De desierto a espectacular balneario

El Parque Nacional de los Lençois Marañenses es considerado uno de los lugares turísticos más importantes de Brasil.

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El Parque Nacional de los Lençois Marañenses es visitado por decenas de miles de turistas cada año. (wordpress.com)
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Agencias
SAO LUIS DE MARAÑAO, Brasil.- Cae una intensa lluvia sobre la arena y la cuenca de la duna desértica se resiste a absorber el agua; y la precipitación forma un pequeño charco que crece paulatinamente durante los meses del período de lluvias hasta crear un inmenso balneario de agua natural en pleno desierto.

“Todo se debe a las condiciones del suelo y las aguas subterráneas”, explica a Notimex, Avelino, un guía que recorre desde hace años el Parque Nacional de los Lençois Marañenses, considerado uno de los lugares turísticos más importantes de Brasil y situado en el norte del país, en el estado de Marañao.

En total, 155 mil hectáreas cuadradas -90 mil solo de dunas- franqueadas a un lado por el mar Atlántico donde el único rastro de vida son especies de pájaros, anfibios que se desarrollan en los lagos de las dunas y unas cinco mil personas que viven de la pesca y la ganadería.

Decenas de miles de turistas visitan cada año el Parque, atraídos por el espectáculo visual de contemplar decenas de kilómetros de dunas –algunas de hasta 40 metros de altura- en las que se forman unos lagos naturales de agua verdosa y azulada.

Un atractivo turístico que genera cientos de puestos de trabajo en la región de Barreirinhas, donde se alzan cientos de hoteles, restaurantes y servicios turísticos que luchan por preservar este lugar natural fuera de lo común situado en el estado brasileño de Marañao, el segundo menos desarrollado del país en términos de renta per cápita y desarrollo humano.

Adriano Damato, jefe al cuidado de la protección del parque, explica a Notimex que “no hay cambios significativos como consecuencia del cambio climático” en el planeta, más allá del avance del mar que se debe al ciclo natural.

Sin embargo, los habitantes locales constatan modificaciones en los índices de precipitaciones, fundamentales para que se formen las cientos de lagunas en las dunas.

Cambios humanos y climáticos

En 2012, por ejemplo, el nivel de lluvias fue un 54 por ciento por debajo de lo común, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, provocando una sequía en el parque, donde normalmente llueve hasta 300 veces más que en el desierto africano del Sáhara.

Expertos como la profesora Flavia Mochel, de la Universidad Federal de Marañao, atribuyen estos cambios a la tala de bosque en la región para aumentar la superficie del agronegocio, así como a fenómenos climatológicos como El Niño (sequía) y La Niña (lluvias torrenciales).

Un estudio publicado en 2014 señalaba que Brasil perdió en tres décadas una superficie de bosques y florestas equivalente a Costa Rica, la mayoría en el Amazonas, como consecuencia de proyectos gubernamentales vinculados a la energía hidroeléctrica, la urbanización y el negocio agrícola.

En total, el país perdió 5.2 millones de hectáreas de florestas entre 1981 y 2012, y 93 parques nacionales y otras zonas preservadas también fueron reducidas, el 75 por ciento de ellas en el Amazonas entre 2008 y 2012.

Marañao, que se encuentra en una región preamazónica, figura entre los estados que más agresivamente llevó a cabo esa política de reducción de florestas y bosques.

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