Atacama, un desierto maravilloso

El singular paisaje de este lugar ha llamado la atención de viajeros de todo el mundo.

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El desierto de Atacama es la sede de los más grandes telescopios del planeta, lo cual detona el llamado 'turismo astronómico' en la región. (EFE)
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EFE
SANTIAGO, Chile.- Los ojos del mundo, un cielo nítido salpicado de estrellas, hogar de pueblos indígenas, cuna arqueológica chilena de variada oferta, son algunas de las bellezas que guarda el desierto más árido del mundo, el Atacama, recomendado por Lonely Planet como destino imprescindible para 2015.

"Cada vez recibimos más turistas, principalmente europeos y brasileños aunque estamos abriendo nuevos mercados", destacó en entrevista Marcela Godoy, directora de la oficina del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) de San Pedro de Atacama, al conocer noticia.

Además, dijo, el número de visitas nacionales se ha incrementado significativamente gracias a los paquetes vacacionales y las campañas de promoción estatales.

Con más de 100 millones de libros impresos en nueve idiomas y 10 millones de usuarios únicos mensuales en su web, la guía Lonely Planet dispone de una credibilidad más que sólida en lo que respecta al turismo, razón por la que este martes publicó sus diez destinos recomendados para el próximo año, entre los que figura el Atacama.

En su comentario sobre el destino chileno, la editorial destaca su fama a raíz del rescate de los 33 mineros en 2010, su singular paisaje, los cielos despejados que lo convierten en un enclave perfecto para la observación astronómica y la rica gastronomía.

Encantos abiertos

Que la célebre guía ponga sus ojos en Atacama, es solo una prueba más de que, desde hace años, este emplazamiento único ha abierto sus encantos a los turistas, que quedan impresionados por su belleza paralizada en el tiempo.

El desierto chileno, es lugar de observatorios astronómicos, entre los que se encuentra el Proyecto Alma y Cerro Paranal, concentrando el 40 % de los principales telescopios del planeta, lo que se ha convertido también en un gran atractivo.

En este sentido, Marcela Godoy considera que el hecho de que gran número de países hayan colaborado en la instalación de nuevos telescopios ayudó al creciente turismo astronómico.

Pero no solo de su cielo vive Atacama, el altiplano cuenta con una rica influencia de pueblos indígenas (aimaras y atacameños), que siembran el desierto de fiestas tradicionales, pequeños enclaves y rica gastronomía.

"La gastronomía de la zona es muy solicitada, tenemos un amplio abanico que va desde la base local a nuestras propuestas gourmet", agregó Godoy.

Viaje contemplativo

El lugar también concentra un gran número de actividades para deportistas, que van desde rutas desde las lomas de volcanes como el Licancabur de 5,920 metros de altura, al descenso de imponentes dunas con tablas, pasando por paseos a caballo en diversos emplazamientos.

"Los lugares más visitados son el Valle de la Luna, Valle de la Muerte, Géiseres de El Tatio, laguna Cejar, laguna Temenchique, pero también están surgiendo nuevos atractivos turísticos", señaló la responsable de turismo de San Pedro de Atacama.

Algunas de las nuevas líneas de exploración son el Valle Arco-Iris, Salar de Tara, Piedras Rojas, además de múltiples ofertas de turismo alternativo que permiten al viajero meditar en lugares únicos o conocer familias autóctonas.

En cuanto a la época más visitada, Godoy afirmó que se reciben gran número de turistas entre septiembre y marzo, por lo que si se busca un viaje más contemplativo, el resto del año es la época ideal.

Un lugar al que, según los lugareños, la pachamama (madre tierra) regala todo lo necesario para sobrevivir, desde plantas, animales e incluso colores, y cuyo único problema es la dificultad de conocer todos los entresijos que ofrece. 

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