Agencias
MINNEAPOLIS, EU.- Una cepa mortífera de la gripe aviar fue confirmada el viernes en otros cuatro criaderos de pavos en Minnesota, lo que eleva a 13 el número de granjas afectadas en el principal estado criadero de pavos y a más de un millón en todo el medio oeste de los Estados Unidos.

El Departamento de Agricultura nacional dijo que el número de casos nuevos de la cepa H5N2 sumamente contagiosa se registró en los condados de Cottonwood, Lyon, Watonwan y Stearns. 

Fue el cuarto caso en Stearns de infección con el brote que se confirmó por primera vez a principios de marzo, de acuerdo con The Associated Press. 

Los cuatro criaderos tienen un total combinado de 189,000 pavos. Las autoridades dijeron que los animales que sobrevivieron el virus serán sacrificados para evitar la propagación de la enfermedad, de acuerdo con Notimex.

Después que se sacrifiquen los pavos restantes, los 13 criaderos afectados en Minnesota habrán perdido 872,000 pavos. Desde el estallido del brote, 19 granjas en Minnesota, Dakota del Sur, Missouri, Kansas y Arkansas han perdido más de un millón de aves.

Riesgo mínimo

Por su parte Canadá confirmó el miércoles que un criadero de pavos en el sur de Ontario, con 44,800 aves, está infectado con H5N2.

Las autoridades insisten en que el riesgo al público es mínimo y que no hay peligro en el suministro alimenticio.

El criadero más grande entre los afectados fue uno con 310.000 aves en el condado Meeker, propiedad de Jennie-O Turkey Store, segundo procesador de pavos en la nación, donde el virus fue confirmado el miércoles. La Junta de Salud Animal de Minnesota dijo el viernes que los pavos sobrevivientes allí serán destruidos.

Los científicos sospechan que aves migratorias como los patos son la fuente posible del virus, pero no han comprobado la enfermedad en los animales silvestres hasta ahora. Las autoridades tratan de determinar por qué el virus ha evadido la estricta bioseguridad que se aplica rutinariamente en los criaderos comerciales, pero agregaron que el virus puede ser introducido accidentalmente por los trabajadores y sus equipos, o por roedores y aves silvestres que se cuelan en los establos.