Agencias
BEIRUT, Líbano.- Miles de sirios huyeron de su país al vecino Líbano, donde buscaron refugio en salones usados comúnmente para bodas y chozas improvisadas, tras escapar de fuertes enfrentamientos en una región montañosa en la frontera común, dijeron el domingo testigos y la ONU a The Associated Press.

Mientras tanto, una fuerte explosión dirigida contra un edificio del gobierno en las afueras de Damasco mató a por lo menos 31 soldados.

Los civiles huían de enfrentamientos en Qalamoun, una zona que va del norte de la capital siria hasta la frontera con Líbano.

Los choques parecen ser parte de una ofensiva gubernamental siria que intentaría interrumpir las rutas de abastecimiento a los enclaves insurgentes y consolidar el control de las fuerzas del presidente Bashar al Assad en un corredor clave entre la capital y la costa.

Una victoria del gobierno en la región estratégica sería un duro golpe para los ya asediados rebeldes a las puertas de Damasco.

Avances sirio contra rebeldes

Durante el mes pasado, las fuerzas de Assad han logrado avances contra los rebeldes en dos frentes principales, al capturar una serie de suburbios al sur de Damasco que estaban en manos de la oposición y al tomar dos ciudades y una base militar en las afueras de la ciudad de Alepo.

Sin embargo, la oposición sigue firmemente arraigada en otras áreas alrededor de Damasco y mantienen la capacidad de emprender ataques importantes. Una bomba de gran potencia arrasó el domingo con una oficina del gobierno en el barrio de Harasta, en el noreste de Damasco, matando al menos a 31 soldados, informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.

Entre los muertos estaban tres jefes de brigada y un general de división, según el director del grupo, Rami Abdurrahman. No hubo confirmación inmediata de funcionarios del gobierno ni de los medios de comunicación estatales.

Desde que los combates intensos en Qalamoun comenzaron el viernes, unos 10,000 sirios han huido a la ciudad fronteriza libanesa de Arsal, dijo el exalcalde Bassel Hojeiri. Agregó que los refugiados congestionaron salones de bodas y chozas improvisadas.

Hojeiri calculó que el flujo de sirios hacia Líbano en los últimos tres años de guerra civil hizo que casi se duplicara la población. Las autoridades libanesas calculan que hay 1.4 millones de sirios en el país, inclusive 800,000 registrados como refugiados.

Dana Sleiman, de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, dijo que el número de los llegados el fin de semana es de unas 1,000 familias. Agregó que muchos de ellos no se habían inscrito aún con el organismo mundial por lo que no podía dar cifras más precisas.

Sleiman dijo que los refugiados no pudieron llegar a un cruce fronterizo oficial debido a los combates. Algunas familias tuvieron tal prisa que no pudieron recoger pertenencia alguna cuando huyeron, llegando "sin nada salvo la ropa que vestían", dijo la vocera.

La ONU distribuyó frazadas, colchones, alimentos y productos de higiene entre los refugiados. Agregó que algunos permanecen en viviendas de metal en el este de la llanura libanesa del Becá y les fueron ofrecidos rollos de plástico grueso para reforzar sus precarios alojamientos contra el frío.