Policía ametralla a periodistas y se entrega

El ataque contra una fotógrafa y una corresponsal ocurrió mientras avanzaban en una caravana con trabajadores electorales en Tani.

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Fotografía del 23 de mayo de 2008 que muestra a la fotógrafa alemana Anja Niedringhaus, asesinada en Afganistán este viernes. (EFE/Archivo)
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Agencias

KABUL, Afganistán.- Una veterana fotógrafa The Associated Press murió este viernes y una reportera de la misma empresa resultó herida a causa de los disparos de un policía afgano que las atacó cuando ambas estaban sentadas en su vehículo en el este de Afganistán.

Anja Niedringhaus, de 48 años, una fotógrafa alemana reconocida a nivel internacional, murió instantáneamente, según un trabajador independiente de la unidad Television News de la AP que fue testigo del incidente.

La canadiense Kathy Gannon, corresponsal de muchos años de la AP, era la jefa de oficina de la agencia en Afganistán y más recientemente la principal periodista de la agencia para la región. 
Gannon fue herida de dos disparos y recibe atención médica. Su condición fue descrita como estable y conversa con el personal médico, aunque de acuerdo a Efe su estado es crítico.

"Anja y Kathy trabajaron años juntas en Afganistán cubriendo el conflicto y aspectos de la población en ese país. Anja era una periodista vibrante y dinámica, muy querida por sus fotografías reveladoras, por su corazón cálido y su alegría por la vida. Estamos destrozados por su pérdida", dijo la directora ejecutiva de la AP, Kathleen Carroll, en declaraciones en Nueva York.

Iban en caravana

Ambas viajaban con una caravana de vehículos con trabajadores electorales que distribuían papeletas desde el centro de la ciudad de Khost a las afueras, en el distrito de Tani. La caravana iba protegida por el Ejército Nacional afgano y la policía afgana. Las dos iban en su propio vehículo con un trabajador independiente y un conductor.

Según el trabajador independiente, ambas habían llegado antes del incidente al recinto del distrito que está fuertemente vigilado.

Mientras permanecían sentadas en el vehículo a la espera de que avanzara la caravana, un comandante de unidad llamado Naqibula se acercó al vehículo, gritó "Alá Akbar" (Dios es grande) y disparó contra ellas que estaban en el asiento trasero con un fusil AK-47. Después se rindió a la policía en el lugar y fue arrestado.

Autoridades médicas en Khost confirmaron la muerte de Niedringhaus.

En un comunicado dirigido al personal de la AP, el presidente de la agencia noticiosa, Gary Pruitt, recordó a Niedringhaus como una persona "animada, intrépida y temeraria, con una sonrisa ronca que siempre recordaré".

"Anja es la 32da periodista de la AP que da la vida en pos de la noticia desde la fundación de la AP en 1846", escribió Pruitt.

"Esta es una profesión para los valientes y los apasionados, para aquellos comprometidos con la misión de llevar al mundo información objetiva, precisa e importante. Anja Niedringhaus se ajustaba a esa definición en todos los aspectos", apuntó.

Trayectoria ejemplar

Niedringhaus cubrió zonas en conflicto como Kuwait, Irak, Libia, Gaza y Cisjordania en un periodo de 20 años, que comenzó en los Balcanes en la década de 1990. La fotógrafa viajó a Afganistán numerosas veces desde la invasión que comandó Estados Unidos en 2001 hasta la caída de los talibanes.

Anja Niedringhaus, que también cubrió competiciones deportivas en el orbe, recibió numerosos galardones por su trabajo.

Ella formó parte de un equipo de la AP que ganó el Premio Pulitzer de 2005 por fotografía de noticias de última hora por la cobertura de la guerra en Irak, y fue galardonada con el Premio al Valor en el Periodismo de la Fundación Internacional de Mujeres en Medios de Prensa. Se incorporó a la AP en 2002 y desde entonces tenía su sede en Ginebra, Suiza.

De 2006 a 2007, Niedringhaus recibió una Beca Nieman en periodismo en la Universidad de Harvard.

Niedringhaus comenzó a los 16 años su carrera como fotógrafa independiente para un diario local en su ciudad natal de Hoexter, Alemania. Trabajó para la Agencia de Fotografía de European Press antes de integrarse en 2002 a la AP, y tenía su sede en Ginebra. Había publicado dos libros.

Gannon, de 60 años, es periodista canadiense que trabaja para la AP y tiene su sede en Islamabad, Pakistán. Es ex integrante Edward R. Murrow en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York y autora del libro sobre Afganistán "I Is for Infidel: From Holy War to Holy Terror: 18 Years Inside Afghanistan".

Niegan talibanes vínculos 

Las víctimas fueron atacadas cuando se encontraban fuera de su vehículo y cerca de una estación de Policía, relató a Efe el jefe provincial de Policía, Faizulá Gairat, quien añadió que Gannon fue llevada al hospital provincial y que su estado es crítico.

El ataque fue perpetrado por un hombre con uniforme policial que estaba integrado en la comitiva que protegía a las reporteras y a las autoridades electorales que recorrían la zona, según fuentes policiales.

El portavoz de los talibanes, Zabiulá Muyahid, negó poco después del ataque cualquier vinculación de su grupo con el incidente, según la cadena local Arezo.

Violencia creciente

La violencia contra los extranjeros se ha disparado en los últimos meses y se ha acentuado aún más en vísperas de las elecciones que se celebran mañana en el país centroasiático bajo la amenaza de la violencia talibán.

En el último mes ya han fallecido en Afganistán tres informadores de medios extranjeros.

El periodista afgano Sardar Ahmad, de la agencia francesa AFP, murió hace dos semanas junto a su mujer y dos de sus tres hijos en un atentado contra el hotel Serena de la capital afgana en el que fallecieron en total 13 personas.

Pocos días antes, el 11 de marzo, el veterano periodista sueco Nils Horner fue asesinado a tiros en el centro de Kabul mientras realizaba entrevistas.

A pesar de que el riesgo de ataques contra extranjeros está presente en Afganistán desde hace décadas, en el último año se han incrementado los secuestros y ataques contra foráneos, lo cual ha llevado al éxodo de muchos expatriados residentes en el país.

Incluso Kabul, que hasta hace dos años ofrecía un cierto margen de seguridad para la vida cotidiana de los numerosos extranjeros residentes en la capital, se ha vuelto un territorio muy hostil y la menguante colonia foránea vive ahora prácticamente enclaustrada.

Uno incidente que supuso un punto de inflexión fue el ataque suicida el pasado enero contra un restaurante libanés muy frecuentado por extranjeros y en el que murieron 21 personas, entre ellas 13 extranjeros.

Tras aquel ataque, se han sucedido en Kabul otros incidentes como la incursión talibán en el hotel Serena y el ataque la semana pasada contra el hostal de una ONG estadounidense en la que murieron siete personas, entre ellas una niña de diez años.

(Con informacion de The Associated Press y Efe)

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