Conoce al peor enemigo de la Patrulla Fronteriza

Expertos opinan que el mal uso de detectores de mentiras impide a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza llenar todas sus vacantes.

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Un agente de la Patrulla Fronteriza fotografiado en un punto de la frontera con México, cerca de San Diego. (AP/Gregory Bull)
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Agencias
SAN DIEGO, California.- David Kirk fue piloto de la infantería de marina con acceso a información altamente confidencial y acostumbrado a misiones secretas. Estaba en la cabina cuando el presidente George W. Bush, el vicepresidente Dick Cheney y el senador Joe Biden sobrevolaron la capital en un helicóptero.

Con ese tipo de antecedentes, Kirk no lo podía creer cuando no pudo pasar un detector de mentiras al postularse para un puesto en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, que custodia los nueve mil 600 kilómetros (seis mil millas) de frontera con México y Canadá. Después de dos tensas sesiones con el polígrafo que duraron ocho horas entre ambas, Kirk se fue a su casa "con el rabo entre las piernas", preguntándose qué fue lo que no funcionó, según dijo.

Dos de cada tres aspirantes a cargos en esa dependencia, conocida por sus siglas en inglés, CBP, no pasa el control poligráfico, según el organismo. Eso es más del doble que el promedio en otras agencias del gobierno que suministraron la información a la Associated Press.

Y es una de las principales razones por la que aproximadamente dos mil plazas de la dependencia policial más grande del país no están cubiertas. La Patrulla Fronteriza (Border Patrol), que es parte de la CBP, tiene menos de 20 mil agentes por primera vez desde el 2009.

Y hay quienes se preguntan si hay alguna falla en la forma en que se hacen los exámenes con el detector de mentiras.

El comisionado (director) del CBP Gil Kerlikowske dijo que el promedio de personas que no pasan el examen es demasiado alto, pero lo atribuye a que la agencia no atrae el tipo de postulantes que busca. Kerlikowske y otros expertos en la materia dicen que los polígrafos generalmente cumplen su propósito, que es combatir las coimas y otras formas de corrupción.

Pero otros, incluidos abogados, dirigentes sindicales y expertos en poligrafía, afirman que los detectores de mentiras están siendo mal usados y que muchos candidatos son sometidos a interrogatorios inusualmente largos y hostiles, que pueden hacer que alguien parezca estar mintiendo cuando en realidad dice la verdad.

El senador Jeff Flake dice que sospecha que el personal del CBP que toma los exámenes rechaza a los postulantes para justificar su trabajo. Y que esos candidatos quedan marcados y les costará conseguir trabajo en otras dependencias del gobierno.

"No parece haber una buena explicación. Escuchamos tantas historias que pareciera como que se ha generado la impresión de que una cierta cantidad (de postulantes) debe ser rechazada", manifestó. "Es irritante que se someta a la gente a ese trato".

Las poligrafías generalmente no son admitidas en tribunales y las leyes prohíben a empresas usarlas al contratar personal

El inspector general del Departamento de Seguridad Nacional dijo en diciembre que estaba analizando la efectividad de los exámenes poligráficos del CBP. Las dificultades para contratar gente son tan grandes que la Patrulla Fronteriza hace poco le pidió al Congreso que le dé otros fines al dinero asignado a 300 plazas porque no podía cubrirlas. Esto hace pensar que al presidente electo Donald Trump le costará bastante añadir otros 5.000 agentes, como ha prometido hacer.

Los exámenes con polígrafos son un requisito en el CBP desde el 2012, producto del arresto de una cantidad de agentes por distintos tipos de infracciones tras un período de muchas contrataciones apresuradas.

James Tomsheck dijo que cuando trabajó como director de asuntos internos del CBP entre el 2006 y el 2014, unos 30 postulantes admitieron durante el examen poligráfico que habían sido enviados por los carteles de las drogas. Uno dijo que había matado a su hijo pequeño.

Un candidato reveló que su cuñado pretendía que aprovechase un empleo con esa oficina para contrabandear drogas y otros dijo que había consumido marihuana nueve mil veces, incluso la noche previa al examen, según la Oficina de Contraloría del Congreso.

