Pobreza: clave en la elección del presidente de Brasil

El voto de las personas de escasos recursos podría ser el factor que falta para sacar al presidente Jair Bolsonaro,

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Pobreza: clave en la elección del presidente de Brasil. (AP Foto/Eraldo Peres)
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La elección del presidente de Brasil será decidida por decenas de millones de pobres, que parecen resueltos a sacar al presidente Jair Bolsonaro del cargo, ya sea el domingo en la primera ronda de las elecciones o en una segunda vuelta.

El gobernante ultraderechista les recuerda su programa de ayuda social durante la pandemia, que se convirtió en un pago mensual equivalente a 112 dólares.

El favorito en la contienda, el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, reaviva recuerdos de su presidencia del 2003 al 2010, cuando muchos brasileños pobres pudieron de pronto pagarse cervezas y parrilladas los fines de semana. En 2014, la ONU sacó al mayor país latinoamericano de su Mapa Mundial de Hambre.

Desde entonces, la economía de Brasil se desplomó, subió de nuevo y volvió a caer. Este año, la economía comenzó a recuperarse de nuevo y el desempleo está en su nivel más bajo desde el 2015, pero muchas personas aún tienen empleos ocasionales, informales, y la inflación descontrolada ha puesto incluso los alimentos básicos fuera de su alcance.

Treinta y tres millones de brasileños pasaron hambre en los seis meses transcurridos hasta abril, de acuerdo con un estudio de Oxfam y otras organizaciones sin fines de lucro.

Tanto Bolsonaro como Lula prometen incrementar los gastos del gobierno para los pobres si ganan, lo que significaría evadir o eliminar el límite constitucional a los gastos. Muchos brasileños están recelosos, especialmente con el actual presidente, cuya propuesta de presupuesto para el 2023 no incluyó una extensión del programa de ayuda al mismo nivel.

Incluso en el estado más rico de Brasil, los pobres le están dando un impulso a Lula, que ganó Sao Paulo en una sola de sus cinco campañas previas. En la comunidad pobre de Jardim Angela, la líder local Regina Paixão dijo que muchos de los que votaron por Bolsonaro están ahora en contra de él debido a las penurias.

La diferencia entre los dos candidatos es mayor entre los pobres: Lula tiene un respaldo de 54% entre aquellos que ganan menos de dos salarios mínimos al mes — equivalente a 450 dólares — y Bolsonaro tiene apenas 26%, de acuerdo con un sondeo de Datafolha el 29 de septiembre, que tuvo un margen de error de más menos dos puntos porcentuales.

Los brasileños de bajos ingresos tendrían que presentarse en grandes números a las urnas el domingo para que Lula gane los comicios en la primera vuelta, en una contienda con numerosos candidatos. Aunque votar es obligatorio en Brasil, la tasa de abstención es de hasta 20%, algo que analistas como Lima piensan pudiera llevar a una segunda vuelta el 30 de octubre.

Incluso si las abstenciones el domingo ayudan a Bolsonaro a llegar a una segunda vuelta, él aún tendría que ganar el respaldo de algunos de los brasileños más pobres para tener alguna probabilidad de victoria. Ese hecho pareció escapar de su mente en agosto, cuando dijo en una entrevista que “el hambre real no existe” en Brasil y recibió un aluvión de críticas.

Bolsonaro ha cambiado su tono desde entonces, reconociendo que el hambre es un problema urgente, pero atribuye su origen a los gobernadores y alcaldes que impusieron encierros durante la pandemia.

Además, ha tratado de dirigir el debate a los fallos contra Lula en el 2018 por corrupción, que fueron anulados más adelante por el Supremo Tribunal. El presidente ha insistido en que los problemas económicos del país no van a ser resueltos eligiendo a un hombre a quien llama ladrón y exconvicto.

Sus esfuerzos han sido mayormente infructuosos, en gran parte debido a los pobres. Los analistas esperan que Bolsonaro gane su estado, Río de Janeiro, pero los sondeos dicen que allí está virtualmente empatado con Lula.

(Con información de Associated Press)

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