Atletas, en peligro por contaminación de aguas en Brasil

La salud de los atletas, quienes competirán en los Juegos Olímpicos el próximo año, podría verse en peligro si el gobierno no hace algo drástico para limpiar sus aguas.

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La contaminación en las aguas de Brasil han generado alarma. Imagen del 10 de noviembre de 2015, en la que observa basura que contamina el Lago Rodrigo de Freitas en Río de Janeiro, Brasil. (Agencias)
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Agencias
RIO DE JANEIRO.- Lejos de la samba su carnaval y el Cristo Redentor, Brasil está siendo malamente reconocida por la contaminación de sus aguas, problema que genera un problema para las competencias que se realizarán en los Juegos Olímpicos del próximo año.

El atleta y navegante olímpico Erik Heil propuso una idea novedosa para protegerse de las aguas contaminadas en donde competirá en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el año que viene: usar unos trajes de plástico y quitárselos cuando los veleros se alejen un poco de la costa.

Heil, quien tiene 26 años, fue tratado en un hospital de Berlín por MRSA, una bacteria que se come la carne poco después de participar en una prueba preolímpica en agosto en Río. Pero su estrategia para evitar infectarse nuevamente no limitaría necesariamente los riesgos.

Una nueva ronda de estudios y análisis realizados por The Associated Press indicó la presencia de patógenos incluso en aguas alejadas de la costa, donde desembocan ríos fétidos con aguas residuales y desagües de tormentas. Esto quiere decir que el peligro no desaparece adentro en la bahía o en la laguna donde se realizarán competencias olímpicas y que los atletas que competirán allí, como los navegantes, correrán riesgos.

"El nivel de los virus es muy amplio. No se limita a la costa sino que están en otros sitios y va a aumentar la exposición de la gente que entre en contacto con esas aguas", dijo Kristina Mena, experta en virus acuáticos y profesora de salud pública del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas. "Es un ambiente muy extremo, con una contaminación tan alta que la exposición es inminente y las posibilidades de infección muy probables".

Una primera ronda de estudios y análisis de la AP en julio detectó la presencia de virus que causan enfermedades directamente relacionados con las aguas residuales a niveles hasta 1.7 millones de veces lo que sería considerado muy alarmante en Estados Unidos o Europa. Expertos afirman que los atletas competirían en el equivalente viral a aguas residuales y que era casi seguro que estarían expuestos a peligrosos riesgos para la salud.


Los alemanes Erik Heil (izq), y Thomas Ploessel compiten en la modalidad varonil de vela ligera skiff 49er en los Campeonatos de Vela en Perth, Australia.

Los resultados estremecieron a la comunidad deportiva del mundo y las autoridades deportivas se comprometieron a hacer sus propios análisis para garantizar que las aguas no representarán un peligro para la salud para los Juegos Olímpicos que se celebran el año entrante. Esas promesas cobraron mayor urgencia en agosto cuando se realizaron pruebas preolímpicas de remo y vela en Río y dieron lugar al doble de las enfermedades que serían aceptables para nadadores en aguas recreativas en Estados Unidos.

Sin embargo, dirigentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de los Juegos Olímpicos no han cumplido promesas de que realizarían el análisis de la presencia de virus a la luz de la investigación de AP en julio.

Ahora, los análisis más recientes revelan no sólo que la calidad del agua no ha mejorado, sino que la contaminación abarca una mayor extensión de la que se pensaba. La cantidad de virus hallados a un kilómetro de la costa en la Bahía de Guanabara, donde los navegantes compiten altas velocidades y son salpicados por grandes cantidades de agua, son similares a las encontradas en la costa, cerca de los desagües de aguas residuales.

"Los niveles de virus son tan altos en estas aguas", dijo Mena, "que si se registrasen en playas de Estados Unidos, las autoridades cerrarían oficialmente esas playas".


Un bote atracado en las orillas del río Meriti, que desemboca en la bahía de Guanabara en Río de Janeiro, Brasil, es rodeado por una gran cantidad de basura.

Dirigentes brasileños, de los Juegos Olímpicos y de la OMS dicen ahora que Brasil debe hacer análisis en busca de bacterias para verificar la calidad del agua, empleando patrones usados en todo el mundo.

"La salud y la seguridad de los atletas es siempre la mayor prioridad. No hay duda de que el agua de las zonas de competencia satisface todos los patrones relevantes", dijo el comité organizador de los juegos en un comunicado enviado el martes. "Río 2016 respeta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, cuyos lineamientos para Ambientes Acuáticos Recreativos Seguros recomienda clasificar el agua a partir de un programa de control microbial de calidad del agua".

En años recientes, los avances tecnológicos han hecho que sea más sencillo y menos costoso verificar los niveles de virus.

