Portugal asegura que no se puede permitir otra crisis política

El Primer ministro de dicho país defendió que la política de reformas y ajustes que ha caracterizado su mandato 'debe proseguir'.

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El primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, pronuncia su discurso durante la presentación de una moción de confianza a la que el Gobierno se somete en el Parlamento de Lisboa, Portugal. (Archivo/EFE)
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EFE
LISBOA, Portugal.- El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, defendió hoy que su país no se puede permitir otra crisis política que lleve a la inestabilidad y a la convocatoria de elecciones anticipadas.

Passos Coelho hizo esta advertencia mientras dirigentes políticos y analistas debaten la amenaza de un segundo rescate ante los altos tipos de interés pagados por la deuda portuguesa las últimas semanas.

"Hoy las personas saben que el país no puede pasar por una crisis que pudiese conducir a la inestabilidad política y a elecciones", sostuvo en un acto de partido como parte de la campaña de los comicios municipales que se celebran el próximo domingo.

El también presidente del Partido Socialdemócrata (PSD) defendió que la política de reformas y ajustes que ha caracterizado su mandato "debe proseguir", pese a las llamadas a un cambio de la oposición de izquierdas.

Ese rumbo de ajustes llevará a Portugal a superar los problemas económicos del país, "reconstruirlo" y vivir en una sociedad que "rompe de una vez por todas con la tradición de pedir ayuda externa cada cierto tiempo", afirmó.

El conservador Passos Coelho llegó en 2011 al poder en los comicios anticipados convocados por el socialista José Sócrates tras el rechazo a su cuarto plan de austeridad

A su juicio, los portugueses entienden "ahora" el grado de dificultad al que se enfrenta el Gobierno ante esta crisis y ven "con madurez" las medidas adoptadas por el Ejecutivo que preside.

El conservador Passos Coelho llegó en 2011 al poder en los comicios anticipados convocados por el socialista José Sócrates tras el rechazo a su cuarto plan de austeridad.

Poco después, Portugal se vio obligado a pedir un préstamo internacional a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota.

A solo nueve meses del fin de esa asistencia financiera, el país aún no tiene aseguradas las condiciones de mercado para financiarse de manera autónoma y regular.

La presión de los mercados se ha agravado las últimas semanas ante la lenta recuperación de su economía, la anulación de varias leyes de recortes en el Tribunal Constitucional y el recuerdo de la inestabilidad política creada el verano pasado cuando la coalición gobernante estuvo al borde de la ruptura.

Esa falta de consenso entre los partidos ha reaparecido en el debate político durante la octava y novena evaluaciones en curso de los técnicos de la UE y FMI al cumplimiento del programa del rescate.

El vicepresidente del Gobierno y socio democristiano de la coalición, Paulo Portas, ha defendido una flexibilización de la meta del déficit que exige la "troika" para 2014, del 4 por ciento exigido al 4.5 por ciento.

Pero Passos Coelho ha evitado comprometerse en ese aspecto y ha insistido en que la prioridad del Gobierno es acabar las reformas para reducir el gasto del Estado.

António José Seguro, secretario general del Partido Socialista (PS) y favorito las encuestas de intención de voto, ha pedido también una suavización del objetivo, pero aún mayor, de hasta el 5 por ciento.

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