Agencias
BEIRUT, Líbano.- Los insurgentes sirios, entre ellos extremistas islámicos, ocuparon el martes por completo una base militar tras dos días de intensos enfrentamientos en los que murieron 35 soldados, dijeron los activistas.

Fue el último logro de las fuerzas de la oposición apoyadas por un grupo ligado a al-Qaida, cuyos aguerridos combatientes han despertado temores en Occidente, según publica The Associated Press.

La base militar Jeque Suleimán fue la segunda más importante capturada por los insurgentes en el norte del país, que además han realizado avances en el sur hacia la capital, Damasco.

En otros episodios de violencia, se reportó que decenas de personas resultaron heridas o muertas en Aqrab, una aldea en la provincia central de Hama debido a varias explosiones. La organización activista con sede en Londres Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció la carnicería, según activistas en la zona, pero carecía de cifras precisas de muertos o detalles sobre los autores.

Los combatientes de grupos yihadistas, incluyendo Jabhat al-Nusra, figuran entre los combatientes de las filas insurgentes que capturaron la base del Jeque Suleimán, cerca de la ciudad norteña de Alepo, según el Observatorio y otras organizaciones activistas.

La presencia del grupo yihadista ha causado preocupación en Estados Unidos y otras naciones que respaldan a la oposición en Siria, pero que no desean ver extremistas encumbrados en el poder en la región. Estados Unidos incluyó esta semana en una lista negra a al-Nusra y la tildó de organización terrorista, insistiendo que el grupo forma parte de al-Qaida en Irak.

Empero, los combatientes de al-Nusra al parecer figuran entre los más decisivos entre los insurgentes y encabezaron muchos de los recientes avances.

La designación de organización terrorista congela los bienes y activos de cualquier miembro de al-Nusra bajo jurisdicción estadounidense.