'Olvidan' a opositores en nueva relación Cuba-EU

Los disidentes del régimen de la isla señalan que ningún diplomático de Washington se encontró con ellos en las pláticas por el deshielo entre ambas naciones.

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Muchos disidentes se sienten marginados en momentos en que Cuba y Estados Unidos festejan un acercamiento significativo. En la imagen, la líder de una facción de las Damas de Blanco, Berta Soler. (AP Foto/Desmond Boylan)
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Agencias
LA HABANA, Cuba.- En los siete meses que transcurrieron desde que Cuba y Estados Unidos iniciaron un deshielo en sus relaciones, un puñado de políticos estadounidenses viajaron a la isla para sitios turísticos, hablar con una nueva clase de pequeños emprendedores y analizar con los líderes del gobierno un eventual levantamiento del embargo comercial que pesa sobre la nación caribeña

Pero casi no hubo contactos con los disidentes que alguna vez fueron el centro de la política de Washington hacia La Habana.

Según un recuento hecho por The Associated Press, confirmado por prominentes disidentes, más de 20 legisladores estadounidenses llegaron a Cuba desde febrero y no se vieron con los grupos de oposición, encuentros que otrora eran obligados cuando llegaba una delegación legislativa norteamericana.

"Lo único que quieren es abrir negocios, embajada", se quejó Berta Soler, líder de una de las dos facciones de Damas de Blanco, un grupo de oposición. "Cada vez que venía alguien de Estados Unidos, de alto nivel, siempre antes de montarse al avión hacía tiempo para reunirse (con opositores) y esto no está sucediendo".

Contactos efectivos

Partidarios del acercamiento que promueve el presidente estadounidense Barack Obama con Cuba dijeron que es una forma más inteligente de promover reformas como pluripartidismo en la isla. Luego de décadas de esfuerzos infructuosos por fortalecer la oposición, afirmaron que los contactos con el gobierno cubano son mucho más efectivos para convencer a los funcionarios de que llegó la hora de abrir su sistema político y de aliviar el control de la economía.

Esto hizo que muchos disidentes se sintieran marginados, cuando no abandonados, en momentos en que las dos naciones festejan un acercamiento significativo, como la apertura el lunes de las embajadas de Cuba y Estados Unidos en los respectivos países.

Funcionarios del Congreso cubano dicen que las autoridades de la isla dejaron en claro que si los senadores y representantes estadounidenses se ven con disidentes, no tendrán acceso a dirigentes de alto rango de la isla, como el primer vicepresidente Miguel Díaz Canel, posiblemente el próximo presidente de Cuba, y quien se reunió en estas semanas con figuras como la influyente congresista Nancy Pelosi y el senador Patrick Leahy.

"Algunos (disidentes) pueden sentir que a causa de la decisión (de no reunirse con ellos), sus puntos de vista no están siendo reflejados, pero no es así", dijo Tim Rieser, asesor del senador estadounidense Patrick, quien lo acompañó en un viaje a la isla el mes pasado. "Nosotros sentimos que no tiene sentido seguir una política que falló durante más de 50 años. Y ciertamente no les ha ayudado, al menos no en que nosotros podemos ver".

Con la apertura de las embajadas, ambos gobiernos iniciaron conversaciones formales sobre temas como los derechos humanos, un mayor acceso a internet y la promoción del comercio.

Sin mucho respaldo

Cuba suele criticar duramente los millones de dólares que Washington gasta en programas llamados de promoción de la democracia y que la isla considera acciones subversivas para cambiar el modelo político de la isla; mientras cataloga a los pequeños grupos de disidentes de títeres de los intereses extranjeros.

Muchos disidentes reciben apoyo de agrupaciones de cubanos anticastristas de la Florida. Pero no lograron recabar demasiado respaldo en la isla misma por las intensas campañas del gobierno para desalentar las organizaciones populares y porque numerosos cubanos piensan que lo único que quieren los disidentes es ganar dinero, prestigio y visas para ir a Estados Unidos.

