El 'bien intencionado' y valiente soldado Manning

Con estoicismo el joven militar escuchó la condena de 35 años de cárcel por filtrar a WikiLeaks millares de datos.

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Manning mantuvo la compostura ayer después de escuchar la sentencia. (Agencias)
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AFP
WASHINGTON, DC.- “Egoísta y temerario” o “joven ingenuo y bien intencionado”: el misterio continúa rodeando la personalidad del soldado Bradley Manning, sentenciado ayer a 35 años de cárcel por espionaje.

Rubio, de pelo corto, con un rostro adolescente con anteojos finos, el exmilitar de 25 años, oriundo de Oklahoma (sur) no da precisamente la impresión de ser uno de los más célebres “whistleblowers” (responsable de fugas de información) de la historia de Estados Unidos.

Sin embargo, entre noviembre de 2009 y mayo de 2010, este exanalista de inteligencia telecargó y luego envió al portal político Wikileaks miles de documentos clasificados del gobierno de EU sobre las guerras de Irak y Afganistán y 250 mil telegramas del Departamento de Estado.

La “fuga” del siglo causó un terremoto en la diplomacia y la ira de la primera potencia mundial.

Un peso duro de sobrellevar para el joven Manning, quien en 2007 ingresó al ejército tras una infancia marcada por la crisis familiar y el divorcio de sus padres, y los insultos de sus compañeros de clase, ya sea por su aspecto de “intelectual” o por su homosexualidad, que el joven terminó asumiendo no hace mucho.

La semana pasada el soldado ofreció disculpas y lamentó que sus acciones “hayan hecho daño a personas y a Estados Unidos”

Su abogado David Coombs —quien lo defendió de dos cargos de espionaje, fraude informático y complicidad con el enemigo— afirmó ayer en su alegato final que Manning no era un traidor, sino “un joven, ingenuo y bien intencionado” impactado por lo que vio en Irak.

La fiscalía lo describió, por el contrario, como “un ser egoísta y temerario”, consciente de que al transmitir los documentos a WikiLeaks éstos podrían ser vistos por los enemigos de Estados Unidos, en primer lugar Al Qaeda.

Durante audiencias preliminares del proceso, testigos del gobierno aludieron en un primer momento a Manning como una persona “deprimida”, “ansiosa”, “sujeta a crisis de pánico”, mencionando incluso su mutismo, su sonambulismo y su “pérdida de referencias sexuales”.

Miembros del personal de la prisión de Quantico (Virginia), en la que Manning permaneció recluido durante nueve meses, contaron episodios en que el joven lamía los barrotes de su célula mientras dormía, lloraba mientras se golpeaba la cabeza con sus dos manos o hacía muecas al mirarse al espejo, intentando justificar la decisión de las autoridades de mantenerlo en un régimen de detención ultrasevero reservado a los suicidas.

Pero la defensa siempre negó que lo fuera. Coombs aseguró que el sueño de su cliente era “ir a la universidad, trabajar en el servicio público y tal vez, algún día, ser candidato” a un cargo electivo. Difícil establecer cuál de estos retratos se acerca más a la verdad.

La semana pasada el soldado ofreció disculpas y lamentó que sus acciones “hayan hecho daño a personas y a Estados Unidos”, luego de haber sido condenado en julio por “espionaje y fraude”.

En febrero, este apasionado de la geopolítica y tecnologías de la información justificó sus actos por el deseo de “provocar un debate público sobre las fuerzas armadas y la política exterior de Estados Unidos”, y subrayó su certeza de que la difusión de los documentos “no causaría ningún daño” a la seguridad nacional.

Manning mantuvo la compostura ayer después de escuchar la sentencia e incluso consoló a sus abogados cuando rompieron en lágrimas. Coombs, el civil que encabezó su defensa, dijo que su cliente se mantuvo estoico al escuchar la condena aunque “yo mismo y otros estábamos llorando porque esto significa mucho para nosotros”.

Añadió que al verlos llorar, Manning dijo: “Todo está bien, no te preocupes. Sé que hiciste tu mejor esfuerzo. Yo voy a estar bien. Voy a superarlo”.

“Me veo en una situación en que mi cliente está animándome. Eso no debería ocurrir, pero él es un joven fuerte. Otra cosa no, pero fuerte es seguro”, dijo Coombs, que habló así a la prensa cerca de la base militar de Fort Meade, donde transcurrió la prisión y el juicio a Manning, y adelantó que la próxima semana dará curso al pedido de indulto al presidente Barack Obama para el soldado.

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