Donald Trump no es el rico que aparenta

No todos los edificios que llevan su nombre son de su propiedad, como piensa la mayoría de la gente.

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La Torre Trump está ubicada en la Quinta Avenida y la calle 57, en el corazón de Manhattan, y en ella se encuentran las oficinas de la organización. (Imágenes de AP/ Notimex)
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Agencias
NEW YORK.- La serie de propiedades que ostentan el nombre del candidato presidencial Donald Trump en Nueva York reflejan la ambición y contradicciones de un hombre que ha hecho de su apellido una de las marcas más visibles de los bienes raíces en la ciudad.

Trump, que heredó de su padre un negocio de bienes raíces millonario y en expansión, ha logrado extender su marca para forjar un emporio cuyo valor total asciende a tres mil 700 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes.

Pese a que Trump está lejos de competir con las fortunas de los mayores multimillonarios en Estados Unidos (Bill Gates, fundador de Microsoft, dispone de más de 70 mil millones de dólares), el actual candidato presidencial ha multiplicado su visibilidad al colocar su nombre en varias propiedades, informa Notimex. 

Así, Trump se ha convertido en “la idea que tiene un hombre pobre de un millonario”, de acuerdo con la revista The Economist, pese a que en realidad el magnate no posee en su totalidad ninguna de la docena de propiedades que ostentan su apellido en Nueva York.

Entre las instalaciones de la marca Trump en esta ciudad destacan dos hoteles, una docena de edificios de condominios y oficinas, y una pista de patinaje sobre hielo en Central Park.

En algunos casos, Trump posee sólo una porción de las propiedades, en otros las administra y en otros sólo cobra regalías por dejarlas usar su marca.

La Torre Trump

El corazón del emporio es la Torre Trump, ubicada en la Quinta Avenida y la calle 57, en el corazón de Manhattan, donde se encuentran las oficinas de la organización, así como una de las residencias del magnate.

La Torre Trump también se ha convertido en una especie de zona cero tanto para los admiradores y simpatizantes del magnate como para sus críticos y detractores.

Desde que lanzara su campaña presidencial, precisamente desde el vestíbulo de su torre insignia, protestas tanto a favor como en contra de su candidatura son la constante afuera de esta propiedad.

El famoso Vaquero desnudo, que usualmente se encuentra en Times Square, ahora ha montado su espectáculo a favor del candidato afuera de la Torre Trump. Asimismo, abundan los subgrupos que apoyan al candidato: de latinas, mujeres y de personas de diversos orígenes nacionales.

Además, turistas de todo el mundo y de otras ciudades de Estados Unidos acuden a la Torre Trump con la reverencia de quien visita un monumento: tomando fotos, comprando productos y consumiendo alimentos.

El color que predomina dentro del recinto es el dorado refulgente.

Dentro de la propiedad se encuentran dos restaurantes, una cafetería y un bar Trump, la joyería de su hija Ivanka, y la tienda de regalos con artículos con el nombre del magnate.

Además, se encuentra la mercancía de su campaña, que incluye la gorra con la leyenda “Haz a Estados Unidos grande otra vez”.

"Canasta básica" Trump

La selección de productos con el nombre de Trump es asombrosa: animales de peluche, ositos de goma, batas para niños, mancuernillas, helados, café, dos marcas de lociones, corbatas y camisas, sudaderas, carteras y bolsas.

La Torre Trump y sus diversos comercios revelan la megalomanía del candidato presidencial. Su historia, sin embargo, revela sus contradicciones.

Trump ha señalado, desde el primer día que anunciara su campaña, a los inmigrantes indocumentados como uno de los problemas centrales de Estados Unidos y ha prometido deportar de este país a las 11 millones de personas que se encuentran en esta situación.

Una investigación de la revista Time de agosto pasado, no obstante, descubrió que Trump construyó su torre insignia con la mano de obra de inmigrantes indocumentados provenientes de Polonia, según documentos judiciales productos de un conflicto legal.

Trump no sólo empleó a inmigrantes indocumentados para erigir su torre sino que, de acuerdo con Time, no les pagó sus sueldos, que sumaban 100 mil dólares. Cuando los trabajadores se quejaron, el magnate amenazó con denunciarlos para que los deportaran.

El candidato no negó las acusaciones, y tal como es su estilo contraatacó a la revista:

“La Torre Trump resultó ser uno de los más bellos e icónicos edificios jamás construidos. ¿No tienen nada mejor que escribir sobre una historia de hace 35 años llena de medias verdades e información falsa?”.

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