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Brasil.- Flavio Fernando de Oliveira, habitante en la ciudad de Itápolis, en Sao Paulo, tiene de casa una humilde barriada, no pudo entrar a la universidad y decidió dedicarse de lleno a la lectura. Su sueño es estudiar psicología.

El joven fue detenido a la salida de una biblioteca, donde fue grabado cuando cometía el hurto. Una vez en poder de las autoridades y tras recibir presiones,  no tardó en confesar que llevaba bastante tiempo robándolos y que tenía muchos más en la casa, informa el portal El Debate.

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Aseguró que se llevaba los libros porque no tenía trabajo ni forma de estudiar, así que leía para ocupar su tiempo libre de manera productiva. Las autoridades arribaron al domicilio y se llevaron una gran sorpresa al hallar casi 400 ejemplares apilados. Todos fueron reintegrados a los sitios de donde fueron sustraídos.

Su hermana, María de Oliveira, le contó al diario Estadão que: “Desde pequeño (su hermano), pasaba horas encerrado en su cuarto pasando páginas; hoy es muy ecléctico, lee de todo. Yo siempre lo veo leyendo. Es mejor que estar todo el día en la calle, haciendo Dios sabe qué”.

Según el ávido lector, su intención no era necesariamente quedarse con los libros. "Los tomé para leer, iba a devolverlos, pero terminé dejándolos en la casa”, declaró.

Oliveira ahora afronta las consecuencias de sus actos. Las autoridades lo han acusado de robo y buscan tomar medidas en su contra a través de la figura de ‘desequilibrio psicológico’, que podría representarle restricciones a nivel de su libertad y autonomía.

Pero lo impensado ocurrió después, cuando el caso se fue dado a conocer en los medio de comunicación. “Hay una romería de personas que van hasta mi casa con libros nuevos para regalárselos a mi hermano”, decía asombrada Lucía, que se mostraba agradecida con sus vecinos y con las personas que sin conocerlo, apoyaban la dedicación de Flavio para la lectura.