¿Tiene Corea del Norte capacidad de lanzar un ataque nuclear?

Pyongyang presume sus pruebas con armas atómicas, pero hay dudas sobre su verdadera capacidad para hacer daño.

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El líder norcoreano Kim Jong-un (i) supervisa unas maniobras en Corea del Norte. (EFE/KCNA)
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Gary Dagorn/Le Monde/En Milenio Diario
PARÍS, Francia.- La pregunta sobre la realidad de la disuasión nuclear norcoreana es tema de debate desde hace muchos años. Si bien ahora se ha establecido que Corea del Norte es capaz de hacer explotar una bomba atómica, las dudas se centran en su capacidad de lanzar una cabeza nuclear sobre un blanco alejado.

Las ambiciones nucleares de la República Democrática de Corea del Norte se remontan a los años 50. Su programa nuclear clandestino se vio beneficiado con la ayuda del padre de la bomba atómica paquistaní, Abdul Qadir Khan. El desmantelamiento en 2004 de su red de proliferación nuclear demostró que Khan suministró los planes la construcción de cabezas nucleares en miniatura tanto a Corea del Norte como a la Libia del ya muerto Muamar Gadafi.

El 9 de octubre de 2006, Corea del Norte procedió a su primer ensayo nuclear, en el noreste del país. El Instituto de Estudios Geológicos de EU (USGS) registró un sismo de magnitud 4.3, siendo la potencia estimada de esta primera bomba muy débil: menos de un kilotón, igual a la potencia desatada por mil toneladas de TNT (es decir, 15 veces menos que Little Boy, la bomba que EU lanzó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945).

Luego siguieron otros tres ensayos: en 2009, 2013 y 2016. Cada vez, los datos sismológicos confirmaron la naturaleza atómica de la explosión, con una potencia débil entre dos y nueve kilotones, es decir siempre menos que las primeras bombas atómicas.

Desde el 6 de enero y el cuarto ensayo nuclear, el gobierno de Kim Jon-un dice tener la bomba H, un arma nuclear más potente, de un tipo diferente, ya que utiliza la energía liberada por la fusión de átomos de hidrógeno en lugar de una reacción en cadena de fisión de átomos pesados.

Este tipo de bomba es mucho más complicado de producir, en especial porque los átomos de hidrógeno no pueden fusionarse más que a una temperatura extrema (de varias decenas de millones de grados Celsius). Pero los registros sismológicos indican que el ensayo de enero de 2016 desató una potencia similar al ensayo de 2013, planteándose la duda sobre la realidad del pretendido control de la bomba H por el régimen de Pyongyang.

Desde mediados de 1990, Corea del Norte intenta desarrollar sus propios misiles balísticos intercontinentales capaces de llevar una pesada carga útil durante una distancia larga. Taepodong es la serie de misiles balísticos más avanzada y la más competente desarrollada por el país, siendo el Taepodong-3 (o Unha-3) el último representante de esta serie.

El misil de una treintena de metros de alto tiene tres pisos y un radio de acción de unos 12 mil km, un alcance estratégico suficiente para golpear el territorio de EU, a más de ocho mil km de la península coreana.

El Unha-3 fue lanzado por primera vez el 13 de abril de 2012, pero el lanzamiento fue un fracaso, ya que el cohete explotó tras el despegue. Un segundo intento algunos meses más tarde (diciembre de 2012) fue un éxito y envió el primer satélite norcoreano al espacio. Con el disparo del 7 de febrero, un mes después del cuarto ensayo nuclear, el cohete de tres pisos logró colocar con éxito un pequeño satélite de observación terrestre llamado KMS-4 (de unos 200 kg) sobre una órbita fija, estabilizada tras el lanzamiento.

El Unha-3 disparado el 7 de febrero fue mejorado desde el disparo de diciembre de 2012. Tras un análisis de los restos y del combustible caído al mar, el Ministerio de Defensa surcoreano estimó entonces que la carga útil del misil podía alcanzar hasta 600 kilos. Pero un lanzamiento exitoso no prueba que el país controle lo suficiente la tecnología de los lanzamientos: golpear un blanco lejano con una carga nuclear es muy diferente a lanzar un satélite ligero sobre una órbita fija.

Un misil intercontinental debe ser capaz de geolocalizarse en el espacio a fin de calcular él mismo su trayectoria de vuelo, lo que requiere una tecnología y cálculos complejos. Se desconoce la precisión del Unha-3 ya que solo fue lanzado con éxito dos veces y la precisión de su predecesor, el Taepodong-2, fue débil: solo 50 por ciento de los misiles pudieron golpear su blanco con una precisión inferior a algunos kilómetros (de dos mil 500 a cinco mil metros).

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