Liberación de Bergdahl, de logro de Obama a una agria polémica

La Casa Blanca negoció el intercambio de prisioneros sin notificar al Congreso, generando malestar tanto entre republicanos y demócratas.

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El caso del sargento Bowe Bergdhal ha desatado una nueva tormenta política en Estados Unidos. (EFE)
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EFE
WASHINGTON, D.C.- El presidente de EU, Barack Obama, anunció la liberación del sargento Bowe Bergdhal, el último prisionero de guerra, como un logro, pero los réditos que esperaban sus asesores se han tornado en amargas críticas que llegan hasta de su propio partido.

Los programas políticos del fin de semana en EU se han centrado en examinar la gestión del presidente Obama para conseguir la liberación de Bergdahl a cambio de la salida de la cárcel de la Base Naval de Guantánamo de cinco altos mandos talibanes.

Bergdahl pasó casi cinco años en manos de grupos talibanes, en situación de aislamiento, que ahora obligan a un lento proceso de "descompresión" psicológica para reintegrarse en su nueva vida en sociedad.

La Casa Blanca negoció el intercambio de prisioneros sin notificar al Congreso, que por ley debe conocer la salida de presos de Guantánamo con 30 días de antelación, lo que ha generado un gran malestar tanto entre republicanos como demócratas.

La presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, se mostró hoy frustrada con el hecho de que se haya liberado en Qatar a cinco altos mandos talibanes, acusados de matanzas de civiles, sin que ni siquiera se les haya impuesto arresto domiciliario.

"No nos podemos sentir contentos con el acuerdo cuando no se nos ha informado de los detalles", explicó Feinstein.

Sigilo y premura

Obama ha asegurado que no se notificó al Congreso porque consideraron necesario actuar con premura ante el deterioro de la salud de Bergdhal y por la posibilidad de que su vida corriera peligro al filtrarse el proceso de negociación.

Feinstein aseguró que no considera que la vida de Bergdhal hubiese corrido peligro en caso de haber avisado al Congreso de las conversaciones secretas con los talibán.

Varios senadores han acusado a Obama de haber incumplido la ley de defensa de 2014, que establecía claramente la necesidad de notificar con antelación la transferencia o liberación de presos de Guantánamo.

El caso de Bergdahl, que se mantiene ajeno a todas estas polémicas mientras se recupera en un hospital militar en Alemania, ha desatado una nueva tormenta política en Estados Unidos, pese a que a Casa Blanca parecía dispuesta a apuntarse una popular victoria.

Libre, cúpula talibán

El senador republicano y excandidato presidencial en 2008, John McCain, dijo hoy que pese a que apoyó en el pasado liberaciones de detenidos para poner fin al cautiverio de Bergdahl no se debería haber liberado "a la cúpula talibán" que estaba tras las rejas en Guantánamo.

Según el republicano, "estos cinco van a volver al liderazgo talibán y eso va a causar en Afganistán la inestabilidad (actual) que vemos en Irak", algo que se verá exacerbado con la salida progresiva de las tropas estadounidenses del país centroasiático a finales de 2016.

Mientras tanto los miembros del equipo de Obama se han puesto a la defensiva con mayor o menor fortuna.

En entrevista con CNN, el secretario de Estado, John Kerry, reconoció que los cinco talibanes, que no pueden salir de Qatar en menos de un año, podrían volver a la lucha armada "pero también podrían acabar muertos por ello".

Kerry aseguró desde Francia que los liberados serán vigilados y afirmó que "nadie puede dudar de la capacidad de Estados Unidos de proteger a su gente".

Hillary defiende a Obama

Por su parte, su predecesora en el cargo, Hillary Clinton, que cada vez parece más claro que optará a la presidencia en 2016, defendió a Obama en una entrevista con ABC, ya que el presidente debe tomar "duras decisiones".

Mientras tanto, la liberación de Bergdahl ha vuelto a convertirse en un lastre para la asesora de Seguridad Nacional de Obama, Susan Rice, que vio frustradas sus aspiraciones a liderar el Departamento de Estado por salirse del guión en la polémica del ataque contra el consulado de EU en Bengasi (Libia) en septiembre de 2012.

Rice dijo que Bergdahl era merecedor de tan delicado intercambio al haber servido a su país de manera "honorable y distinguida".

Aunque está por determinar con claridad, varios compañeros del pelotón en el que estuvo destinado Bergdahl en Afganistán, aseguran que el soldado se ausentó de su posición poco antes de ser capturado por el enemigo y lo acusan de desertor y merecedor de un consejo de guerra.

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