y procesiones religiosas que recorren sus calles de piedra durante la Cuaresma. Más de un millón de turistas visitan la ciudad todos los años.

Los nuevos problemas no parecen haber afectado demasiado el turismo y la policía de turistas sigue funcionando normalmente. Sin embargo, se observa poca presencia policial en sus calles.

Pero los residentes de Antigua sienten el cambio. A principios de noviembre cientos de ellos se manifestaron para exigir la instalación de una nueva administración municipal, diciendo que estaban cansados de los cortes de agua, de que no se recoja la basura y de las interrupciones en el servicio de transporte público.

Hace algunas semanas los conductores de autobuses paralizaron una parte del transporte debido al asesinato y ataque a dos compañeros que se negaron a pagar extorsiones. Los conductores no reanudaron el servicio hasta que el gobierno se comprometió a combatir las extorsiones.

Los habitantes de la ciudad, en tanto, se acostumbran a la nueva realidad.

Paul Phillips, un estadounidense de 70 años que tiene una posada, dice que ha oído hablar de los robos, pero que él no ha sido víctima de uno.

"No nos han robado porque no salimos de noche", manifestó.

Murillo, el español que administra un centro cultural, dice que el problema de la inseguridad no es nuevo y que no percibe que haya un aumento elevado de incidentes. "Tal vez un 5 por ciento ó 10 por ciento", expresó.

"Lo que se ve es que la ciudad está muy dejada, más sucia y desorganizada", agregó. "Ahora se nota mucho más. El alcalde que está en la cárcel ni el anterior se preocuparon por eso, pero hoy se nota más".

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