Díaz-Canel, sin prisa hacia la cima del poder

El nuevo vicepresidente ha tenido una carrera ascendente en la vida política de la isla.

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Díaz-Canel es uno de los hombres más cercanos al presidente Castro. (Agencias)
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Agencias
LA HABANA, Cuba.- Bajo la tutela de Raúl Castro, este hombre recorrió un camino muy paulatino pero siempre ascendente que lo llevó a ser el relevo joven más prominente de la revolución cubana. Se trata de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de 52 años, quien se convirtió este domingo en primer vicepresidente del Consejo de Estado.

Alto, de buena presencia, entrecano, considerado apuesto por sus compatriotas mujeres, casi siempre vestido de guayabera y a veces de traje oscuro, Díaz-Canel hizo su recorrido hacia el poder sin prisas, pero sin pausas, según informa AP.

"Es un tipo mucho más flexible de lo que parece, de mente abierta y, sobre todo, inteligente", comentó una funcionaria que prefirió el anonimato dada la cercanía al personaje y quien lo conoce desde la década de 1980, cuando ambos compartían "trabajos voluntarios", como se denominaba a las actividades de apoyo a la economía realizadas en la isla.

Considerado un hombre brillante, bromista y desenfadado en privado por varias personas consultadas por The Associated Press, Díaz-Canel se proyecta como un dirigente serio y de pocas sonrisas ante las cámaras de la televisión que cada vez lo enfocan más, incluso junto a Raúl Castro, a quien acompañó a Chile a la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Este último mes también encabezó el abanderamiento del equipo de béisbol -el deporte nacional de la isla- que irá al clásico mundial de la disciplina y la inauguración de la Feria Internacional del Libro.

"En América Latina, hoy, todos somos Chávez", dijo eufórico en enero Díaz-Canel -vestido con guayabera roja- en Caracas, Venezuela, adonde fue a un mega acto de apoyo al convaleciente líder y representación de Cuba.

"Cuba una vez más ratifica su irreductible convicción de que cualquier ataque del imperio contra Venezuela será interpretado y respondido por nuestro pueblo como si se tratase de nuestro propio suelo patrio", agregó el vicepresidente, una clara muestra de su fidelidad ideológica.

Ideas novedosas

En la década de 1980, Díaz-Canel formaba parte de un grupo de jóvenes comunistas encabezados por el ex canciller Roberto Robaina, que tenían ideas novedosas y andaban en bicicleta por la ciudad.

Robaina fue relevado de su puesto como ministro en 2002 acusado de cometer "errores políticos y éticos", parte de una cadena de destituciones --que incluyó al ex vicepresidente Carlos Lage, al ex canciller Felipe Pérez Roque y al ex ministro José Luis Sierra--, cuyas muertes políticas dejaron sin recambio generacional a la revolución, según lo reconoció el propio presidente Raúl Castro.

Díaz-Canel no sólo sobrevivió, sino que se encuentra en el mejor de los lugares de cara al futuro.

"Se ha consolidado como uno de los dirigentes de partido y gobierno con más presencia en los medios y su ascenso paso a paso corresponde a la lógica raulista", indicó a la AP Arturo López-Levy, un economista y analista cubano que imparte clases en la Universidad de Denver, en Estados Unidos.

La "lógica raulista" explicó López-Levy, significa que la carrera de Díaz-Canel fue paulatina, sin estridencias iniciales y arrancó de los niveles más bajos del Partido Comunista, adquiriendo toda una red de relaciones y experiencias por el camino.

Su caso es precisamente diferente al de los otros dirigentes juveniles que fueron impulsados "en helicóptero" por el entonces mandatario Fidel Castro, pasando a ocupar lugares de poder de manera meteórica.

Díaz-Canel, nacido el 20 abril 1960 en la ciudad de Santa Clara, en el centro del país --a unos 300 kilómetros de la capital--, se graduó como ingeniero electrónico en 1982 y hasta 1985 hizo su servicio militar obligatorio en las Fuerzas Armadas.

Unos meses después de licenciado comenzó a trabajar como profesor en la Universidad Central de Las Villas.

Según quienes lo conocieron de muchacho, le gustaba usar el pelo largo y era --y sigue siendo-- un fanático de los Beatles, el grupo inglés que las autoridades estigmatizaban entonces acusándolo de ser un instrumento de penetración cultural del imperialismo.

Por los pocos datos que ofrece su biografía oficial se conoce que 1987 comenzó su trabajo en el seno de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y por aquellos años viajó a Nicaragua al frente de una delegación de apoyo a la revolución sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza y sus aliados estadounidenses.

A su regreso a la isla retomó su labor junto a la UJC y posteriormente ingresó al Partido Comunista.

Prueba de fuego

En 1994, en pleno periodo especial (una crisis económica que puso a prueba la continuidad de la revolución tras la caída de sus aliados soviéticos), Díaz-Canel fue designado primer secretario del Partido Comunista en Villa Clara, su provincia natal.

 

El puesto, aunque no corresponde a ninguna estructura administrativa del Estado, es en la práctica el más importante para los territorios cubanos, pues el Partido Comunista --único con estatus legal en Cuba-- tiene una influencia definitiva y dicta las políticas que se ejecutarán.

"Su trabajo fue bien recibido en Villa Clara", explicó la funcionaria que lo conoce desde hace décadas. "A él le interesa la gente y su bienestar, y en ese momento, la situación de la población era crítica".

Como ejemplo la mujer explicó que Díaz-Canel fue el primero en organizar en Santa Clara la oferta de servicios gastronómicos en pesos cubanos, en momentos en que la economía minorista usaba mayoritariamente el dólar.

En 2003 fue designado al cargo de primer secretario de la provincia de Holguín, más oriental que su natal Santa Clara y una verdadera prueba de fuego para su continuidad, pues allí fue impopular.

"La gente no lo quería en Holguín", explicó la funcionaria.

Díaz-Canel debió lidiar en Holguín, entre otras cosas, con la peor sequía de las últimas décadas y sus consecuencias, como la falta de agua en los hogares y un agro deprimido.

"Allí demostró su principal virtud, su constancia y su sentido práctico para hacer las cosas", comentó la funcionaria.

Díaz-Canel citaba a sus colaboradores todos los días temprano a lo que se denominó "la reunión del agua" y en la cual se organizaba la entrega de cisternas para que la población accediera al líquido de manera equitativa. A la seis de la tarde supervisaba la tarea cumplida.

Fue también en 2003 --todavía era mandatario Fidel Castro-- cuando el entonces vicepresidente Raúl Castro lo promovió para formar parte del Buró Político, el máximo órgano del Partido Comunista.

"Se destaca por su tenacidad y sistematicidad en el trabajo, el espíritu autocrítico y su constante vinculación con el pueblo", expresó Raúl Castro según reportaron entonces medios de prensa nacionales.

"Tiene un alto sentido del trabajo colectivo y de exigencia con los subordinados y predica con el ejemplo en el afán de superarse cotidianamente. Ha mostrado una sólida firmeza ideológica", agregó en inusuales palabras Raúl Castro, poco dado a elogiar a los dirigentes en público.

En mayo de 2009, ya bajo la gestión presidencial de Raúl Castro, es nombrado Ministro de Educación Superior y en marzo de 2012 asumió como vicepresidente del Consejo de Ministros, en reemplazo del nonagenario e histórico José Ramón Fernández.

Desde allí en más su figura se hizo cada vez más visible y su nombre comenzó a sonar entre los candidatos del tan anunciado como complejo relevo generacional.

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