Agencias
SANÁ, Yemen.- La coalición encabezada por Arabia Saudíta bombardeó a los rebeldes chiíes en Yemen el martes, con 20 muertos en una ciudad del oeste, en tanto la cifra de muertos civiles en Saná provocados por el bombardeo de la víspera se elevó a 38, informaron fuentes oficiales, según informó Associated Press.

La campaña de Arabia Saudíta y sus aliados del Golfo Pérsico, respaldada por Estados Unidos, busca aplastar a los rebeldes hutíes que han tomado Saná y parte del norte de Yemen y están embarcadas en una ofensiva para ampliar su territorio en el resto del país.

Los combates en tierra y la ofensiva aérea han llevado a Yemen, el país más pobre del mundo árabe, al borde del colapso. El enfrentamiento ha adquirido la apariencia de una guerra subsidiaria entre Irán, la potencia chií que respalda a los hutíes, y la Arabia Saudí suní.

Los ataques del martes a una concentración de hutíes en la ciudad occidental de Ibb mataron a 20 combatientes, dijeron agentes de seguridad en el terreno. Los rebeldes se aprestaban a dirigirse a Adén para sumarse a las fuerzas contrarias al presidente Abed Rabbo Mansour Hadi, quien huyó a Arabia Saudí desde ese puerto sureño el mes pasado.

Los bombardeos del lunes apuntaban a depósitos y arsenales rebeldes en los montes Fag Atan cerca de la ciudad, pero arrasaron viviendas y obligaron a los lugareños a huir para salvar sus vidas. Murieron 38 personas, dijeron autoridades médicas.

El Ministerio del Interior, en poder de los rebeldes, dijo que los bombardeos del lunes mataron a 84 personas en todo el país. No se pudo confirmar las cifras en forma independiente. Todas las fuentes hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizadas a hablar con la prensa.

En declaraciones el martes, el presidente iraní Hasan Ruhani dijo que los ataques aéreos en Yemen obedecieron a los fracasos del reino saudí en otros lugares, que le provocaron lo que calificó de "desequilibro mental".

En declaraciones a la prensa antes de un viaje a Indonesia, Ruhani se burló de Arabia Saudí, que según dijo es un país con sueños frustrados en Irak, Siria y Líbano.

Ruhani dijo: "Todos los fracasos se han acumulado y causado desequilibrio mental y emocional para ese país".

Irán, de mayoría chií, ha acusado a Arabia Saudí de apoyar a insurgentes suníes, incluyendo al grupo extremista Estado Islámico en Siria e Irak. Los saudís, por su parte, acusan a Teherán de respaldar a rebeldes chiíes yemeníes - que tomaron la capital y obligaron al presidente respaldado por Occidente a exiliarse.

Irán y los rebeldes niegan cualquier vínculo militar, aunque la República Islámica proporcionó apoyo político y humanitario al grupo chií.