El cáncer arruinó su promesa de amor eterno

Brittany, joven de 29 años recién casada, sufre la forma más agresiva de dicha enfermedad; pide morir dignamente.

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Brittany eligió dejar de existir el próximo 1 de noviembre, después del cumpleaños de su esposo. (Excélsior)
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Agencias
PORTLAND, Oregon.- Cuando alguien jura amor eterno a una persona, lo último que pasa por su mente es que algo arruine esos años de felicidad que están por venir. La historia de Brittany fue muy distinta a lo que narran esas historias clásicas de amor.

Brittany Maynard, de 29 años, ha escogido el próximo 1 de noviembre para morir, dos días después del cumpleaños de su esposo.

Ella era una mujer joven y vibrante. Corrió varios maratones, pasó varios años viajando por el sureste asiático y una vez escaló el monte Kilimanjaro en Tanzania.

Pero el pasado 1 de enero, cuando aún era recién casada, el mundo cambió para ella cuando fue diagnosticada con un astrocitoma de grado dos, una forma severa de tumor cerebral.

Los doctores le dijeron que viviría unos 10 años.

"Cuando tienes 29 años y te dicen que tienes una especie de línea de tiempo (que cumplir), de todos modos se siente como que vas a morir mañana", afirma Brittany.

Muerte dolorosa

A pesar de haber pasado por cirugía, su prognosis tomó un dramático giro meses después: el cáncer progresó hacia un glioblastoma multiforme (GBM) de nivel 4, la forma más mortífera de cáncer.

Entonces los doctores le dieron la terrible noticia: tenía máximo 14 meses de vida y sería una muerte lenta y dolorosa mientras el tumor avanzaba, causando dolores de cabeza, nausea, vómito, debilidad y desmayos.

Brittany decidió que no quería morir así y eligió utilizar medicina prescrita por su doctor para terminar con su vida el próximo 1 de noviembre, dos días después del cumpleaños de su marido, para así morir "con dignidad", afirma. Ella recalca que su muerte no será suicidio.

"No hay una sóla célula en mi cuerpo que sea suicida o que quiera morir", declaró la mujer a la revista PEOPLE. "Quiero vivir. Ojalá hubiera un cura para mi enfermedad pero no la hay".

Brittany unió fuerzas con una organización llamada Compassion and Choices, la cual defiende la eutanasia. Ella afirma que pasará este último mes peleando para que otros tengan también derecho a morir de una forma digna.

"Tener la opción de escoger cómo irte con dignidad es menos aterrador", afirma.

Brittany y toda su familia se mudaron a Portland luego de que le dieran su diagnóstico. En ese lugar desde 1997 se aprobó una ley que permite morir con dignidad. Desde entonces, 752 personas la han utilizado para terminar con sus vidas mediante prescripción médica.

Ella espera dejar este mundo el 1 de noviembre, rodeada de su familia, con su música favorita de fondo.

(Información de Excélsior)

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