Es por ello que muchos en las comunidades científicas de Estados Unidos y Europa promueven legislaciones que requerirían controles de virus, sólo de bacterias, en las aguas. Aducen que numerosos estudios, a lo largo de las últimas décadas, revelan o hay poca o no hay correlación alguna entre los niveles de patógenos bacteriales en el agua, los cuales se descomponen rápidamente en condiciones salinas y soleadas como las de Brasil, y la presencia de los virus, que pueden durar meses, sino años, según se ha comprobado.

Estudios realizados hace décadas han revelado que existe una escasa o nula relación entre los niveles de patógenos bacterianos en el agua, que se degradan rápidamente en condiciones de salinidad y sol como las que existen en un país tropical como Brasil, y la presencia de virus, que se sabe perduran durante meses o incluso años.

Esta disparidad se hizo visible en los análisis de la AP en Río, donde el agua a menudo tiene niveles de bacterias fecales aceptables, pero al mismo tiempo hay muestras de agua con niveles de virus comparables a los de las aguas residuales. Muchos de los controles muestran picos en la contaminación bacterial, especialmente en la laguna olímpica y en la marina desde donde zarpan los veleros.


El candidato doctoral Rodrigo Staggemeier, sostiene muestras de agua recolectadas de la Playa de Copacabana en Río de Janeiro, Brasil.

Las vías acuáticas de Río, igual que las de muchas naciones en desarrollo, están muy contaminadas porque la mayor parte de las aguas residuales no son tratadas ni recogidas. Enormes cantidades desembocan en la Bahía de Guanabara. La Laguna Rodrigo de Freitas y la famosa playa Copacabana están también muy contaminadas.

Río consiguió la sede de los Juegos Olímpicos con la promesa de limpiar las vías acuáticas a partir de una mejoría en la sanidad. Ese hubiera sido uno de los grandes legados de la justa.

Las autoridades brasileñas admiten ahora que eso no sucederá.

Los primeros resultados que publicó la AP se basaron en muestras tomadas en la costa de la laguna donde tendrán lugar las pruebas de remo y canotaje. También se analizaron muestras de la marina de la que zarpan los veleros y de la playa de Copacabana, donde se llevarán a cabo el maratón acuático y la prueba de natación del triatlón. También se hicieron análisis en la playa de Ipanema, popular centro turístico y donde se esperan hasta 350 mil visitantes que seguramente se pegarán un chapuzón.

Desde entonces, la AP expandió sus estudios para incluir aguas más alejadas de la costa pero adentro del circuito olímpico en la Bahía de Guanabara y en centro de la laguna donde se colocaron los carriles de las pruebas de remo y canotaje en los recientes eventos preolímpicos.


Dos operarios retiran basuras recogidas por barreras flotantes en el río Meriti, que desemboca en la bahía Guanabara, en Río de Janeiro, Brasil.

Los controles revelaron que tanto la laguna como la bahía tienen niveles de virus constantes y también detectaron un pico en los coliformes de la laguna, 16 veces por encima del nivel permitido por las leyes brasileñas.

Mena, el experto en virus acuáticos, dijo que sería lógico que los deportistas pensasen que cuanto más se adentran en la bahía o en la laguna, más seguros estarán, pero los controles no sustentan esa impresión.

"Uno esperaría ver más fluctuaciones en los niveles de todo patógeno en las aguas", dijo, "pero no ocurrió así".

Como consecuencia de esto, ninguna de las sedes son aptas para que los nadadores naden o los navegantes naveguen, agregó. Todo atleta que ingiera el equivalente a tres cucharadas pequeñas de agua tendrá un 90 por ciento de probabilidades de ser infectado por algún virus.

La evaluación fue refrendada por el virólogo brasileño Fernando Spilki, coordinador del programa de calidad del medio ambiente en la Universidad Feevale del sur de Brasil, quien está realizando controles mensuales para la AP.

"Las muestras de las aguas de las pruebas de vela y de la laguna indican que hay virus incluso alejados de la costa, lejos de las fuentes de contaminación, y que hay concentraciones de virus muy altas", manifestó.

Los deportistas que participaron en las pruebas preolímpicas ensayaron con muchos trucos y tratamientos previos para evitar enfermedades, como poner lavandina en los remos, bañarse apenas salen del agua y tomar antibióticos. Pero nada de eso tiene efectos en los virus.


Remeros cargan con sus botes en la laguna Rodrigo de Freitas en Río de Janeiro, Brasil. 

A pesar de esas iniciativas, muchos deportistas que compitieron en agosto se enfermaron. La Federación Mundial de Remo dijo que el 6.7 por ciento de los 567 remeros que participaron en un campeonato juvenil en Río sufrieron enfermedades.

La Federación Internacional de Vela dijo que poco más de siete por ciento de los 567 navegantes que compitieron en el preolímpico de agosto en la Bahía de Guanabara se enfermaron. La Federación, no obstante, no hizo un conteo completo de cuántos atletas se enfermaron en las dos semanas siguientes a la prueba, que es el período de incubación de muchos patógenos del agua.

