Terrorismo revela el fracaso en inteligencia de los gobiernos

Tras los ataques en Bruselas, Bélgica, se ha realizado una oleada de críticas sobre los servicios belgas.

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La gente lleva flores y velas a la plaza de la Bolsa en el centro de Bruselas, tras los ataques en el aeropuerto y el Metro. (Agencias)
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Agencias
BRUSELAS, Bélgica.- Los atentados de este martes 22 de marzo en Bruselas, tras los ataques del 7 de enero y del 13 de noviembre en París, son la prueba del naufragio de la inteligencia tanto belga como europea.

Una oleada de críticas se abatió sobre los servicios belgas no solamente por los atentados en el aeropuerto y la estación metro de Bruselas sino también por la fuga de Salah Abdeslam, único sobreviviente de entre los terroristas suicidas de los atentados de París en noviembre, quien logró escapar de las fuerzas de seguridad por cuatro meses sin moverse de una guarida en Molenbeek, un barrio de la capital belga, según publica el sitio web ansa.it.com.

Lo que falló en este último período fue por otra parte la colaboración entre los servicios de los diferentes países europeos. Y de nada sirvieron las declaraciones para "reforzar la cooperación" entre la inteligencia de la Unión Europea hechas repetidamente a partir de enero del año pasado por los diferentes países del bloque. Tras los ataques de noviembre en París a finales de año trascendió que los nombres de los hermanos Abdeslam -Brahim, quien se hizo estallar en uno de los atentados de París y Salah, quien a su vez evitó a último momento hacerse volar- habían sido señalados desde hace meses por los expertos de Europol.

Sin embargo, habían logrado viajar en Europa por meses. Por otra parte, el coordinador del antiterrorismo europeo, Gilles de Kerchove, había destacado en diciembre que frente a la emergencia del terrorismo "lo más importante era reforzar el ingreso de datos" en el "database" de las fuerzas antiterroristas.

Otro aspecto que está fallando es el del nacimiento de un servicio de inteligencia europeo. En enero pasado Europol puso en marcha el ECDC (Centro de excelencia antiterrorismo europeo), organismo que sin embargo es apenas como una suerte de "borrador" del FBI europeo.

Hace tan solo unos días Bruselas había bajado el nivel de alarma a nivel 3, sobre un total de 4

Por otra parte, el nacimiento de un FBI del bloque es una utopía, visto que "no está permitido en los Tratados" del bloque, según los cuales la seguridad es un tema que está en las manos de los diferentes Estados miembros de la UE.

Pese a que los atentados de París y Bruselas han facilitado la colaboración bilateral entre Francia y Bélgica, está claro que los servicios de informacion de Bruselas están en el banquillo de los acusados, visto que son muy fragmentados y que los diferentes organismos del país no dialogan entre sí.

En otras palabras, los servicios de Bélgica reflejan la complejidad de un Estado federal dividido tanto por el idioma como por niveles de poder, cuyos límites no son por otra parte muy claros y que se superponen unos con los otros (municipales, regionales y federales).

Por otra parte, hace tan solo cuatro días Bruselas anunció como una victoria a la captura de Salah Abdeslam. Pese a ésto, las autoridades dejaron el nivel de alarma en el país a nivel 3, sobre un total de 4.

La semana pasada la TV pública belga reveló que un documento preparado por la "Comisión P" (servicio de investigación interna de la policía nacional) y presentado ante el Parlamento en una sesión a puertas cerradas hablaba claramente de "carencias y debilidades" en el frente de la seguridad.

El informe mencionaba incluso problemas y retrasos "tecnológicos" que habían quedado sin resolver por problemas presupuestarios.

"Bélgica tiene un problema enorme, visto que el número de personas que deben ser controladas es muy alto", precisa por otra parte Matthew Levitt, director del programa para el antiterrorismo y la inteligencia del "Washington Institute for near east policy".

Las autoridades belgas "se han dado cuenta solo en el último año que tienen un serio problema por el número de las personas radicalizadas que parten de Bélgica y luego vuelven, pero también de gente que sin viajar al exterior está igualmente en condiciones de llevar a cabo un ataque", añade el experto.

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