Tienen los Obama un día de ensueño

El Presidente de EU inicia su segundo mandato con un discurso optimista y una fiesta multitudinaria.

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Los Obama robaron miradas en el baile de investidura. (Agencias)
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EFE
WASHINGTON, DC.- Rojo rubí fue la respuesta a todas las preguntas cuando esta noche la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, irrumpió en el baile de investidura de su esposo, el presidente Barack Obama, con un nuevo modelo del joven diseñador Jason Wu, también encargado de su vestido hace cuatro años.

De chifón, con superposiciones de terciopelo y falda vaporosa, Michelle rompió la tendencia de su armario en los últimos días, caracterizado por tonos sobrios y oscuros, azules militares y grises para sorprender con un tono rojo, un color patriota y optimista, señal de cambio y esperanza.

Acompañando al modelo, la primera dama escogió un anillo de diamantes y un conjunto de brazaletes diseñados por Kimberly McDonald, mientras que los zapatos corrieron a cargo de Jimmy Choo.

Wu se convierte así en el primer diseñador en repetir en dos bailes de investidura desde que Nancy Reagan lo hiciera en los años 80 con James Galanos.

El vestido de tirantes, de un intenso y atrevido color, lucía un escote en forma de cerradura anudado al cuello y un corte hundido en la parte de atrás que dejaba ver su espalda, alejándose de los aires clásicos del modelo blanco con flores de gasa y cuentas bordadas a mano que llevaba cuatro años atrás.

"Algunos pueden cuestionar la calidad de nuestro presidente, pero nadie cuestiona la calidad de nuestra primera dama", dijo Barack Obama al anunciar a Michelle ante los asistentes antes de comenzar a bailar el tema de Al Green "Let's Stay Together", interpretado por Jennifer Hudson.

Tanto el vestido, como las joyas y los zapatos que esta noche lleva la primera dama pasarán a formar parte de los Archivos Nacionales de Estados Unidos.

La ceremonia

El presidente de EU, Barack Obama, comenzó su segundo mandato con un discurso optimista sobre el futuro del país y una fiesta multitudinaria protagonizada por el recuerdo al legado de Martin Luther King y una ceremonia con acento español en un día frío y soleado en Washington.

"Mis compatriotas, estamos hechos para este momento y lo aprovecharemos, siempre que lo aprovechemos juntos", subrayó Obama tras jurar públicamente el cargo para un segundo mandato, hasta enero de 2017, en una ceremonia frente al Capitolio en Washington.

Según dijo a Efe Allan Lichtman, experto en historia presidencial de la American University, fue un discurso "poderoso" tanto en lo retórico como en lo sustancial y en él Obama reconoció que el país ha cambiado en términos demográficos y de valores.

Después de jurar su cargo sobre las Biblias de Abraham Lincoln y Martin Luther King, el presidente quiso mantener viva la memoria de ambos en su intervención, que tuvo como grandes temas la unidad nacional que logró el primero y los derechos civiles por los que luchó el segundo.

King no solo estuvo presente en las palabras de Obama, sino en las de muchos otros afroamericanos que asistieron a una celebración que coincidió con la festividad en la que cada año se recuerda el legado del activista.

"Este día es muy importante. Tiene mucho significado para nosotros. Si King estuviera vivo estaría feliz de estar aquí. King tenía un sueño y ese sueño es Barack. Ese sueño es hoy", explicó a Efe Wilma Steel, llegada a Washington desde Tennessee.

Hasta un millón de ciudadanos, según las estimaciones de los medios y de la Casa Blanca, se congregaron en la capital para esta segunda investidura del demócrata Obama, a cuya primera toma de posesión, en enero de 2009, asistieron casi dos millones de personas.

En la ceremonia de juramento frente al Capitolio se hizo un hueco el español, la lengua de la minoría más numerosa de EU.

"Señor presidente, vicepresidente, que Dios lo bendiga todos sus días", dijo el reverendo Luis León, de origen cubano, al bendecir en español a Obama y a Joe Biden en las escalinatas del Capitolio.

Por su parte, Richard Blanco fue el primer latino en recitar un poema en honor de un presidente durante su investidura y la magistrada Sonia Sotomayor, del Tribunal Supremo, fue la primera jueza hispana en tomar juramento a un vicepresidente.

Entre los invitados a lo que el senador demócrata Charles Schumer calificó como una "celebración de la democracia" estuvieron los miembros del Congreso y también rostros de Hollywood y otras celebridades como Eva Longoria, Katy Perry y Beyoncé, quien entonó el himno nacional como colofón a la ceremonia.

En la ceremonia de juramento frente al Capitolio se hizo un espacio el español

Después del tradicional almuerzo con los miembros del Congreso, Obama y su esposa, Michelle, se dieron un baño de multitudes en su camino hacia la Casa Blanca en compañía del matrimonio Biden (Joe y Jill).

Los Obama realizaron a pie el último tramo del trayecto entre el Capitolio y la tribuna de cristal instalada frente a la Casa Blanca desde la que presidieron el desfile inaugural celebrado en su honor.

Michelle, muy sonriente en todo momento, eligió un vestido y un elegante abrigo inspirado en el tejido cuadriculado de una corbata de Thom Browne.

Con abrigos en tonos violetas, Malia Obama, de 14 años, y Sasha, de 11, también presenciaron entre risas y relajadas el desfile, hablando entre ellas y saludando a los asistentes.

"Esta grada está llena, pruebe en otra", repetían una y otra vez los voluntarios que se arremolinaban frente a las verjas franqueadas por cientos de policías que velaron por la seguridad de los asistentes y de la familia presidencial.

El Ballet Folklórico de la Raza, la banda de la asociación de Gais y Lesbianas de Saint Louis (Misuri), la Hispanic Dance Alliance de Utah y una maqueta del vehículo Orion de la NASA, así como del "Curiosity", el robot explorador de Marte, formaron parte del espectáculo.

Grupos que se oponen al aborto, al gasto militar y a la homosexualidad, entre otros, hicieron protestas minúsculas pero firmes en paralelo a las celebraciones.

Fue una jornada tranquila, sin incidentes, con los ciudadanos desafiando al frío pertrechados con gorras y sudaderas con la figura de Obama, convertido ya sin duda en un icono.

Medallas conmemorativas, calendarios con fotos de la familia presidencial, pinturas enmarcadas de un Obama en éxtasis casi religioso o las tradicionales chapas y camisetas eran algunos de los recuerdos que decenas de comerciantes callejeros vendían en los alrededores de la Casa Blanca.

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