'Ese hombre mató a mi nieto y me mató a mí'

Entra en fase final juicio contra un soldado que cometió una masacre en la base militar de Fort Hood en 2009.

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Hasan ha admitido haber realizado el ataque. (Agencias)
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Agencias
FORT HOOD, Texas.- Un soldado a quien dejó por muerto con un balazo en la cabeza. Una viuda con dos hijos que no tendrán a su padre para que los lleve a pescar o los enseñe a ser caballeros. Un padre apesadumbrado que se incluye a él y a su nieto nonato entre las víctimas de la masacre de 2009 en la base militar de Fort Hood.

Los sobrevivientes del ataque y familiares de los fallecidos declararon el lunes durante la fase final del juicio al mayor Nidal Hasan, de 42 años, de acuerdo con AP. 

Los fiscales esperan que los emotivos testimonios -viudas llorosas, padres dolidos y soldados paralíticos- ayuden a convencer al jurado a que imponga la pena de muerte a Hasan, algo inusual en los tribunales militares, quien fue declarado culpable la semana pasada de matar a 13 personas y herir a más de 30 en la base militar de Texas.

La fase de sentencia también será la última oportunidad de Hasan para decirle al jurado lo que se ha pasado diciéndole los últimos cuatro años a los militares, jueces y periodistas: que la muerte de soldados estadunidenses desarmados que se preparaban para marchar al frente en Irak y Afganistán era necesaria para proteger a los insurgentes musulmanes. Pero no se sabe si planea dirigirse a los miembros del jurado.

El sargento del Estado Mayor Patrick Ziegler fue uno de los primeros en declarar y contó al jurado cómo recibió cuatro balazos y fue operado de emergencia del cerebro, cirugía en la que le fue extirpado aproximadamente el 20% del mismo. En un principio los médicos esperaban que muriera o quedara en estado vegetativo.

Ziegler estuvo hospitalizado unos 11 meses y se sometió a 10 operaciones. Quedó con el lado izquierdo del cuerpo paralizado y con puntos ciegos en la vista que le impiden conducir un vehículo.

"Tengo esperanzas de seguir recuperando algún movimiento, pero a final de cuentas sucumbiré a mis heridas y no podré funcionar", afirmó Ziegler.

El padre casado dijo tener problemas para cuidar a su hijo de 10 meses "como lo haría un padre normal". Indicó que ha tenido que batallar contra una depresión severa.

Por su parte, Shoua Her se enjugó las lágrimas al recordar cómo ella y su esposo, el soldado Kham Xiong, hablaban sobre envejecer juntos y tener más hijos. Ahora, dijo, sus hijos sólo conocen a su padre asesinado a través de recuerdos e historias.

Juan Vélez, padre de la soldado Francheska Vélez, dijo que la familia no ha logrado sobreponerse a la muerte de la joven. Su hija, de 21 años, estaba embarazada y varios testigos declararon que la escucharon gritar "¡Mi bebé! ¡Mi bebé!" durante el atentado.

"Ese hombre no sólo mató a 13, mató a 15. Mató a mi nieto y me mató a mí", dijo en español. "Me hirió en lo más profundo del alma".

Sin emoción

La audiencia terminó después que una decena de personas declararon. Hasan pidió tres recesos durante la jornada y la juez le concedió dos.

Hasan, un musulmán nacido en Estados Unidos, ha admitido haber realizado el ataque y no mostró emoción alguna cuando lo declararon culpable. El mayor se representa a sí mismo en el juicio, pero no ha llamado a testigos, declinó testificar y sólo interrogó a tres de los casi 90 testigos de la fiscalía antes de ser declarado culpable.

Ningún soldado estadunidense ha sido ejecutado desde 1961. Muchos militares en la galera de la muerte han conseguido la cancelación de la sentencia en el proceso de apelaciones, que es automático cuando los jurados votan por unanimidad la pena capital. 

En cualquier caso, cualquier sentencia de muerte debe ser sometida a la aprobación del presidente de Estados Unidos.

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