Estrenan italianos negociación política directa en la web

El primer debate en internet entre diputados y el futuro líder del país, PierLuigi Bersani, se dio en Roma.

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Bersani conduce lejos de la televisoras sus consultas. (www.giornalettismo.com/Archivo)
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Philipp Ridet/Le Monde
ROMA, Italia.- Aún no se conoce la tasa de audiencia alcanzada por la difusión en internet (y ampliamente reproducida por las cadenas de televisión) del encuentro de media hora entre PierLuigi Bersani, líder del Partido Demócrata (PD, izquierda), encargado de integar un gobierno y lograr un voto de confianza en las dos cámaras, y los representantes del Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Pero una cosa es segura, como gran promotora de novedades en ese ámbito, Italia todavía sigue inventando cosas en política: la negociación en directo.

El escenario tuvo lugar en la sala del Caballero de la Cámara de Diputados, donde desde el pasado sábado Bersani conduce, habitualmente lejos de las televisoras, sus consultas. 

A uno y otro lado de una mesa lo suficientemente larga como para impedir que alguno de los participantes llegue a las manos, estuvieron Bersani asistido por Enrico Letta (vicesecretario geneal del PD) y, frente a ellos, Vito Crimi y Roberta Lombardi, respectivamente presidentes de los grupos M5S del Senado y de la Cámara baja. Detrás de ellos, sentados en fila, otros representantes y diputados del partido de Beppe Grillo parecen como invitados a una boda —o los espectadores de un proceso—. Algunos toman nota.

Hace ya un mes que cada uno conoce las posturas de los otros. Bersani, mayoritario en la Cámara pero minoritario en el Senado, quiere intentar amansar a los grillini para permitir el surgimiento de un “gobierno de cambio”. La derecha del ex primer ministro 

Silvio Berlusconi y los diputados del primer ministro interino Mario Monti quieren, al contrario, un “gobierno de coalición” que Bersani rechaza. Los grillini quieren a su vez integrar su propio gobierno... Así, el bloqueo institucional es total y no se excluye la posibilidad de nuevas elecciones.

Si de por sí el escenario deja poco lugar a un eventual empeoramiento de las cosas y menos a la posibilidad de un happy end, este encuentro fue visto por la sociedad con la vaga esperanza de asistir en directo a un cambio de situación. Un dramático Bersani hablando de “los terribles problemas que le esperan” al país en los próximos meses y prometiendo una reforma de la vida política y de las instituciones.

También jugó  con el énfasis y la retórica: “Estoy listo a tomar una responsabilidad enorme. Le pido a los otros que hagan lo propio”.

Como dos alumnos un poco tercos y poco participativos convocados a la oficina del “prefecto”, Roberta Lombardi y Vitto Crimi bajan los ojos ante la audiencia. 

Las cadenas de tv cada vez están más ávidas de las difusiones en directo

Pero cuando llega su turno de hablar, no muestran ninguna señal de arrepentimiento. Ella: “Hace veinte años que escucho ese discurso. Usted no ha hecho nada. Tengo la impresión de asistir a un Ballaro” (un programa de debate político semanal.) Él (no sin antes haberle echado una rápida mirada a su colega para asegurarse de que está de acuerdo en lo que va a decir): “Nosotros necesitamos pruebas. Al menos, podemos votar algunas medidas. Pero la confianza, no”. 

Bersani dobla varias veces una hoja delante de él. Pone en orden sus lapiceros. Retoma la palabra: “Desgraciadamente, esto no es Ballaro. Es una cosa seria”.

Se le siente tenso. Pero por suerte la mesa es larga...

Una reflexión para terminar: al decidir difundir todas las negociaciones, incluso las secretas, el Movimiento 5 Estrellas debería ser más desconfiado.

La transparencia y el control de los diputados a los cuales los parlamentarios de Grillo se someten (no todos) también pueden terminar siendo una trampa. La difusión en directo (streaming) de sus reuniones a la usanza de los internautas, se está volviendo poco a poco un contenido de programa televisado del cual las cadenas están cada vez más ávidas, sobre todo cuando no les cuesta nada.

De momento, y a espaldas de sus participantes, dicha difusión obedece a otras reglas. A pesar de una panorámica warholiana y una imagen muy clara que deberían garantizar una forma de distancia, el telespectador juzga el resultado de unos y de otros en función de la empatía que ellos provocan, incluso en los ánimos mejor dispuestos. Con este rasero, nos parece que Bersani no salió tan mal parado de este ejercicio al que tanto le temía.

Pero el líder de la izquierda se encuentra ante una encrucijada ya que no convenció a Grillo, ni a su patrulla de parlamentarios, y al mismo tiempo se niega a aliarse con la derecha del magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi y dar vida a un gobierno de “unidad nacional” después de los duros enfrentamientos que han tenido en el curso de los últimos años.

El líder de la izquierda intenta ordenar el rompecabezas, en un momento crucial para la economía italiana, en plena recesión. 

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