Mexicanos nacidos en EU 'no existen' legalmente

Al menos 289 mil menores no cuentan con acta de nacimiento y cotidianamente enfrentan problemas para recibir otros beneficios sociales.

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El Censo de Población y Vivienda 2010, elaborado por el Inegi, estableció que había en México más de 520 mil menores connacionales nacidos en Estados Unidos.(Agencias)
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Olinka Valdés/Milenio
MÉXICO, D.F.- Nació en Nueva York, pero es mexicano. Cristopher Tadeo llegó al Distrito Federal hace 15 años. Quince años en los que inscribirse en la escuela o recibir una vacuna representaron todo un reto.

En Zacatecas, Gelix Leonor y Giselle Emily Romero, de seis y cinco años, respectivamente, enfrentan situaciones similares. A Gelix no la admitieron en preescolar y Giselle no pudo recibir leche Liconsa durante sus primeros tres años de vida.

Christopher, Gelix y Giselle son tres de los más de 520 mil menores mexicanos nacidos en Estados Unidos que viven en México, de acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, elaborado por el Inegi.

Del total, al menos 289 mil niños no cuentan con acta de nacimiento y de manera cotidiana enfrentan problemas para continuar sus estudios y recibir otros beneficios sociales, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para las Mujeres en la Migración (Inmumi).

El informe, elaborado por el organismo a partir de solicitudes de transparencia a las autoridades educativas en los 31 estados y el Distrito Federal, incluye a los niños que realizaron su inscripción con documentos estadunidenses por no tener un acta de nacimiento apostillada (certificada), requisito indispensable para realizar la inscripción en el Registro Civil.

Una apostilla es un sello especial que estampa una secretaría de Estado para certificar que una firma es copia verdadera de un documento original, no certifica la validez de su contenido

El sello es el primero de los escollos que hay que sortear para obtener el registro mexicano. Los padres, además, deben presentar una traducción certificada, una constancia de inexistencia y realizar el pago de derechos, papeleo cuyo costo promedio es de 80 dólares, pero que por la intermediación de abogados y coyotes puede alcanzar hasta 500.

“En Estados Unidos no tienen que apostillar el acta. El problema es cuando regresan a México, porque no tienen el sello. Si acuden al consulado mexicano pueden registrar al menor, pero la gran mayoría de los mexicanos que vive en Estados Unidos no acude a los consulados, por desconocimiento o por trabajo o por lo que sea”, explicó Gretchen Kuhner, directora del Imumi.

Rechazo en preescolar

Cuando rechazaron a Tadeo en preescolar, María de Lourdes Ruiz decidió buscar ayuda. Acudió a las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para que le explicaran el procedimiento para apostillar el trámite.

Como respuesta obtuvo un folleto y un número de atención gratuita para solicitar informes. La contestadora solo ofrecía servicio en inglés. Un abogado le cobró dos mil pesos por una entrevista. Le dijo que le entregara el acta de nacimiento original y 300 dólares para hacer el trámite, pero era el único documento del niño y prefirió no arriesgarlo.

Años más tarde, llegado el momento de que Cristopher Tadeo ingresara a la primaria apeló a la buena voluntad de una secretaria que con el aval de la directora elaboró un CURP con los datos del acta estadunidense para que el niño pudiera estudiar, con la condición de que entregara el acta de nacimiento mexicana seis años después.

No pudo entregar el acta, pero Tadeo entró a la secundaria. Fue igual: “Yo solo quería irme a Estados Unidos. Pensaba ¿para qué estudiar tanto si al final no sabía si me iban a valer mis papeles? Nunca me dieron una beca; es más ni siquiera pude concursar por una. Quería que nos fuéramos, pero mi mamá no tenía papeles, así que tuvimos que quedarnos”.

SEP condicionan la entrega del certificado

En México el derecho a la educación está garantizado en la Constitución. También está contemplado en las leyes de Migración y General de Educación, no así en las normas básicas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que condicionan la entrega del certificado a la presentación del acta de nacimiento apostillada.

