Agencias
NUEVA YORK, E.U.- En varias oficinas del edificio donde funcionó un banco cerca del Madison Square Garden, docenas de periodistas, camarógrafos y técnicos trabajan empeñosamente con equipos flamantes, listos para lanzar al aire las primeras transmisiones de Al Jazeera América.

La organización noticiosa, con sede central en Qatar, comenzará sus transmisiones en Estados Unidos el martes después de una década de intentos. A las 3 de la tarde EDT, la antigua Current TV de Al Gore será reemplazada en más de 45 millones de televisores hogareños por la nueva afiliada estadunidense de Al Jazeera.

La emisora ha contratado a muchos veteranos de la televisión de Estados Unidos, incluso John Seigenthaler, Joie Chen, Antonio Mora y Sheila MacVicar, y promete una jugosa dieta de noticias que cree contrastará con las transmisiones de tinte dogmático que caracterizan las cadenas noticiosas estadunidenses.

"Presentaremos algo que consideramos que es único y confiamos, tanto por intuición como por algunas investigaciones, que es algo que el pueblo estadounidense está buscando", afirmó Kate O'Brian, exejecutiva de ABC News que es ahora presidenta de Al Jazeera America.

Al Jazeera es el principal canal de noticias del mundo árabe y uno de los más importantes del mundo con una audiencia superior a los 250 millones de hogares.

A partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Al Jazeera cobró fama en Occidente como canal de difusión privilegiado de los mensajes de Osama bin Laden y otros miembros de la red Al Qaeda. Esta distinción le valió a la cadena árabe un contrato de exclusividad en Occidente con la cadena de noticias estadounidense CNN; el contrato se vino abajo meses después por una disputa.

La televisora afirma ser el único canal de televisión políticamente independiente en Cercano Oriente y el mundo árabe. Su tónica ha llegado a molestar en repetidas ocasiones al gobierno estadunidense, que al menos en una ocasión ha pedido al gobierno de Qatar tomar cartas en el asunto, por considerarlo un instrumento del terrorismo.

En el Irak posterior a la guerra de 2003, el gobierno local, sostenido por Estados Unidos, ha vetado a Al Jazeera en varias ocasiones. Además, la monarquía saudí recibe frecuentes críticas de Al Jazeera, lo que hace que esta cadena de televisión no sea vista con buenos ojos por ésta.

Por su carácter independiente, Al Jazeera últimamente recibió numerosas críticas durante las protestas en el mundo árabe, por transmitir sin censura todo lo que pasaba.

Comienzo a lo grande

Las docenas de televisores de plasma y los escritorios dispuestos en torno de pilares de mármol en las oficinas neoyorquinas de la nueva emisora indican que no es ningún comienzo precario. 

Por otra parte es una sede temporal, ya que la cadena busca una oficina más espaciosa en Nueva York, pero no quiso demorar su salida al aire después de adquirir Current en enero. También está abriendo oficinas en otras once ciudades de Estados Unidos.

La emisora prevé un espacio noticioso nocturno presentado por Seigenthaler, una revista noticiosa conducida por Chen, un programa de entrevistas con Mora y otro de negocios conducido por Ali Velshi.

Todavía no se sabe qué presentará por las mañanas y si hará hincapié en programación documental o noticieros en vivo.

Tarea delicada

Con su red de oficinas, Al Jazeera buscará recabar informaciones más allá de los centros de poder y gobierno de Nueva York y Los Ángeles, aclaró Ehab Al Shihabi, el director general interino de la cadena. También tendrá oficinas en Los Ángeles, San Francisco, Dallas, Detroit, Chicago, Denver, Miami, Seattle, Nashville (Tennessee) y Nueva Orleans.

"Estoy aquí porque la promesa de hacer un buen trabajo es sencillamente excepcional", afirmó David Doss, veterano de ABC, NBC y CNN que será vicepresidente de programación noticiosa.

Al Jazeera está bien establecida en el exterior y la red estadunidense aprovechará sus 70 oficinas en el mundo. Pero los ejecutivos se han empeñado en resaltar que Al Jazeera America estará orientada a los gustos de Estados Unidos. 

Tendrá una tarea delicada ya que no querrá recordar a los estadounidenses que funcionarios del gobierno de George W. Bush cuestionaron su independencia en los meses posteriores a los ataques terroristas del 2001 ni los años en que los operadores de cable en Estados Unidos no querían saber nada de ella. Su oficina de Nueva York está custodiada por estrictas medidas de seguridad. 

(Con información de AP y Wikipedia)