Agencias
SHANGAI, China.- Muchas de las sedes industriales chinas son verdaderas ciudades, con poblaciones que van de miles a 200,000 personas, como en el caso del campus Guanglan, en Shenzhen. Como en toda ciudad, también hay prostitución. 

En este caso, no se trata de profesionales del sexo, sino de obreras que, terminado el trabajo en la cadena de montaje, integran la lista de empleados de bajo salario de la empresa, entorno a una media de 160 euros al mes.

El sistema es simple: sobre un microblog y los servicios de mensajería que los jóvenes chinos usan, se organizan los encuentros entre obreros y obreras. La edad media de los empleados de la empresa taiwanesa es muy baja, no llega a los veinticinco años.

El ambiente en que se celebran los encuentros es promiscuo: todos los empleados están juntos en inmensos dormitorios, para maximizar el tiempo y no perderlo en traslados a sus casas.

Así el lugar de trabajo se convirtió en fuente de rédito para varias jóvenes obreras.

Empleadas con doble vida fueron probablemente interceptadas en fábricas de Shenzhen y Zhengzhou, especula una revista china.

Una de ellas, Minmin, contó en el Economic Weekly lo que sucede en la fábrica.

"Cuando decenas de miles de muchachos y muchachas viven juntos, es natural que sucedan estas cosas. Desde el momento en que ocurren, no veo nada de malo si alguno consigue también un beneficio", dijo.

Sobre todo porque, se desprende, varias de estas muchachas con doble trabajo terminan percibiendo más con sus servicios sexuales que aquello que ganan con un salario normal, al punto que muchas han terminado por dedicarse a tiempo completo a su nueva actividad.

Los responsables de la Foxconn salieron a desmentir que aquello suceda en sus establecimientos, mientras que no es la primera vez que la empresa recibe atención mediática.

De propiedad de la Hon Hai Precision de Taiwan, la Foxconn cuenta con un millón de empleados en China continental y 200,000 fuera, y produce en sus fábricas los componentes de dispositivos de Apple, además de otros de importantes compañías de electrónica, como Sony, Hewlett Packard, Nokia y Dell. La empresa taiwanesa produce además el iPhone, iPad y otros productos de Apple.

Con frecuencia estuvo en el centro de las polémicas por las duras condiciones de trabajo impuestas a sus empleados, la mayoría inmigrantes de las regiones más pobres de China.

En 2010, adquirió notoriedad por el suicidio de 18 de sus empleados, a causa de las pésimas condiciones de trabajo y el trato del que eran objeto, con lo que ganó el macabro apodo de "fábrica de suicidas".