Con 'bromas' se atacan una vez más Clinton y Trump

Durante la cena benéfica de la Alfred E. Smith Memorial Foundation, los candidatos a la presidencia mostraron su lado irónico al hablar uno del otro.

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El candidato presidencial republicano Donald Trump y su contrincante demócrata Hillary Clinton, durante la cena anual de la Alfred E. Smith Memorial Foundation en Nueva York. (AP/Andrew Harnik)
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Agencias
WASHINGTON, DC.- A pesar de que Donald Trump y Hillary Clinton intercambiaron afiladas bromas durante una cena benéfica, los dos mostraron su disposición a ver más allá de la amarga batalla electoral, dijo el viernes el arzobispo que se sentó entre ambos.

Aun así, el cardenal de Nueva York Timothy Dolan resumió la química entre los dos candidatos como: "una situación incómoda".

Los candidatos habían asistido a la cena anual de la Alfred E. Smith Memorial Foundation en Nueva York el jueves en la noche, un evento tradicionalmente genial pero que esta vez se volvió áspero. Dolan, una especie de pacificador temporal, describió un momento menos antagonista tras bambalinas después de que invitó a los dos candidatos a rezar.

"Después de la pequeña oración, Trump se volvió hacia la secretaria Clinton y le dijo 'eres una mujer dura y talentosa', y agregó que esta ha sido una buena experiencia", dijo Dolan el viernes en el programa "Today" de NBC. "Y ella respondió: 'Donald, lo que sea que pase, necesitamos trabajar juntos después".

De acuerdo con The Associated Press, el momento privado fue un inusual contraste con el tono hostil que se han dirigido los dos candidatos en una campaña que ha estado dominada por los ataques personales y groseros.

"Hemos demostrado que podemos ser civilizados entre nosotros", dijo Trump sobre una rival de la que ha afirmado que debería estar en prisión por supuestos delitos penales. "De hecho, justo antes de subir al estrado, Hillary se chocó conmigo sin querer y muy civilizadamente me dijo 'Perdóneme''', un juego de palabras para un término que también significa "indulto", una poco sutil referencia a las frecuentes afirmaciones del magnate sobre que su rival debería ir a prisión.

Clinton, que habló después de Trump en la cena, bromeó: "No creí que fuera a parecerle bien una transición pacífica de poder".

Sin embargo, Trump provocó algunos abucheos en el salón del hotel Waldorf-Astoria cuando tachó a Clinton de "corrupta" y dijo sin humor aparente que su rival había acudido al acto "fingiendo que no odia a los católicos", una frase pronunciada durante un acto a beneficio de la arquidiócesis católica de Nueva York.

Aunque Trump afirmó estar seguro de su victoria, numerosos líderes republicanos reconocen que se enfila hacia la derrota

Las bromas de Clinton fueron mordaces pero en un estilo más aceptado para la ocasión. Aunque varias mujeres han acusado a Trump de agresivos contactos sexuales, Clinton se mantuvo alejada de esa polémica pero aludió a sus comentarios públicos sobre el aspecto de mujeres con las que ha chocado: "Donald mira a la Estatua de la Libertad y ve un 4", dijo Clinton. "Quizá un 5, si suelta la antorcha y la tablilla y se cambia el peinado".

Republicanos y demócratas por igual han criticado a Trump por negarse a decir en el debate final que reconocerá una derrota. El jueves, Trump dijo que aceptará los resultados si gana o hay un resultado claro, pero se reservó su derecho a "impugnar o presentar una demanda legal" si perdía el 8 de noviembre.

Sin embargo, la leve rectificación no detuvo la oleada de críticas sobre una actitud que, en opinión de algunos, golpea el corazón de la democracia estadounidense.

"Quisiera prometer y comprometerme ante todos mis votantes y partidarios y ante todo el pueblo estadounidense que aceptaré totalmente el resultado de esta gran e histórica elección presidencial", dijo Trump, y tras hacer una pausa de varios segundos añadió: "si yo gano".

Uno de los que criticaron a Trump fue el senador John McCain, republicano por Arizona, que perdió ante Barack Obama en las elecciones de 2008.

"No me gustó el resultado de las elecciones de 2008. Pero yo tenía el deber de admitir la derrota y lo hice sin reticencias", declaró McCain en un largo comunicado.

"El reconocimiento no es simplemente un ejercicio de bondad. Es un acto de respeto por la voluntad del pueblo estadounidense, un respeto que es la primera responsabilidad de cualquier líder estadounidense", agregó.

Aunque Trump afirmó estar seguro de su victoria, numerosos líderes republicanos reconocen que Trump se enfila hacia la derrota, a no ser que ocurra un giro importante en los últimos días de la campaña.

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