En Grecia, 'el tiempo de la izquierda ha llegado'

El partido Syriza, que promete acabar con la austeridad imperante en el país, es el gran favorito en las votaciones.

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Syriza realizó su campaña electoral con la promesa de renegociar la deuda que agobia a Grecia desde hace varios años. (Notimex)
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Agencias
ATENAS, Grecia.- Grecia vota el domingo en unas elecciones generales anticipadas que podrían alterar el curso de su lucha contra una agobiante deuda, con un partido de la izquierda radical encaminado a la victoria tras prometer que reescribirá los términos de su rescate financiero internacional.

El partido Syriza, liderado por Alexis Tsipras, se ha mantenido claramente por delante del conservador Nueva Democracia, del primer ministro Antonis Samaras, en las encuestas realizadas durante la campaña electoral para unos comicios que se celebran dos años antes de lo previsto, según informa The Associated Press.

Pero esos sondeos mostraron también que un porcentaje importante del electorado seguía sin tener claro su voto hasta el último momento, sugiriendo que Syriza podría tener problemas para lograr los escaños suficientes que le permitirían formar gobierno en solitario.

"Estas elecciones son cruciales para nuestro futuro y para el futuro de nuestros hijos", dijo Samaras tras depositar su voto en una localidad del sur del país. "Hoy decidimos si seguimos adelante con fortaleza, con seguridad, con calma, o si nos embarcamos en aventuras".

Una masa de medios de comunicación rodeó a Tsipras cuando se disponía a votar en Atenas. "¡El tiempo de la izquierda ha llegado!", coreaba un grupo de jóvenes.

Un relajado Tsipras bromeó con los periodistas que se empujaban para obtener declaraciones y fotos. "Hemos estado esperando este momento cinco años. Pueden esperar cinco minutos más", dijo.

"Hoy, los griegos están llamados a dar, con decisión, el último paso para recuperar la esperanza, para terminar con el miedo, para la vuelta de la democracia y la dignidad a nuestro país", dijo el candidato fuera del centro electoral. Añadió que votar por Syriza aseguraría que Grecia negociaría "un acuerdo difícil para reincorporarse a Europa en igualdad de condiciones. Soy optimista, este será un día histórico".

Frente a bancarrota

Syriza basó su campaña electoral en la promesa de renegociación del rescate internacional de 240,000 millones de euros al país, y se ha comprometido a revertir muchas de las reformas impulsadas para optar a los préstamos que han mantenido a Grecia a flote financieramente desde 2010.

Esta retórica ha renovado los temores sobre la capacidad de Grecia para salir definitivamente de la crisis financiera que arrasó un cuarto de su economía, elevando el desempleo y minando la fortaleza del euro, la moneda que comparten 19 naciones europeas.

Los acreedores de Grecia insisten en que el país debe cumplir con sus compromisos anteriores para seguir recibiendo ayuda, e inversionistas y mercados se han alterado por la retórica contra el rescate. El país podría enfrentar una bancarrota si no se alcanza una solución, aunque la especulación sobre una "Grexit" -un juego de palabras en inglés que hace referencia a abandono de Grecia del euro- y el potencial colapso de la moneda única ha sido mucho menos intensa que en las últimas elecciones generales de 2012.

La campaña de Samaras se centró en la mejora de la economía, que en el tercer trimestre de 2014 creció por primera vez en seis años. Prometió que, si sale reelegido, reducirá impuestos y advirtió de las consecuencias potencialmente nefastas de incumplir las condiciones del rescate. Sus rivales lo acusan de usar técnicas para atemorizar.

Política fracturada

Por su parte, Syriza promete terminar con la aplastante austeridad que ha imperado en el país y ha llevado a su partido a muchos votantes enfurecidos por la pérdida de nivel de vida y el incesante aumento de impuestos.

La gran pregunta es si alguno de los partidos obtendrá los 151 escaños necesarios -en un Parlamento de 300- para formar gobierno en solitario. La escena política griega se ha fracturado durante la crisis financiera, con el electorado abandonando los dos partidos tradicionalmente dominantes -conservadores y socialistas - en favor de un puñado de formaciones más pequeñas.

El próximo gobierno enfrenta a una serie de tareas de gran calado, la más apremiante concluir las negociaciones con los supervisores del rescate para cobrar 7,200 millones de euros (8,100 millones de dólares) que tendría que haber recibido a finales del año pasado. También deberá negociar algún tipo de alivio para la deuda nacional, que asciende a 320,000 millones de euros, e impulsar el débil crecimiento.

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