¡Eviten el escándalo de ser 'obispos de aeropuerto'!
El Papa Francisco pide a pastores novatos permanecer el mayor tiempo posible en sus diócesis y que 'nunca dejen la puerta de su casa cerrada'.
Agencias
VATICANO.- El Papa Francisco llamó este jueves a evitar el escándalo de los "obispos de aeropuerto", aquellos que -dijo- prefieren viajar por el mundo antes de permanecer en medio a su pueblo, compartiendo sus penas y dificultades.
En un discurso pronunciado ante un grupo de obispos "novatos", designados en sus puestos en los últimos 12 meses, Francisco advirtió que el estilo de los pastores católicos debe ser humilde, austero y esencial, según publica Notimex.
"Nosotros los pastores no somos hombres con la psicología de los príncipes, hombres ambiciosos, que son esposos de una Iglesia esperando otra más bella, más importante y más rica", afirmó, al hablar en italiano.
"¡Estén muy atentos de caer en el espíritu del 'carrierismo'! No es sólo con la palabra, sino también y sobre todo con el testimonio concreto de vida que somos maestros y educadores del pueblo", agregó.
Ante más de 100 clérigos, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, Jorge Mario Bergoglio insistió en pedir a los obispos que permanezcan en sus diócesis, sin abandonarlas físicamente por mucho tiempo ni buscar cambios o promociones.
Ley de la residencia
Recordó que la ley de la residencia, que obliga a un obispo a estar en su demarcación eclesiástica, no ha pasado de moda y si es necesario ausentarse de la propia diócesis, debe ser por el tiempo estrictamente necesario, no habitualmente.
"Les pido, por favor, de permanecer en medio a vuestro pueblo. Permanecer, permanecer. ¡Eviten el escándalo de ser "obispos de aeropuerto"! Sean pastores con dulzura en el trato y firmeza paterna, con humildad y discreción, capaces de mirar también sus límites y con una buena dósis de humor", apuntó.
Pidió también a los obispos acoger a todos, nunca dejar la puerta de su casa cerrada, responder a quienes los buscan, compartir con ellos las esperanzas, las dificultades, los sufrimientos, como hermanos y amigos, como padres capaces de escuchar, comprender, ayudar y orientar.
Instó a no olvidar las necesidades humanas de cada uno de los sacerdotes, sobre todo en los momentos más delicados e importantes de su ministerio.
"¡Sed pastores con olor a oveja! Vuestra presencia no es secundaria, es indispensable. Lo pide el pueblo mismo, que quiere ver al propio obispo caminar con él. ¡Lo necesita para vivir y para respirar!", exclamó.
"¡No se encierren! Bajen a las periferias de las diócesis y a todas las periferias existenciales donde está el sufrimiento, la soledad y la degradación humana", estableció.