“En teoría puedes cursar la educación básica, pero cuando te dan el certificado de estudios, ponen una leyenda de que el certificado es provisional. Hay varios problemas. El primero es que no en todas las escuelas del país respetan la norma incluso para pasar de un año a otro. Y condicionan la permanencia de los niños e infunden temor a sus padres. Hay desconocimiento. Hay una barrera de acceso”, dice Gretchen Kuhner.

Hace un año, la organización que encabeza presentó una petición formal a la SEP para eliminar la copia certificada del acta de nacimiento como uno de los requisitos para la inscripción al sistema de educción básica por considerar que tiene efectos discriminatorios.

Inmumi apela al artículo tercero de la Convención de La Haya, que establece la apostilla no puede exigirse entre los países que hubieran dispensado el requisito de la legalización y propone que la autoridad educativa autorice la admisión de los menores con otros documentos que certifiquen su identidad.

Hasta ahora no han recibido respuesta. No obstante, en 2013 los gobiernos de Sonora y Arizona firmaron un acuerdo que permite la transferencia electrónica de los expedientes de los alumnos como alternativa al trámite de apostilla para garantizar el derecho a la educación de los migrantes binacionales.

“La SEP dice que no puede hacerlo. Vamos a esperar la contestación formal y en caso de negativa, tenemos la opción de que alguna persona quiera presentar un amparo, pero será un trámite muy largo”.

Trámite de apostillamiento

Para el académico Miguel Moctezuma Longoria, los gobiernos federal y estatales fueron incapaces de tomar las medidas necesarias para dar respuesta a las necesidades de los migrantes, luego de las deportaciones por parte del gobierno estadunidense y el retorno de connacionales como resultado de la crisis económica de 2007. 

“El grupo que creció mucho es el de los migrantes retornados, aquellos que tenían su residencia en EU y que vienen a México, además de los que son expulsados. Están en edad laboral y se encuentran en edad reproductiva. Pero no hay empleo suficiente ni mecanismos para garantizar que sus hijos puedan seguir estudiando o reciban beneficios de salud. Y algunos ni siquiera hablan español”, continúa el investigador del Centro de Estudios del Desarrollo.

De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, entre 2004 y 2005, un millón 74 mil personas salieron del país con el objetivo de encontrar un empleo bien remunerado, de los cuales 723 mil permanecieron en el extranjero y 351 mil regresaron.

Al comparar las cifras con el censo de 2000, se observa que el número de migrantes internacionales se redujo 32 por ciento.

La administración del expresidente Felipe Calderón respondió en 2007 con la creación del Fondo de Apoyo a Migrantes, que distribuyó 300 millones de pesos entre 21 estados considerados con mayor índice de expulsión migratoria.

Desde su implementación, los recursos asignados han fluctuado entre 200 y 100 millones destinados a fortalecer albergues fronterizos, impulsar micronegocios en las comunidades expulsoras y apoyar a migrantes en frontera para que regresen a sus lugares de origen.  

El trámite de apostillamiento no figura en las reglas de operación. Frente al vacío, las direcciones estatales de atención al migrante han venido a suplir esa necesidad.

En Zacatecas, el Instituto Estatal de Migración destinó más de 300 mil pesos en cuatro años para realizar el trámite de apostillamiento gratuito de 600 actas de nacimiento. Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí y el Distrito Federal han hecho otro tanto a través de las ferias de servicios.

“Si consideramos que son también ciudadanos estadunidenses, nosotros creemos que el gobierno de Estados Unidos debería apoyarnos. Si nos ayudan en seguridad ¿por qué no pueden hacer lo mismo con los documentos? Sin identidad registrada estos niños no cuentan, y por tanto no son beneficiarios de programas ni de políticas ni presupuestos”, dijo Rigoberto Castañeda Espinosa, director del IEM. 

María de Lourdes Ruiz Reyes, madre de Cristopher Tadeo, pagó 300 dólares para por fin tener el acta de nacimiento apostillada. Gracias al documento, su hijo hoy cursa la preparatoria en la UNAM.

Teresa Romero logró que el IEM apostillara de manera gratuita los documentos de sus dos hijas. Las pequeñas hoy estudian y cuentan con seguro popular.

Cristopher Tadeo, Gelix y Giselle son apenas tres de los más de 520 mil menores nacidos en Estados Unidos que viven en México.

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