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BUENOS AIRES. Con huellas de torturas apareció una maestra de una escuela del municipio de Moreno, secuestrada este miércoles por mantener una olla popular para alimentar a los niños, lo que se denunció durante una multitudinaria marcha de docentes que llegó al Congreso en el segundo día de paro en demanda de una negociación salarial que se les niega.

De acuerdo a La Jornada, ante el secuestro y tortura de la maestra Corina De Boris, la titular de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), Sonia Alesso, el gremio docente mayoritario a nivel nacional, responsabilizó al gobierno por alentar “a los violentos que añoran otras épocas en las que no había democracia”.

Repudiaron lo sucedido a una maestra que estaba dedicada a mantener una olla popular en la escuela cerrada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, después de que una reciente explosión de gas mató a una docente y al portero, cuando preparaban el desayuno para centenares de niños, que no tienen comida en sus casas.

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Mirtha Petrocini, de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), advirtió en acto multitudinario del pasado jueves: “no tenemos miedo. Lucha, más lucha, más lucha", mientras que el dirigente Roberto Baradel, amenazado de muerte junto a su familia, aseveró que “si hay algo que tiene fecha de vencimiento no es la escuela pública sino este gobierno”.

En Moreno, lugar donde estaba la escuela de la maestra secuestrada, quien amenazada de muerte por sus secuestradores que la subieron a un automóvil y la encapucharon como en los tiempos de la dictadura, se realizó una movilización de las familias de los alumnos que respaldaron a la docente De Boris, que junto a otras colegas –todas amenazadas en los últimos tiempos- están alimentando a los niños, pero también a los vecinos víctimas de la crisis, “cuando centenares de familias no pueden ya comer en sus casas”.

En el vientre de De Boris grabaron con un elemento cortante “ollas no”. Su rostro y su cuerpo mostraban las huellas de torturas. Aún angustiada declaró que no dejarán morir a los niños y sus familias y los seguirán sosteniendo con ayuda solidaria.

Al igual que sucede en otras escuelas de la zona, en el Centro Educativo Complementario 801, del barrio Villa Anita, las familias y docentes organizaron una olla popular para no cortar el servicio de comedor, que para muchos niños es la única comida del día.