Mesa y otros expertos dicen que es difícil poner esas cifras en un contexto internacional ya que cada región tiene amenazas propias de la zona. En Estados Unidos, por ejemplo, la Agencia de Protección Ambiental admite un nivel máximo de males contraídos por los nadadores del 3.6 por ciento, que muchos expertos consideran demasiado alto.

El navegante Heil, quien es alemán, fue uno de los que se enfermó en Río.


A las orillas de la Playa Copacabana en Río de Janerio se pueden observar animales muertos.

"Nunca sufrí infecciones en las piernas. ¡Nunca!", escribió en un blog del equipo germano a fines de agosto, mientras se sometía a un doloroso tratamiento para eliminar las infecciones de su cadera y sus piernas. "El origen debe ser la Marina da Gloria. En el futuro, trataremos de llegar justo antes de cada evento, así, si contraemos alguna enfermedad, se manifiesta cuando ya estamos de vuelta".

En el año que precede a los juegos, la AP está analizando mensualmente muestras de agua en busca de tres tipos de adenovirus, así como de entrovirus, rotavirus y coliformes de bacterias fecales. Los virus aparecen en las vías intestinales y respiratorias de los humanos. Pueden causar problemas digestivos, incluidos vómitos, así como fuertes diarreas y trastornos respiratorios, los cuales son capaces de dejar afuera de las competencias a los atletas. También es posible que los atletas sufran de serios problemas cardíacos y mentales, aunque no es frecuente. Uno de los controles busca adenovirus tipo 2 y 5, que revelan contaminación de aguas residuales.

Expertos en la calidad del agua dicen que un nivel de virus de mil por litro generaría grandes alarmas en Estados Unidos y Europa, e incluso el cierre de playas.

Los niveles de virus eran 30 mil veces más altos de lo que en Estados Unidos y Europa considerarían alarmante en todas las muestras de agua tomadas lejos de la costa, incluidas unas tomadas a 600 metros, en el circuito de vela frente al cerro de Pan de Azúcar, otra a mil 300 metros, en el circuito de la Escuela Naval, y una bien adentro de la laguna olímpica, donde se encuentran los carriles de remo, a unos 200 metros de la costa.


Para tratar de eliminar la basura, el gobierno manda embarcaciones para recolectarla.

En los estudios realizados en septiembre de aguas de la Escuela Naval y de la laguna se encontraron enterovirus, causantes de trastornos respiratorios, problemas gastrointestinales y, con menos frecuencia, de serias inflamaciones en el corazón y el cerebro.

Controles subsecuentes de cultivos de células indicaron que los virus de la laguna eran "activos e infecciosos", pero los del circuito de regatas en la bahía no. Mena, el experto en evaluación de riesgos, dijo que hay varios factores que impiden que los virus crezcan en un laboratorio, pero que la cantidad de patógenos hallados en las aguas de Río indica que hay riesgos inaceptables para la salud humana.

Las autoridades de Río de Janeiro prometieron completar un proyecto de infraestructura para tratar las aguas residuales cerca de la Marina da Gloria hacia fin de año y están haciendo progresos. Insisten en que las sedes olímpicas serán seguras.

Pero los altos niveles de patógenos asociados con las aguas residuales hallados lejos de la costa en el circuito de regatas "indica que estos virus no vienen solo de la marina. Hay muchos, muchos puntos por donde las aguas residuales llegan a la bahía", dijo Spilki. "Estos patógenos que estamos buscando, sobre todo los virus, migran a través de las corrientes".


Un grupo de jóvenes juegan con un colchón inflable en la Bahía Guanabara.

Las fuentes de contaminación son decenas de ríos alrededor de la zona metropolitana de Río, que descargan diariamente cientos de millones de litros de aguas residuales en la bahía. Estimados del propio gobierno indican que solo la mitad de las aguas que fluyen hacia la bahía son tratadas.

Desde que el informe de la AP de julio reveló que los deportistas estarían expuestos a grandes riesgos, las autoridades olímpicas y la OMS, que asesora al Comité Olímpico Internacional, han asumido cuatro posturas diferentes en torno a si hay que hacer análisis en busca de virus o no entre julio y mediados de octubre.

En un correo electrónico del 24 de octubre, la OMS le dijo a la AP que no les parecía que los funcionarios de las Olimpiadas tuvieran que hacer estudios de virus de manera "rutinaria", pero agregaron que no les era "indiferente a los patógenos virales en el agua", y que la calidad del agua y su monitoreo volverían a ser analizados a fines de noviembre.

Mel Stewart, que ganó dos medallas olímpicas de oro en natación y una de bronce en los juegos de 1992 en Barcelona, dijo que si su hija tuviese que competir en las pruebas de natación en aguas abiertas de Río, le diría que no lo hiciese.

"Una medalla de oro no justifica comprometer tu salud", dijo. "Hay demasiadas interrogantes. No me parece seguro. No pareciera que estuviesen pensando en los atletas".

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