Pakistán readmite pena de muerte para delitos terroristas

Tras el atentado contra una escuela al noroeste del país, el gobierno declaró luto oficial de tres días a partir del miércoles por las víctimas.

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Estudiantes paquistaníes realizan una vigilia por las víctimas que murieron en un ataque talibán contra una escuela, en Islamabad, Pakistán. (Agencias)
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Agencias
PESHAWAR, Pakistán.- La masacre talibán que acabó el martes con 148 personas -la mayoría niños- en una escuela militar del noroeste de Pakistán dejó a su paso una escena de devastación y sangre, mientras el país lloraba el miércoles en funerales masivos por las víctimas y el gobierno readmitió la pena de muerte para delitos terroristas.

De acuerdo con The Associated Press, el ataque del martes en la Escuela e Instituto Público Militar fue la mayor matanza de inocentes en el país, y conmocionó a un país cansado de inacabables atentados terroristas.

El miércoles, cuando se permitió el acceso a los medios al lugar del ataque, se veían charcos de sangre en el suelo y las escaleras, ventanas desquebrajadas y marcos con las puertas arrancadas. Cuadernos destrozados, prendas de ropa y zapatos infantiles salpicaban el lugar. Había unas gafas de niño rotas en el suelo.

En todo el país se organizaron vigilias y en otras escuelas los estudiantes hablaron de su conmoción por la masacre en Peshawar, donde siete talibanes armados y con explosivos atados al cuerpo escalaron un muro con una escalera para entrar en el martes por la mañana.

Los agresores mataron a tiros a los estudiantes y quemaron vivas a algunas profesoras. Comandos del ejército se enfrentaron a los talibanes en una batalla que se prolongó durante el día, hasta que la escuela fue despejada y todos los atacantes murieron.

Después de entrar en la escuela, los atacantes se abrieron paso hasta el auditorio principal, donde había muchos alumnos reunidos para un acto, explicó a la prensa el mayor general Asim Bajwa, portavoz del ejército, durante la visita. Después, los milicianos subieron al escenario y empezaron a disparar al azar.

Los estudiantes caían abatidos cuando trataban de huir hacia las puertas. Después, el ejército recuperó unos 100 cuerpos sólo en el auditorio, explicó el portavoz.

"Esto no es un acto humano", dijo Bajwa. "Es una tragedia nacional".

El gobierno declaró un luto oficial de tres días a partir del miércoles. Algunos de los adultos que estaban heridos de gravedad -el personal de la escuela- murieron durante la noche, indicó Bajwa, elevando a 148 la cifra de muertos. La cantidad de estudiantes fallecidos se mantuvo en 132. Otros 121 estudiantes y tres empleados resultaron heridos en el ataque.

Durante la noche se encontró el cuerpo de la directora de la escuela, Tahira Qazi, entre los escombros del edificio. Qazi, que estaba en su oficina cuando los milicianos llegaron al edificio de administración, a unos 20 metros (yardas) del auditorio, corrió y se encerró en el baño, pero los atacantes lanzaron una granada a través de un conducto de ventilación y la mataron, dijo el portavoz.

El portavoz talibán paquistaní Mohamad Jurasani prometió más ataques similares

Algunos de los funerales se celebraron durante la noche, pero estaba previsto que la mayoría de los fallecidos se enterrasen el miércoles..

"Terminaron en minutos con aquello para lo que viví toda la vida: mi hijo", dijo entre lágrimas el trabajador Ajtar Husain mientras enterraba a su hijo de 14 años, Fahad. El padre dijo haber trabajado años en Dubái para labrar un futuro para sus hijos.

"Este inocente está ahora en la tumba, y no puedo esperar para unirme a él, ya no puedo vivir", se lamentó, llorando y golpeándose la cabeza con los puños.

Los talibanes dijeron que el ataque era una venganza por la ofensiva militar contra sus bastiones en el noroeste. El despliegue, junto a la frontera con Afganistán, comenzó en junio. Los analistas señalaron que el asalto a la escuela demuestra que incluso mermados, los milicianos aún pueden causar matanzas espantosas.

El ataque provocó una rápida condena en todo el mundo. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que "los terroristas han mostrado una vez más su depravación".

La joven Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, sobreviviente de un ataque talibán, dijo estar "consternada" por el suceso.

Incluso milicianos talibanes en la vecina Afganistán criticaron la matanza, que tacharon de "no islámica".

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, prometió redoblar la campaña militar contra los milicianos, que también reciben ataques de aviones estadounidenses no tripulados.

"No debemos olvidar estas escenas", dijo Sharif el miércoles tras una reunión de alto nivel en Peshawar. "Cómo dejaron agujeros de bala en los cuerpos de niños inocentes, cómo destrozaron sus rostros con balas".

Horas después, su oficina dijo que resolvió admitir la pena de muerte para delitos terroristas, que estaba vedada desde 2008. Sharif había levantado la prohibición el año pasado, pero volvió a imponerla cuando su gobierno inició conversaciones de paz con las milicias.

En la vecina India, que ha acusado durante años a Pakistán de apoyar guerrillas anti India, las escuelas guardaron el miércoles dos minutos de silencio por las víctimas de Peshawar a instancia del primer ministro, Narendra Modi, que describió el ataque como "un acto insensible de inefable brutalidad".

En un correo electrónico el miércoles, el portavoz talibán paquistaní Mohamad Jurasani afirmó que el ataque estaba justificado porque, supuestamente, el ejército paquistaní lleva años matando niños inocentes y familias de combatientes.

El portavoz prometió más ataques similares y dijo a los civiles paquistaníes que se distancien de cualquier institución militar.

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