Agencias
TÚNEZ.- Casi un mes después de que el anterior fue despedido, Túnez cuenta hoy con un nuevo gobierno de unidad encabezado por el primer ministro Youssef Chahed, el cual recibió el voto de confianza del parlamento con una amplia mayoría.

Chahed y su gabinete recibieron el respaldo de la Asamblea de los Representantes del Pueblo (Parlamento de Túnez) con 167 votos a favor, 22 votos en contra y cinco abstenciones, informó la agencia tunecina de noticias TAP, de acuerdo a Notimex.

Tras el voto de confianza, Chahed y sus ministros deberán asumir sus responsabilidades en los próximos días para hacer frente a las dificultades económicas del país, uno de los mayores retos que tienen ante si el nuevo primer ministro.

Chahed, quien con 40 años de edad es el gobernante más joven del país desde su independencia de Francia en 1956, ha advertido que si Túnez no logra salir de la crisis será inevitable la adopción de un drástico programa de austeridad.

“Si la situación sigue así, en 2017 necesitaremos una política de austeridad, despedir a miles de empleados del sector público e imponer nuevos impuestos”, reiteró ante los miembros del Parlamento antes de la votación.

El nuevo primer ministro, cuyo gabinete incluye seculares, islamistas, de izquierda, independientes y aliados sindicales, prometió seguir con las reformas económicas que buscan los acreedores internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Entre otras tareas prioritarias para el gobierno entrante se encuentra la lucha contra la corrupción y el terrorismo.

Quién es

Chahed es un aliado del presidente Beji Caid Essebsi, quien lo designó primer ministro a principios de este mes después de que los parlamentarios aprobaron una moción de censura contra el gobierno del entonces primer ministro Habib Essid, tras sólo 18 meses en el cargo.

Chahed es el séptimo primer ministro de Túnez desde enero de 2011 cuando fue derrocado el dictador Zine El Abidine Ben Ali, quien gobernó al país por más de dos décadas.

Túnez se ha considerado un caso éxitoso de la llamada “primavera árabe”, aunque las autoridades del país no han logrado resolver los problemas de pobreza, desempleo, disparidades regionales y corrupción que precedieron a la caída de Ben Ali.