Agencias.
CIUDAD DEL VATICANO, Vaticano.- El papa Francisco explica en su mensaje por la 87a. Jornada Misionera Mundial, a celebrarse en octubre, que difundir "la verdad del Evangelio" no significa "violentar la libertad", porque hoy la fe cristiana responde a la necesidad del hombre de tener una "luz segura" en este tiempo de crisis y conflictos. 

De acuerdo con información del sitio web ANSA Latina, en su mensaje el Pontífice reiteró que la Iglesia no es una "organización asistencial, una empresa, una ONG", sino una comunidad que debe tener en el centro su propia "dimensión misionera".

En dicha misiva, escrita el 19 de mayo pero difundida hasta ahora por la sala de prensa vaticana, Francisco fijó los puntos de su visión de una Iglesia que anuncia "con coraje" el Evangelio en el mundo de hoy, "saliendo de su recinto" para llevar la luz a las "periferias".

El Papa escribió que "a menudo la obra de evangelización halla obstáculos no sólo afuera, sino dentro mismo de la propia comunidad eclesial. A veces son débiles el fervor, la alegría, el coraje, la esperanza de anunciar a todos el Mensaje de Cristo y de ayudar a todos los hombres a encontrarlo".

"Se cree todavía que llevar la verdad del Evangelio es violentar la libertad", sentenció el Papa, citando a propósito a Paulo VI, de cuya muerte se cumplen hoy 35 años.

Paulo VI afirmó en su exhortación apostólica "Evangelii nuntiandi", que proponer a los otros la "verdad evangélica" en el "respeto absoluto a las libres opciones" es un "homenaje" a su libertad.

"Debemos tener siempre el coraje y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo, de hacernos portadores de su Evangelio", insistió Francisco.

El Papa considera que ahora "vivimos en un momento de crisis que afecta a varios sectores de la existencia, no sólo el de la economía, las finanzas, la seguridad alimentaria, el ambiente, sino también el sentido profundo de la vida y los valores fundamentales que la animan".

"También la convivencia humana está signada por tensiones y conflictos que provocan inseguridad y cansancio de hallar el camino para una paz estable", sentencia.

Y frente a las "nubes amenazantes" que recorren "el horizonte del presente y del futuro", según Francisco, se hace "todavía más urgente llevar con coraje en toda realidad el Evangelio de Cristo", que es anuncio "de esperanza, de reconciliación", de la capacidad del amor divino de "vencer las tinieblas del mal y llevar sobre el camino del bien".

En su mensaje el Papa explica que los seres humanos de este milenio requieren de una luz segura que "sólo el encuentro con Cristo puede dar".

Por eso, desde este punto de vista, "la misionaridad de la Iglesia no es proselitismo", sino "testimonio de vida que ilumina el camino, que lleva esperanza y amor".

Asimismo pide que la Iglesia no se comporte como lo que no es, pues la Iglesia de Cristo no es "una empresa" ni "una ONG", sino una comunidad que debe "compartir el mensaje de salvación que nos trajo el Señor".

En otro punto de su disertación, el Pontífice anima a los misioneros y también a sacerdotes a entrar en este intercambio con otros religiosos y laicos para atender a las Iglesias que los necesitan, pues hay cristianos "en diversas partes del mundo, (que) se hallan en dificultad para profesar abiertamente su fe y ver reconocido el derecho a vivirla dignamente".

En las líneas finales de su carta reconoce que "no pocos arriesgan incluso la vida para seguir fieles al Evangelio de Cristo", asegurando su cercanía "con la plegaria a las personas, las familias y las comunidades que sufren violencia e intolerancia".