Entrevistas con seis postulantes que no pasaron el examen poligráfico revelan un patrón: El examinador cambia abruptamente de tono, los acusa de mentir o de guardarse cosas. El postulante lo niega y el interrogatorio continúa por horas, en tono hostil. Algunos candidatos son invitados a una segunda sesión y los resultados son los mismos.

Luis Granado se postuló para la Patrulla en el 2014; había servido en las fuerzas armadas y terminado una carrera en la Universidad de Arizona. Su padre es un agente de la Patrulla y Granado jugaba orgullosamente con su insignia de niño.

"Siempre soñé con ser agente", dijo Granado, de 31 años y quien es hoy reservista de la Fuerza Aérea en Tucson, Arizona. "Quería seguir los pasos de mi padre".

Relató que el examinador lo reprendió por dar respuestas "demasiado enfáticas y demasiado rápido", y le dijo que dejase de emitir un chirrido con los dientes.

Granado dijo que al examinador le molestó su admisión de que había hecho trampa en un examen en la escuela secundaria. Cuando negó haber pertenecido a un cartel o una organización terrorista, el examinador se detuvo y le dijo, "pues creo que me estás engañando", según Granado. Después de dos sesiones que duraron en total 12 horas, le retiraron un ofrecimiento condicional de empleo.

El CBP se niega a hablar de casos específicos.

Su director Kerlikowske dijo que el 65 por ciento de los postulantes no pasan el examen. La AP solicitó a agencias policiales de todo el país que suministrasen información sobre los exámenes poligráficos de los dos últimos años, incluidas las diez ciudades más grandes del país y localidades importantes a lo largo de la frontera con México. Ocho suministraron los datos y en promedio el 28 por ciento de los postulantes fueron rechazados.

Dos de cada tres aspirantes a cargos en la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza no pasa el control poligráfico

Tomsheck dijo que cuando dirigía la oficina de asuntos internos del CBC, otras dependencias federales, incluidos el FBI y el servicio secreto, rechazaban a menos del 35 por ciento de los postulantes por no pasar los exámenes poligráficos. La Administración de Control de Drogas, la única dependencia federal que dio la información, rechazó al 36 por ciento de los postulantes en los dos últimos años.

Mark Handler, jefe de redacción de la American Polygraph Association, dijo que en las dependencias policiales lo normal es que el 30 por ciento de los postulantes no pasen el examen.

Kerlikowske sostuvo que la agencia no atrae el tipo de postulantes que busca porque es un organismo relativamente nuevo, creado en el 2003, que todavía no tiene una imagen muy definida.

Otras posibles razones mencionadas por algunos expertos para las altas tasas de exámenes fallidos del CBP es que tal vez tenga requisitos más estrictos que los de otros departamentos y atrae postulantes sin experiencia, que nunca han tomado exámenes poligráficos.

A muchos expertos les llama la atención la duración de estos exámenes.

"Si un examen dura ocho horas, el examinador es un incompetente o un tonto, si no ambas cosas", opinó el capitán Alan Hamilton, jefe de la unidad de reclutamiento y empleos del Departamento de Policía de Los Angeles. Los exámenes de esa dependencia no duran más de 90 minutos.

Handler dijo que las entrevistas largas y hostiles pueden generar resultados falsos con gente que dice la verdad. Los detectores de mentiras miden la presión sanguínea, el sudor y la respiración.

Las poligrafías generalmente no son admitidas en los tribunales y las leyes prohíben a las empresas usarlas cuando van a contratar a alguien. Las fuerzas armadas no los emplean al reclutar soldados.

La CBP, urgida de contratar gente, suavizó recientemente sus requisitos en torno al consumo previo de marihuana y puede omitir la poligrafía cuando el candidato ha tenido acceso a información confidencial.

Kirk, de 47 años, de Friendswood, Texas, se postuló a la CBP en el 2013, luego de 20 años en la infantería de marina. "Una de nuestras máximas (de los Marines) es la honestidad y la integridad. Que alguien me diga que soy un mentiroso, es un insulto", afirmó Kirk.

En los exámenes poligráficos lo acusaron de engañar a su esposa y de hacer mal uso de información confidencial. Le dijeron asimismo que parecía un traficante de drogas que intentaba infiltrarse en la CBP. Kirk negó vehementemente las acusaciones.

"Me trataron como un delincuente", se quejó Kirk, quien hoy trabaja como piloto privado. "No sé quién podía estar mejor calificado que yo para ese puesto".

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