Brasileños quieren fuera a Dilma Rousseff

Miles de personas salieron a las calles del país sudamericano para demostrar el creciente descontento contra el gobierno de la Presidenta.

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Diversas manifestaciones se llevaron a cabo en aproximadamente 16 estados brasileños, incluyendo multitudinarias participaciones en ciudades como Sao Paulo, Río de Janeiro y la capital Brasilia. (AP)
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Agencias
SAO PAULO, Brasil.- Grupos de manifestantes salieron este domingo a las calles de Brasil para participar en un día de protestas antigubernamentales a nivel nacional, considerado un termómetro del descontento popular con la presidenta Dilma Rousseff.

Las protestas, convocadas principalmente en las redes sociales por una serie de organizaciones, fustigan a Rousseff, cuyo segundo período en el gobierno se ha visto afectado por un latente escándalo de corrupción que ha involucrado a políticos de su partido, así como por una economía vacilante, la depreciación de la moneda y el aumento de la inflación.

Es la tercera manifestación antigubernamental a gran escala este año, tras realizarse otras en marzo y abril.

Por su parte, los seguidores de Rousseff en la ciudad realizaron una pequeña manifestación frente a las oficinas del mentor y predecesor de Rousseff, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Miles de personas, muchas de ellas portando banderas nacionales, se manifestaron en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, aunque la afluencia fue menor que en la movilización de marzo.

La protesta de Río, en una avenida amplia que corre a lo largo de la playa de Copacabana, debía coincidir con una prueba de ciclismo previa a los Juegos Olímpicos de 2016, pero los organizadores cambiaron la ruta y el horario para evitar posibles enfrentamientos.

Las manifestaciones se llevaron a cabo en cerca de 16 estados, incluyendo la metrópolis amazónica de Belem, Recife, y en Belo Horizonte, en el centro del país.

En la capital, Brasilia, una marcha por una avenida central donde se levantan ministerios y monumentos parecía haber reunido a varios miles de participantes. Se anticipaban más de 200 marchas en todo el país.

Las manifestaciones fueron convocadas principalmente por grupos de activistas en la red que demandan desde el juicio político a la presidenta hasta el retorno a una dictadura militar como la que rigió de 1964 a 1985. Pero el fin de la corrupción parecía la exigencia principal mientras se amplía la pesquisa contra la corrupción en la compañía petrolera estatal Petrobras.

La operación "Lavado de coches" que comenzó hace más de un año como una investigación a un plan en el que se daban sobornos a cambio de contratos en Petrobras, ha expuesto la amplitud de la corrupción que permea en la sociedad brasileña debido a la implicación de miembros del Partido de los Trabajadores y de otras fuerzas políticas, así como de ejecutivos de poderosas compañías constructoras.

Descontento general

En Sao Paulo, la manifestante Marisa Bizquolo responsabilizó a Rousseff por el escándalo de Petrobras.

"Ella debe ser destituida u obligada a renunciar dado que en última instancia es responsable de toda la corrupción y el desastre económico en el que se encuentra este país", dijo la médico de 62 años. "Pero me preocupa que no exista alguien que pueda tomar su lugar y dirigir un gobierno decente. No tenemos líderes".

Lincoln Carlos, un empresario de 60 años, dijo que se unía a la protesta de Río para reclamar el fin de la corrupción. "Han robado al país", afirmó. "Es vergonzoso".

En medio de una pesquisa por corrupción y la caída de la poderosa economía que ahora está al borde de la recesión, la popularidad de Rouseff ha caído a su menor nivel para un mandatario brasileño desde 1992, cuando el presidente Fernando Collor de Mello se vio obligado a dejar el cargo después de ser sometido a un juicio político por corrupción.

Una encuesta tomada este mes indicó que apenas el 8% de los encuestados consideraba que el gobierno era "excelente" o "bueno". Por el contrario, el 71% consideró que el gobierno era "un fracaso". La encuesta de Datafolha se basó en entrevistas a 3 mil 358 personas, entre el 4 y 5 de agosto y tuvo un margen de dos puntos porcentuales.

Riesgos latentes

El Grupo Eurasia, organización asesora sobre riesgos políticos, consideró las protestas del domingo como un indicio importante a tener en cuenta.

"Mientras los llamados a la renuncia de Rouseff serán el lema central de las manifestaciones del domingo, el mayor riesgo para el gobierno sería que las protestas masivas se hicieran frecuentes y fuesen seguidas por movimientos sindicales", afirmó.

En 2013, una ola de protestas a nivel nacional tomó por sorpresa a los analistas ya que las multitudes salieron a las calles antes del torneo de fútbol Copa Confederaciones.

Los manifestantes estaban indignados por los gastos generados en estadios y toda la infraestructura para el mundial, que contrastaba con el deterioro de escuelas y hospitales. La insatisfacción con los servicios públicos y los impuestos elevados sigue en ebullición mientras el país se prepara para los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

(Información de Notimex)

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