Crisis brasileña llega al Cristo Redentor

La estatua goteras, rajaduras superficiales y sorprendió al quedarse a oscuras, debido a los problemas de cableado que tiene.

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Las donaciones y el ingreso al Cristo son la principal fuente de mantenimiento del monumento. (beevar.com)
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Agencias
BRASILIA, Brasil.- El cardenal Orani Tempesta, amigo del papa Francisco, organizó una campaña de recolección de fondos para mantener en buen estado al Cristo Redentor, emblema de Rio de Janeiro, que presenta fisuras y acaba de quedarse a oscuras.

Los casi ocho millones de cariocas se sorprendieron el martes por la noche cuando el monumento de brazos abiertos del Cristo desapareció del paisaje porque sus luces se apagaron.

La oficina de prensa del arzobispo Orani Tempesta informó que los problemas eléctricos comenzaron en las primeras horas del lunes, y resurgieron en la noche del martes, según publica el sitio web ansa.it.com.

La estatua de 38 metros de altura quedó sin iluminación alrededor de las 21:30 horas locales (23:30 GMT) tras lo cual el problema se solucionó, pero reapareció cerca de las 23:00 horas (1 GMT).

Según la Arquidiócesis de Río de Janeiro un equipo de la empresa energética Light fue enviado al cerro Corcovado, para revisar las instalaciones, y se descubrió problemas en algunos cables.

El estado de Río de Janeiro es uno de los más seriamente afectados en Brasil, al punto que sus autoridades decretaron la "calamidad económica"

No se informó si los desperfectos de este lunes obedecen al mal estado del sistema eléctrico del "Complejo Cristo Redentor" que incluye un santuario y otras instalaciones.

Goteras y rajaduras superficiales fueron detectadas en la estatua que acaba de cumplir 85 años y enfrenta problemas económicos como el resto de los cariocas y a la mayoría de los 204 millones de brasileños.

Las donaciones y el ingreso al Cristo, por el que se pagan 68 reales (18 dólares) son la principal fuente de mantenimiento del monumento que es el ínco de la Ciudad Maravillosa y uno de los más famosos del mundo.

Pero el cardenal Tempestá y los responsables del Santuario llegaron a la conclusión de que se necesitan más aportes voluntarios porque las donaciones cayeron.

Y, al mismo tiempo, se redujeron los recursos federales y de la Gobernación de Río de Janeiro destinados al Cristo, según trascendidos.

El estado de Río de Janeiro es uno de los más seriamente afectados en Brasil, al punto que sus autoridades decretaron la "calamidad económica" por la cual se suspendieron parcialmente servicios públicos y no se pagó el salario de noviembre a miles de empleados públicos. Las penurias son tales que hasta la Alcaldía de Río anunció recortes en la tradicional fiesta de Año Nuevo junto a las playas de Copacabana.

La Secretearía de Turismo anunció el martes que este año la quema de fuegos artificiales durará menos que en años anteriores en la cuenta regresiva hacia 2017. 

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