Agencias
LA HABANA, Cuba.- Las FARC acusaron al expresidente Alvaro Uribe de cometer crímenes de lesa humanidad durante sus mandatos y llamaron al pueblo a movilizarse para defender las conversaciones de paz con el gobierno colombiano.

Uribe, que gobernó Colombia de 2002 a 2010, es "un personaje nefasto, que no pudo ganar la guerra asesinando a tanta gente inocente y humilde de un país, no puede impedir hoy que en Colombia se intente la solución política del conflicto", expresó el guerrillero Rodrigo Granda, quien leyó el sábado un comunicado antes de entrar a una nueva sesión de trabajo.

"Las colombianas y los colombianos todos, deben movilizarse para defender la mesa de diálogos de la Habana y exigir al mismo tiempo el derecho constitucional que les asiste para ser protagonistas principales de la paz con justicia social, en democracia y soberanía", dijo Granda cuyo verdadero nombres es Ricardo Téllez, según informa AP.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dijeron en el comunicado que Uribe es "mafioso y paramilitar de pura sangre". Lo acusaron además junto a su ministro de Defensa, Camilo Ospina, de ser quien "desencadenó esa enloquecida campaña de la muerte que segó la vida a miles de jóvenes inocentes que serían presentados en los medios de comunicación, como guerrilleros dados de baja en combate".

"El Fiscal general debe explicar al país por qué no ha abierto aún los procesos judiciales contra las jerarquías, responsables de estos crímenes", señaló Granda.

La mesa de negociaciones se instaló oficialmente en octubre de 2012 en Oslo, Noruega y posteriormente se trasladó a La Habana, Cuba. Tanto el país europeo como la isla están oficiando de facilitadores del proceso, que de salir airoso terminaría con un conflicto de más de 50 años en Colombia.

En medio de las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes, el presidente Juan Manuel Santos le ha reclamado a las FARC por algunas acciones militares realizadas y el secuestro de dos policías el 25 de enero en una región de Valle del Cauca, en el suroeste colombiano.

Por su lado las FARC, que levantaron el pasado 20 de enero un cese del fuego unilateral, insisten en la necesidad de acordar formas de "regularizar" el conflicto armado interno, algo que el gobierno rechaza alegando que Colombia requiere de acabar con la guerra interna que dura desde casi 50 años.