Partidarios de la política de Obama dicen que las recientes visitas de legisladores estadounidenses tenían como propósito hacer una evaluación de distintos sectores de la sociedad cubana: los pequeños empresarios que abrieron negocios al amparo de las reformas económicas de los últimos años; diplomáticos y empresarios extranjeros que operan en La Habana y el cubano común y corriente, que se queja de la falta de acceso a la internet y de otros asuntos, aunque sin a pedir un giro de 180 grados en el sistema político.

La idea expresada por los legisladores sería reanudar los contactos con los disidentes en el futuro, como Leahy, que hizo parte de una delegación que se reunió con los disidentes en enero, y planea seguir hablando con ellos en el futuro.

"El senador Leahy se ha reunido con los disidentes y los ha escuchado, los respeta y comparte sus aspiraciones en materia de derechos humanos en Cuba", dijo Rieser, quien argumentó que la política anterior de Estados Unidos con respecto a Cuba no les ayudó. "Al apoyar nuestro compromiso con Cuba, podemos aumentar nuestra capacidad para apoyar las libertades que ellos y la gente de todo el mundo merecen".

Como parte del acuerdo de diciembre para reanudar las relaciones diplomáticas, Cuba liberó en enero a 53 personas que habían sido detenidas por meses o años por cuestiones políticas, según la visión de Estados Unidos y de varias organizaciones de derechos humanos.

Mayor represión

En las últimas semanas, miembros de los pequeños y fragmentarios grupos disidentes y sus partidarios de la Florida aseguraron que, desde el histórico anuncio de Obama y el mandatario Raúl Castro, la represión fue peor que nunca.

Pero según la no gubernamental Comisión Cubana de Reconciliación Nacional, la cantidad de detenciones de disidentes -por lo general por unas horas- en los primeros seis meses de 2015 fue de dos mil 822, contra las cinco mil 904 en el mismo período del año pasado, aunque ahora hay más violencia, como el caso del opositor Antonio Rodiles que acusó a la policía de haberlo golpeado la cara durante una de las marchas domingueras de las Damas de Blanco y que generó un comunicado del Departamento de Estado de Estados Unidos.

"Hay una tendencia al aumento de esa forma de represión política (las detenciones por horas). El gobierno casi ha renunciado a las largas condenas de prisión", expresó a la AP Elizardo Sánchez, director de la Comisión y quien, a diferencia de otros opositores, se mostró satisfecho con el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.

Para Sánchez, la protesta semanal que las Damas de Blanco protagonizan desde hace al menos tres meses, es un ejemplo de este tipo de represión.

Todos los domingos, desde hace dos años, este grupo, que dirige Soler, camina por la 5ta Avenida de La Habana y luego conversan debajo de unos árboles. Pero en las últimas semanas comenzaron a salir de su ruta habitual e incorporar a hombres a su actividad.

Cuando quieran y como quieran

Esta protesta y la de un puñado de simpatizantes, constató la AP, suele terminar luego de que manifestantes progubernamentales les gritan consignas revolucionarias y las acusan de tratar de socavar la revolución. Llega entonces la policía, que se lleva a los disidentes en autobuses.

Los activistas y sus partidarios sostuvieron que desean manifestarse cuando quieran y cómo quieran, y lamentaron que en el marco de los acercamientos entre Washington y La Habana no se haya incluido esa exigencia.

"Las quejas iniciales de un grupo de la oposición se hicieron realidad", dijo a la AP Rodiles, quien rechaza el deshielo binacional. "El hecho de que la administración de Obama aceptara entrar en este proceso político, sin, por parte de ellos, un petitorio claro en temas como la promoción de la democracia y los derechos humanos, hizo que el régimen haya ganado legitimidad".

A pesar de esos incidentes, algunos disidentes que vienen librando batallas desde hace años con el gobierno dicen que la nueva política estadounidense es la correcta.

"Me parece que ellos (los congresistas) están hablando con quiénes deben hablar, que es el gobierno de Cuba. Estamos a favor de que en Cuba exista un estado democrático, no igual, pero semejante al que tienen ellos, a nosotros no hay que convencernos, es al gobierno al que hay que disuadir", expresó Sánchez.

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