Estado Islámico imparte brutal 'justicia' en sus dominios

Los ajusticiados son acusados de ser rivales, blasfemia, brujería o sodomía, ya sea hombres, mujeres o niños

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Los yihadistas controlan amplias zonas de Irak y Siria desde junio de 2014. Imagen de un grupo de terroristas que desfilan por una calle bajo su control. (Archivo/AP)
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Agencias
BEIRUT, Líbano.- Dominar a través del terror es el objetivo como lo demuestran espeluznantes estadísticas: desde que se proclamó el Califato de Estado Islámico 14 meses atrás, en Siria fueron ajusticiadas tres mil 156 personas, según informó el sitio web de ansa.it.

Solo en el último mes, 91 personas fueron ajusticiadas, informó la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Ondus).

Entre las víctimas de este último mes hay 32 civiles, 11 militares de facciones islámicas rivales a los yihadistas, nueve miembros de las fuerzas leales y al menos 39 disidentes de las filas de Estado Islámico.

Las acusaciones para plasmar las ejecuciones van desde la colaboración con grupos rivales o con el Gobierno a la blasfemia, la brujería y la sodomía.

Del total de ajusticiados en un año y dos meses, mil 841 eran civiles, entre ellos 75 menores de 18 años, y 95 mujeres.

Dependiendo del tipo de delito por el que se les detuvo, fueron degollados, fusilados, decapitados, lanzados al vacío desde edificios o quemados vivos, en una atroz sucesión de hechos que desprecian la vida.

Asimismo, entre esas víctimas figuran más de 930 miembros del clan árabe suní al Shuitat, de la provincia oriental de Deir el Zur, y 223 ciudadanos kurdos asesinados con armas de fuego y cuchillos en la ciudad de Kobani, en el norte de Alepo.

Los yihadistas controlan amplias zonas de Irak y Siria desde junio de 2014, cuando declararon un Califato en los territorios conquistados en ambos países.

Más decapitaciones

Este mismo sábado se conoció otro feroz anuncio de parte de la organización fundamentalista. "Decapitaremos a los rebeldes de la oposición después de la oración de los viernes; los habitantes de Sirte entreguen a sus hijas a los combatientes porque con ellos se casarán".

Lo dijo el líder espiritual del Estado Islámico, Hassan al Karami, en Sirte, Libia, otra zona donde el grupo desparrama terror.

El mensaje fue dicho ayer, durante en un sermón de la mezquita Al Rabat, donde proclamaron "el emirato de Sirte".

Poco se conoce de la figura de Karami, cuyo seudónimo es Abou Moaweya. Según un activista de derechos humanos en Bengasi -citada por International Business Times- que estaría en contacto con un primo del yihadista, el líder espiritual del Estado Islámico en Sirte militó en la formación de Ansar al-Sharia después de la caída de Muammar Kadafi, en 2011.

La misma fuente indicó que la familia de Karami era propietaria de una tienda ubicada en el camino hacia el aeropuerto de la ciudad, negocio destruido después de que trascendieran los vínculos de su familia con la formación Ansar.

Karami comenzó a hacer de predicador, primero en Bengasi y luego en Derna hasta que tomó un papel de liderazgo en Sirte, "volviéndose Mufti di Daesh, gracias a sus conocimientos".

Un video de 2013 lo muestra crítico -en un canal de televisión local en Libia- de la captura de Abu Anas al-Libi, miembro de Al Qaeda, por parte fuerzas especiales estadounidenses en Trípoli. 

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