Asómate a La Pequeña Habana de Miami

El barrio con más sabor de Miami ha sido el refugio de los cubanos que huyeron de la isla desde hace cinco décadas.

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Una pequeña parte de Cuba se mantiene viva dentro de esta zona de Miami. (twitter/@nexoskygroup)
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Agencia Notimex
MIAMI, Florida.- Miami es una de las ciudades más latinas de Estados Unidos y el barrio de La Pequeña Habana, donde comenzaron a asentarse los cubanos hace más de cinco décadas, es sin duda el de mayor sabor.

Una pequeña parte de Cuba se mantiene viva dentro de esta zona de Miami, que acaba de ser protegida por el Fideicomiso Nacional para la Preservación Histórica.

En “Little Havana” como se le conoce aquí, comenzaron su nueva vida los disidentes cubanos que huyeron tras el triunfo de la revolución cubana encabezada por Fidel Castro, manteniendo vivos los recuerdos de su patria.

La población de esta zona es de unas 100 mil personas, un gran número de ellos cubanos, pero también de otras nacionalidades latinas que han llegado en los últimos años.

La vida de La Pequeña Habana gira en torno a la Calle Ocho.

En esta calle conviven comerciantes que venden productos de la añorada patria, artesanos que fabrican cigarros-puros, decenas de restaurantes que ofrecen los tradicionales platillos de la cocina cubana como el “Congrí” (un cocido de arroz con frijol negro y puerco) y locales donde suena una música vibrante. Todo esto envuelto por un ambiente nostálgico y un fuerte aroma a café.

De acuerdo con Notimex, una de esas comerciantes es María Vázquez de 62 años, dueña de la tienda “Sentir Cubano” que ofrece más de tres mil artículos desde un mapa, hasta una guayabera o una bandera de Cuba.

“Creo que lo que más tenemos al entrar por la puerta de esta tienda es la nostalgia, es ese amor por la patria que está plasmado en cada cosas que las personas que nos venden las cosas lo hacen”, dijo a Notimex Vázquez, quien abandonó Cuba con sus padres cuando tenía ocho años.

En esta misma calle no es raro observar enormes murales con las imágenes de figuras cubanas como la cantante Celia Cruz y el prócer José Martí, mezcladas con las de Tito Puente, el Rey del Timbal puertorriqueño o del actor mexicano Mario Moreno “Cantinflas”.

También se puede encontrar un Paseo de la Fama con figuras como la mexicana Thalía, el cantante cubano Roberto Torres, y la locutora nicaragüense Betty Pino.

Sin duda uno de los lugares con más encanto en la Calle Ocho a la altura de la avenida 15; se trata del Parque Máximo Gómez, un lugar donde se reúnen los cubanos de avanzada edad para jugar al dominó o al ajedrez mientras tratan de arreglar el mundo discutiendo sobre el pasado y el futuro de Cuba.

“Para los cubanos es muy tradicional jugar el dominó, es como para los mexicanos jugar al futbol”, dijo Joaquín Meza de 69 años originario de La Habana, quien desde hace dos años y medio asiste casi a diario al parque de domino.

En este parque en cuyo fondo se observa un mural con los presidentes que asistieron a la primera Cumbre de las Américas todos los días se discute el pasado y el presente de Cuba.

No se puede visitar la Calle Ocho sin probar un auténtico café cubano, un expreso muy potente y extremadamente dulce que sirven en pequeños vasos.

El Café Versailles es sin duda el lugar ideal para disfrutar de ese café, o de un “cortadito” (café cortado con leche) o de una típico “café con leche”.

En este lugar icónico, el cual ha sido visitado por presidentes que durante campañas han pasado a visitarlo para cortejar el voto cubano, todos los días también se discute el pasado, el presente y el futuro de Cuba bajo el aroma del café.

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