Cumplen su sueño: De la Patagonia a Alaska en una limusina

En febrero del 2012, Flor y Lucas decidieron recorrer el continente en un trayecto que han bautizado como "América Sin Límites".

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La pareja argentina inició su aventura hace dos años y afirman que llegarán "cuando debamos llegar. Ni un día antes ni un día después". (Facebook América sin límites)
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Agencias
CALIFORNIA, EU.- Una pareja de viajeros argentinos se encuentra a unos meses de concluir un objetivo que se trazó hace dos años, recorrer el continente americano, desde La Patagonia hasta Alaska, a bordo de una limusina Cadillac de 1989, según informó el sitio web de Milenio, quien cita como fuente a EFE.

En febrero de 2012, Lucas Cárdenas y Florencia Bratovich cambiaron su casa por una de cuatro ruedas y dejaron atrás trabajo, familia y amistades con la mira en cumplir su más grande anhelo.

Durante su estancia en San Diego, California, los argentinos, que llevan seis años juntos, explicaron que ha sido la mejor decisión de vida y que esta experiencia les ha dejado nuevas amistades en distintos puntos de América.

El trayecto que han bautizado como "América Sin Límites" ha quedado plasmado a través de fotografías, textos y videos publicados en un portal del mismo nombre, además de las redes sociales, donde ya cuentan con más de 5,000 seguidores.

"'América Sin Límites' es nuestro sueño, nuestra vida, nuestra forma de ver el mundo", expresó Cárdenas, de 34 años.

"Es la invitación a toda la gente que tiene este tipo de anhelos, a decirles que todo es posible; solamente hay que dar el primer paso y darse cuenta de que el mundo no es tan peligroso y es mucho más bonito de lo que piensan", explicó.

Cárdenas y Bratovich, que estiman llegar a su destino el próximo verano, han podido financiar su viaje vendiendo fotografías que han tomado en el trayecto y gracias a una publicación donde narran el mismo. Asimismo, cada mes escriben su experiencia para una revista de su país natal.

Dicen estar abiertos a donaciones, inclusive, un hombre colombiano que no los conoce leyó su historia y se ofreció a pagarles los pasajes de avión para cruzar de su país a Panamá, donde no se cuenta con carretera, mientras que el vehículo viajó por la vía marítima.

Pocas han sido las eventualidades, "ninguna ha sido grave" recordó Cárdenas, aunque entre sus anécdotas recuerdan una tarde en la que se les congeló la limusina en Bolivia o un malentendido que se produjo con unos agentes de policía de Perú, cuando confundieron su vehículo con uno similar que estaban buscando.

"América no es tan peligroso como uno cree, en todos los países hay gente amigable y a nosotros, en dos años, nunca nos ha pasado nada malo"

En este tiempo no han sido víctimas de ningún tipo de delincuencia, por lo que quieren dejar atrás cualquier idea que se tenga de inseguridad en algunos puntos del continente.

"América no es tan peligroso como uno cree, en todos los países hay gente amigable y a nosotros, en dos años, nunca nos ha pasado nada malo, todo lo contrario, hemos tenido excelente experiencia", dijo Bratovich, de 27 años.

La limusina, que por fuera luce cubierta con calcomanías de ciudades que han visitado y el mensaje "Patagonia-Alaska", llama inmediatamente la atención de las comunidades que visita, a las que sorprende además que haya placas argentinas en un lugar tan remoto del punto de partida de esta aventura.

No han faltado las personas que les piden una fotografía o poder conocer el interior de este gran automóvil, que cuenta con una cama y una pequeña cocina, o simplemente se acercan para preguntarles sobre su viaje.

"La 'limo' llama mucho la atención; es la primera vez que un vehículo de estos hace un viaje transcontinental -comentó Cárdenas-. "Es nuestra carta de presentación, la que va abriendo todas las puertas y el integrante más importante de nuestro recorrido".

Hasta ahora han recorrido 16 países y 21.000 millas, durante los cuales esta Cadillac Brougham Deville de 1989 se les ha quedado varado menos de 10 ocasiones.

De lo único que no han querido llevar la cuenta ha sido de lo que han invertido en gasolina desde que iniciaron este viaje.

"No queremos ponerle precio a nuestra felicidad", bromearon.

Este par de exploradores invita a que más personas se animen a hacer este tipo de viajes.

"Mucha gente dice que le encantaría hacerlo, pero siempre tiene una excusa, todos las tenemos, pero en algún momento hay que tomar la decisión", comentó Cárdenas.

"El kilómetro difícil de un viaje así es el primero, todo lo demás ya estás en manos de la gente y el camino", finalizó.

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