Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco recibió hoy a los ministros del Ambiente de los países miembros de la Unión Europea (UE) y les instó a intensificar sus esfuerzos para lograr un pacto ecológico de cara a la cumbre COP21 de París.

Durante la audiencia con funcionarios, en una sala contigua al Aula de audiencia Pablo VI del Vaticano, Francisco llamó a tomar conciencia sobre la urgencia de armonizar la lucha contra la contaminación ambiental y el combate a la pobreza.

La Conferencia de Naciones Unidas sobre cambio climático conocida como COP21 se acerca “velozmente y aún falta mucho por hacer para alcanzar un resultado capaz de recoger positivamente los numerosos estímulos que han sido ofrecidos como contribución a este importante proceso”, dijo.

“Los animo vivamente a intensificar su trabajo para que a París se llegue con un resultado deseado. De parte mía y de la Santa Sede no faltará el sostén para responder adecuadamente tanto al grito de la Tierra como al grito de los pobres”, agregó.

Según el Pontífice, las personas más vulnerables a la degradación ambiental son los pobres, que padecen las consecuencias más graves.

Para ayudarles pidió desarrollar y transferirles las tecnologías apropiadas, capaces de utilizar de mejor manera los recursos humanos, naturales, socioeconómicos, mayormente accesibles a nivel local, para garantizar su sostenibilidad en el largo plazo.

Advirtió que los países desarrollados tienen una histórica “deuda ecológica” con el sur del mundo porque han causado “desequilibrios comerciales” y, algunos de ellos, han tenido un uso desproporcionado de los recursos naturales.

Llamó a honrar esa deuda exhortando a los países más ricos a limitar de “modo importante” el consumo de energía no renovable, aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible.

Les solicitó también adoptar sistemas de gestión adecuada de los bosques, del transporte, de los desechos, afrontando seriamente el problema del desperdicio de comida, favoreciendo un modelo circular de la economía y animando nuevas actitudes y estilos de vida. Advirtió que para cambiar la situación mundial se requiere el involucramiento de todas las partes afectadas, también aquellas que –a menudo- permanecen al margen de los procesos de decisión.