Guerra divide a siria en tres regiones

El Estado centralizado se pulverizó de tal forma que no permite predecir cómo será Siria una vez que dejen las armas.

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Rebeldes y adeptos al presidente sirio, Bashar Assad, han ido definiendo sus propias 'fronteras' en lo que fue un país 'unido'. (Agencias)
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Agencias
BEIRUT, Líbano.- Más de dos años después de que comenzara la guerra civil en Siria, lo que solía ser un Estado altamente centralizado se ha dividido en tres partes distintivas, cada una con sus propias banderas, organismos de seguridad y sistema judicial.

En cada área se libran batallas religiosas, ideológicas y de poder, y como los frentes tienden a variar, es imposible predecir exactamente cómo será Siria una vez que los combatientes dejen las armas. Sin embargo, cuanto más tiempo se prolonga el sangriento conflicto, más difícil será reconstruir un Estado sirio coherente a partir de los restos, dicen algunos analistas, publica AP.

"No hay duda de que, como una entidad única, Siria ha dejado de existir", dijo Charles Lister, analista del Centro de Terrorismo e Insurgencia de Jane's, una empresa de IHS. "Teniendo en cuenta la magnitud de las pérdidas territoriales en algunas zonas del país, Siria ya no funciona como un solo Estado de gobierno único y que lo abarca todo".

Las líneas geográficas divisorias que han surgido en los dos últimos años y fisuran el país en tres no son fijas, aunque es posible dibujar las fronteras generales en un mapa.

El régimen mantiene un firme control sobre un corredor que va desde la frontera sur con Jordania, a través de la capital Damasco y hasta la costa mediterránea, donde una gran parte de la población pertenece a la secta alauita del presidente Bashar Assad. Los rebeldes, que provienen principalmente de la mayoría musulmana suní de Siria, controlan una parte de territorio que abarca partes de las provincias de Idlib y Alepo en el norte y prosigue a lo largo del río Éufrates hasta la porosa frontera con Irak en el este. En la esquina noreste del país, la minoría curda siria goza de una semiautonomía.

Esos contornos proporcionan el panorama general. Sin embargo, la visión desde el terreno continúa ligeramente borrosa.

Facciones rebeldes

Aunque los rebeldes suníes controlan grandes extensiones de zonas rurales de Siria en el norte, el gobierno todavía controla las capitales de provincias allí, exceptuando la ciudad de Raqqa y partes de la de Alepo. El régimen también conserva algunas bases militares y retenes en las zonas rurales, la mayoría controladas por los rebeldes, pero están sitiadas y aisladas, y sólo se sostienen a base de suministros que les llegan por aire.

Por otra parte, el propio movimiento de la oposición está lejos de ser monolítico, y ha habido constantes luchas internas entre los extremistas afiliados a al-Qaida y los grupos rebeldes moderados, así como entre los curdos y los rebeldes de tendencia islámica radical. Esa violencia tiene el potencial de crecer a una guerra en toda regla entre las facciones de la oposición armada.

Secta alaudista

El régimen de Assad ha avanzado en los últimos meses en el corazón estratégico de Homs, reclamando territorio a los combatientes rebeldes. Esas incursiones han ayudado al gobierno a asegurar su control sobre Damasco y la vía hacia la costa. También han reforzado las acusaciones de la oposición de que el ejército de Assad está expulsando a las comunidades locales suníes para tratar de labrar un enclave separatista alauita que podría convertirse en un refugio para la comunidad en caso de que el régimen caiga.

Sin embargo, por ahora las tropas de Assad, sobrecargadas de trabajo y cansadas de la guerra, parecen incapaces de recuperar los vastos territorios que el gobierno ha perdido a manos de los rebeldes y los yihadistas, que ahora controlan pozos petroleros y otros recursos clave, como presas y plantas de electricidad en el norte y el este del país. Actualmente en varias zonas ondean banderas negras de al-Qaida que tienen impresa la declaración de fe del islam como una forma de diferenciar claramente su territorio de la bandera verde, blanco y negro con tres estrellas que utilizan varias de las brigadas rebeldes que conforman el Ejército Sirio Libre, respaldado por Occidente y conformado por miembros de diversos extractos.

En el norte, las brigadas de combate han establecido consejos judiciales basados en la ley islámica sharia que aplican su propia versión de la justicia, ejecutando en algunos casos a soldados y partidarios del régimen capturados.

Banderas curdas

En el noreste ondean banderas curdas sobre los edificios ahora que la minoría más grande del país alcanzó un grado impensable de independencia. Los curdos, que constituyen más del 10% de los 22 millones de habitantes de Siria, fueron oprimidos durante mucho tiempo bajo el régimen del Partido Baath. Ahora han creado sus propias fuerzas policiales e incluso sus propias placas para la circulación de vehículos, y se han mostrado exuberantes en las manifestaciones públicas de su idioma y cultura. Los estudiantes reciben ahora clases en curdo, algo prohibido durante años bajo el régimen de la familia Assad.

"Aunque en el campo de batalla hay cambios con respecto a quién tiene el impulso ofensivo, desde nuestro punto de vista Bashar Assad nunca volverá a gobernar toda Siria", dijo Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, a periodistas en Washington este mes.

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