Agencias
WASHINGTON, DC.- Un entrenador de fútbol americano de una escuela superior de Alabama fue suspendido de su puesto por haber hecho comentarios denigrantes en clase sobre las dimensiones del trasero de la primera dama estadounidense, Michelle Obama.

"Fat butt" (culo gordo), dijo Bob Grisham, sin saber que un estudiante le estaba grabando en secreto. Grisham se había despachado a gusto contra la "first lady", afirmando que estaba "demasiado gorda" y que por ello no debería dar lecciones al país sobre buena alimentación y forma física, según publica el sitio web ansa.it.

La esposa del presidente Barack Obama lanzó hace tiempo una campaña, "Let's move", para incentivar a la gente, sobre todo a los más jóvenes, a comer más sano y hacer más deporte.

Grisham no es el primero que hace comentarios irónicos sobre las posaderas de Michelle. El "rey" de la radio de extrema derecha, Rush Limbaugh, suele llamar a la primera dama 'My Butt Obama', mientras el diputado republicano de Wisconsin James Sensenbrunner se vio obligado hace tiempo a pedir disculpas por haber comentado el "vasto trasero" de la esposa del presidente. Todos ellos son hombres blancos, y no es una casualidad.

Tras la publicación de una portada de Michelle como "esclava negra" con el seno desnudo en una revista española el pasado verano boreal, el comentario del entrenador de la sureña Alabama es el enésimo ejemplo de estereotipo racial inspirado en el aspecto físico de la señora Obama.

Un estereotipo que tiene orígenes antiguos, como observó hoy el diario The Washington Post, citando la imagen de la Venus Hotentote, una mujer africana con un trasero muy pronunciado que se hacía desfilar en los circos de Europa en el siglo XIX.

Michelle, por otra parte, no es la primera "first lady" sujeta a críticas por su apariencia física: Hillary Clinton, en su época, era objeto de burlas por sus tobillos gordos. Pero a diferencia de la esposa de Bill Clinton, la atención de una parte del país por el trasero de Michelle tiene profundas raíces ideológicas en un país en el que tanta gente aún no acepta con gusto que una mujer de color ocupe la Casa Blanca.