La ancestral tradición del matrimonio entre cadáveres

En ciertas provincias chinas, el tráfico de cuerpos muertos para 'bodas fantasma' es un negocio redituable.

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Unos chinos recién casados posan para la foto del recuerdo. (Agencias)
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Agencias
SHANGAI, China. - Una boda representa un momento de gran felicidad para una pareja que decidió unir sus vidas para siempre. Todo es risas, regalos, música y baile, por lo general en una gran recepción inundada por los invitados, amigos y familiares.

Sin embargo en China, el rito nupcial tiene otro rostro: es una tradición ancestral celebrar matrimonios entre muertos, algo que a los ojos de Occidente resultaría una costumbre macabra y descabellada. Una práctica que se desvanece con el tiempo, pero que sigue muy viva en los rincones más escondidos del gigante asiático.

La tradición del 'matrimonio fantasma' está muy arraigada todavía en las provincias de Shaanxi, Henan, Hebei y Guandong, aunque están difundidos también en otras zonas del mundo. Pero lo que preocupa a las autoridades es el comercio de cadáveres.

Cuatro chinos fueron detenidos y condenados por haber puesto en marcha un floreciente comercio de cadáveres de mujeres jóvenes, destinados a dicha práctica.
   
Detenidos por las autoridades del condado de Yanchuan, en la ciudad de Yanan, los cuatro fueron condenados a penas de hasta 32 meses por haber exhumado diez cuerpos de muchachas que vendieron por unos 30,000 euros a familias de muchachos muertos tiempo atrás, según publica la agencia Ansa Latina.

Los cuatro sujetos habían sido contactados por algunos mediadores encargados por las familias de buscar esposas cadáver. Así, se dedicaron a cavar algunas tumbas de una zona rural para recuperar los cuerpos.
   
Como les resultó difícil encontrar mujeres jóvenes, también falsificaron los documentos sobre la fecha de la muerte. Una vez entregados los cuerpos a los familiares de los hombres muertos jóvenes, las presuntas muchachas fueron sepultadas nuevamente cerca de ellos tras celebrar la boda.

En otro más un mediador, que no lograba hallar una mujer joven, con ayuda de los profanadores camufló el cadáver de una anciana para hacerlo parecer joven.
    
Según la tradición, en efecto, es la propia familia de la joven muerta la que permite la exhumación. En otro caso el año pasado, un mismo cadáver fue exhumado y revendido dos veces.
   
En algunas circunstancias, en el lugar de la joven -o del joven novio- se ubican muñecas, bizcochos u otros objetos que recuerdan al difunto. Otras veces una mujer joven, todavía viva, se casa con un joven muerto.

Esto por una serie de motivos: en primer lugar, porque a menudo con la muerte de los jóvenes no se consigue continuar la línea familiar. En este caso, la esposa del cadáver adopta el hijo de un pariente, que así se convierte en hijo legítimo de la pareja pero, sobre todo, del joven muerto.
   
En otras situaciones, los matrimonios son celebrados entre una pareja de novios que no tuvieron tiempo de casarse por la muerte de uno o ambos prometidos.
   
Existe también la práctica de casar a un primogénito muerto con una joven para evitar el "escándalo" del matrimonio del hermano más joven antes de la boda del mayor. Naturalmente, estos casamientos se celebran con todos los honores, incluyendo fiestas, regalos y dotes.

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