Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco advirtió este miércoles sobre la "actitud egoísta de la indiferencia" que alcanza "una dimensión mundial" constituyendo "una globalización de la indiferencia" que amenaza a la humanidad.

En su Mensaje para la Cuaresma del 2015, Francisco dijo que "cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen" los otros, según informó Ansa Latina.

Dijo que la "actitud egoísta, de la indiferencia" alcanzó una "dimensión mundial, hasta tal punto que podemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos", apuntó.

"La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una real tentación también para nosotros cristianos", advirtió el Papa.

Bajo la premisa de que la Cuaresma "es un tiempo de renovación para la Iglesia, las comunidades y cada uno de los fieles además que un tiempo de gracia", el Pontífice subrayó que "el pueblo de Dios por ésto necesita de renovación para no volverse indiferente y no cerrarse en sí mismo".

"La caridad de Dios que rompe el mortal cierre en sí mismos que es la indiferencia, es ofrecida por la Iglesia con su enseñanza y sobre todo con su testimonio", dijo Francisco en el Mensaje. Hablando de la Iglesia como "communio sanctorum", el Pontífice explicó que "en esta comunión de los santos y en esta participación a las cosas santas nadie posee sólo para sí, sino lo que tiene es para todos".

Además, "porque estamos vinculados a Dios, podemos hacer algo también para los que están lejanos, para aquellos que con nuestras fuerzas nunca podríamos alcanzar", enfatizó.

Una de las secciones del Mensaje está dedicada a la vida de las parroquias y comunidades de la Iglesia. "Se logra en tales realidades eclesiales, se pregunta, a experimentar de formar parte de un solo cuerpo?. Un cuerpo que junto recibe y comparte cuanto Dios quiere donar?. Un cuerpo que conoce y se ocupa de sus miembros más débiles, pobres y pequeños?. O nos refugiamos en un amor universal que se compromete lejano en el mundo, pero olvida el Lázaro sentado delante a a la propia puerta cerrada?".

Islas de misericordia

"Cada comunidad cristiana es llamada a atravesar la barrera que la pone en relación con la sociedad que la circunda, con los pobres y los lejanos. La Iglesia por su naturaleza es misionera, no replegada en sí misma, pero enviada a todos los hombres", afirmó el Papa.

Y añadió: "cuánto deseo que los lugares comunes en los cuales se manifiesta la Iglesia, nuestras parroquias, y nuestras comunidades en particular, se conviertan en islas de misericordia en medio al mar de la indiferencia".

"También como individuos tenemos la tentación de la indiferencia. Estamos saturados de noticias e imágenes que nos sacuden, que nos narran el sufrimiento humano y sentimos al mismo tiempo toda nuestra incapacidad a intervenir", sostuvo Jorge Bergoglio en su Mensaje, en el cual invitó a "no dejarse absorber por este círculo de susto e impotencia".

"El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos", dijo Francisco.

El Pontífice explicó que si "humildemente pedimos la gracia de Dios y aceptamos los límites de nuestras posibilidades, entonces podremos resistir a la tentación diabólica que nos hace creer de poder salvarnos y salvar el mundo por nuestra cuenta".